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La primavera, ¿altera el cerebro?

No todas las personas refieren como positiva su llegada. La floración hace que aumenten las alergias y también hay gente que siente mayor predilección por las temperaturas bajas

Por Redacción

22 de septiembre, 2020 - 08:24

Llegó la primavera y con ella el buen tiempo, el aumento de las horas de luz solar, un incremento de las temperaturas, etcétera. De sobra es conocida la expresión “la primavera la sangre altera”, según reza nuestro refranero.

Con el comienzo de esta nueva estación, la mayoría de las personas nos sentimos más contentas, más positivas, e incluso con más energía de la habitual. Decimos adiós a los días negros, oscuros, fríos y cortos. Este cambio tiene un impacto positivo –o no, como veremos más adelante– en nuestro estado de ánimo.

 

Por qué se altera el cerebro

La respuesta está en la química. La primavera favorece la liberación de diversas hormonas y neurotransmisores, gracias al aumento de la luz y de la temperatura.

Los neurotransmisores son sustancias químicas que promueven la transmisión de información entre neuronas. Las hormonas, por otra parte, son sustancias segregadas por determinadas glándulas del cuerpo. Su función es la regulación de la actividad de los órganos y condicionan procesos tan importantes como el sueño.

La primavera favorece la liberación de diversas hormonas y neurotransmisores, gracias al aumento de la luz diaria y de la subida de las temperaturas.

Produce un aumento del deseo sexual al liberarse hormonas como la oxitocina (hormona del amor), la dopamina (neurotransmisor relacionado con el placer) o la serotonina (neurotransmisor implicado en el estado de ánimo). También se liberan otras hormonas como las ya conocidas feromonas.

Todas estas ‘sustancias’ hacen que sintamos un aumento del deseo sexual y un incremento de nuestro bienestar. Bendita primavera ¿verdad?… Por supuesto que también ayuda el hecho de que pasemos más tiempo fuera de casa y que vistamos de una forma más ‘ligera’. Todo influye.

 

No es igual para todos

Como decíamos anteriormente, no todas las personas refieren como positiva la llegada de la primavera. La floración hace que aumenten las alergias, y también hay gente que siente mayor predilección por las temperaturas bajas y añoran estar junto al brasero.

Sin embargo, el cambio más significativo y del que nos ocupamos en este artículo, se refiere a la ‘astenia primaveral’. La astenia es un síndrome que no solo se produce en primavera y que tiene una serie de síntomas distintivos:

  • Cansancio.
  • Fatiga muscular.
  • Dificultad para concentrarnos.
  • Irritabilidad.
  • Falta de apetito.
  • Trastornos del sueño.
  • Dolor de cabeza.
  • Tristeza inexplicable.
  • Falta de motivación.

Mucha de la culpa de estos síntomas la tiene el cambio horario. Nuestro cuerpo necesita un periodo de adaptación a los nuevos horarios y al aumento de horas de luz solar y mientras este se produce nos sentimos más cansados. Algo así como un pequeño ‘jet lag’.

 

Cómo podemos combatir la astenia primaveral

Como hemos comentado anteriormente, los síntomas de la astenia primaveral son pasajeros. Es suficiente con asumir que esto es así y dejar pasar el tiempo, hasta que nos encontremos de nuevo al cien por cien.

De todas formas, podés seguir las siguientes recomendaciones para que este cambio se te haga más llevadero:

  • Realizá desayunos llenos de energía. Un buen desayuno debe combinar hidratos de carbono, proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales.
  • Hacé cinco comidas al día. Esto ayudará a que no disminuyan los niveles de glucosa y no nos sintamos tan cansados. No olvidés también beber al menos dos litros de agua diarios.
  • Practicá ejercicio de forma moderada y regular. Esto hará que aumenten las endorfinas (sustancias químicas del organismo que nos generan bienestar).
  • Descansá lo suficiente, o incluso más. Los expertos recomiendan dormir entre siete y nueve horas por la noche. Si sentís necesidad de echar una siesta, lo ideal es que no dure más de media hora para que esta sea reparadora.