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¿En qué consiste el cansancio extremo por ansiedad?

Va más allá de un simple agotamiento físico; incluye también un desgaste mental que nos impide o nos dificulta enormemente el funcionamiento diario

Por Redacción

23 de septiembre, 2021 - 08:00

La sensación de cansancio es una de las más frecuentes, pero también de las más ambiguas. Está tan normalizado sentir fatiga, apatía y falta de energía que generalmente ni siquiera nos preocupamos por buscar el origen del malestar. Y es que son tantas las situaciones y patologías que pueden dar lugar a esta manifestación que resulta complicado identificar su origen.

No obstante, el cansancio extremo por ansiedad es más frecuente de lo que pensamos.

Este va más allá de un simple agotamiento físico; incluye también un desgaste mental que nos impide o nos dificulta enormemente el funcionamiento diario. Levantarnos de la cama, participar en reuniones sociales o incluso practicar nuestros hobbies favoritos puede parecer un mundo cuando el cansancio está presente.

Sin embargo, aunque generalmente lo asociemos a la depresión y otros trastornos afectivos similares, el estrés y la ansiedad también pueden ser los causantes.

 

¿Qué es el cansancio extremo por ansiedad?

El cansancio extremo por ansiedad es una sensación subjetiva que puede generar tanto síntomas físicos como psicológicos. Por norma, se manifiesta como extenuación y falta de fuerzas, pero también como desgana, apatía y desánimo. Estas sensaciones se prolongan en el tiempo y están presentes incluso cuando la persona descansa las suficientes horas.

Más allá de ser un malestar personal, esta condición deja huella en el día a día, afectando a nuestros procesos cognitivos, afectivos, motores y sociales. Por lo mismo, rendir de manera adecuada en este estado o con esta sensación es complicado.

Algunas de las manifestaciones más comunes incluyen las siguientes:

  • Falta de concentración y dificultades para mantener una atención sostenida.
  • Pueden aparecer problemas de memoria.
  • Irritabilidad, desasosiego e inquietud interior.
  • Ausencia de interés por participar en actividades sociales y lúdicas, el descanso se prioriza aunque este no resulte reparador.
  • Abulia.

 

¿Por qué se produce?

Para comprender cómo funciona la ansiedad podemos hacer un símil con una alarma antirrobos instalada en el hogar. Esta en sí misma es necesaria, cumple una función importante: alertar de un peligro y movilizarnos a tomar medidas.

Sin embargo, si se estropea y el estruendoso sonido no cesa durante horas, días o meses, no solo resultará increíblemente molesto sino que dificultará mucho el poder hacer vida normal dentro de esa casa. Lo mismo sucede con la ansiedad. La activación fisiológica que se desencadena en el cuerpo es vital cuando nos encontramos ante un peligro real y puntual, pero, cuando se activa por tiempos prolongados o ante situaciones inocuas, resulta verdaderamente dañina.

Y es que el organismo humano no está diseñado para sostener estados de alerta continuos, para lidiar durante largos periodos con el aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, con la tensión muscular y con los elevados niveles de cortisol. Por lo mismo, el cansancio surge debido a la actividad derivada de una tensión psicológica sostenida.

 

Combatir el cansancio extremo por ansiedad es posible

Si te has sentido identificado con las anteriores afirmaciones, es momento de que realicés algunos cambios. Mantener estados de ansiedad puede ser muy nocivo para tu salud.

Por ello, si quieres reducir el cansancio que sientes, tal vez no baste con pasar tiempo en reposo o aumentar las horas de sueño (pese a que un buen descanso nocturno resulta fundamental), además, es importante que reduzcas la carga de tareas en tu vida o el modo en que te enfrentás a las mismas.

No siempre es posible disminuir las responsabilidades laborales, pero tal vez podemos delegar una parte en nuestro equipo; podríamos aplicar la misma regla para el hogar. Aprender a regular la ansiedad también es básico; contar y utilizar determinados recursos puede hacer que una misma rutina diaria se vuelva más ligera y soportable.

A este respecto, podés iniciarte en la práctica de la meditación, realizar un entrenamiento en técnicas de relajación o aprender a reestructurar tus pensamientos.