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Cómo interpretar el lenguaje de las manos

¿Qué significan los gestos que hacemos con ellas? En esta nota hablaremos de la interpretación de algunos de ellos, centrándonos es su intención y efectos

Por Redacción

28 de octubre, 2020 - 08:12

Según los expertos en comunicación, las manos también hablan. Y es que nosotros lo hacemos con ellas al querer acompañar o enriquecer nuestro mensaje, transmitir emociones, separar partes del discurso, ejemplificar, etcétera, es decir, el lenguaje de las manos tiene múltiples significados que podemos descifrar.

Cuando hablamos, la mayoría de las veces lo hacemos gesticulando con las manos y con otras parte del cuerpo. Los buenos oradores utilizan sus manos para enriquecer su discurso o para generar mayor confianza entre sus oyentes.

En este artículo nos centraremos en el lenguaje de las manos, entendiéndose este como todos aquellos gestos que hacemos con las mismas para acompañar nuestro discurso. Descubriremos sus funciones más destacadas y algunas de sus posibles interpretaciones.

 

Interpretaciones

Las manos nos ayudan mucho a enriquecer el mensaje. Así, nos sirven para ilustrar y aportar información extra del mensaje que queremos transmitir.

Si nos fijamos, tanto políticos como presentadores, actores u oradores utilizan especialmente sus manos a la hora de hacer discursos o presentaciones. Lo hacen para enfatizar alguna parte de su discurso o para transmitir algún tipo de mensaje complementario que, si conocemos el lenguaje de las manos, sabremos descifrar.

De esta forma, los gestos que utilizamos con las manos no son meras descargas energéticas; cada uno de ellos tiene un significado y función. Según los expertos en este ámbito, algunas de las interpretaciones acertadas que les podemos dar serían las siguientes:

 

Mostrar las manos

Según Teresa Baró (2012), experta en comunicación no verbal, cuando colocamos las manos a la altura del pecho y las movemos al ritmo de la conversación o exposición, estamos acompañando nuestro mensaje. Cuando las manos se exponen al público, se genera una mayor confianza. En cambio, las manos ocultas en los bolsillos, por ejemplo, o detrás de la espalda, inspiran menos confianza.

Así también lo cree Edward Pinilla, periodista y coach en comunicación, y él mismo sugiere que las manos (y el uso que hacemos de las mismas) tienen que ver con la honestidad. Mostrarlas denota transparencia, y ocultarlas, significa que algo oculta la persona.

 

Cerrar las manos

Según Edward Pinilla, cerrar las manos denotaría poca predisposición a negociar. Sebastián Lora, orador y experto en comunicación, sugiere que cerrar la mano y apuntar con el dedo es uno de los gestos más desagradables posibles, comparable con un golpe simbólico a quien se señala. Además, añade, “el puño cerrado puede ser catalogado como muestra de hostilidad“.

 

Tocarnos la cara

Otro gesto relacionado con el lenguaje de las manos es tocarnos la cara con ellas. Según Allan y Barbara Pease, autores del libro El lenguaje del cuerpo – Cómo interpretar a los demás a través de sus gestos, la mayoría de los gestos en los que nos llevamos la mano a la cara (por ejemplo a los ojos, boca, nariz, cuello…) podrían relacionarse con la duda, la incertidumbre y la falta de seguridad. También pueden tener relación con ocultar información, de forma consciente o inconsciente, o con la ansiedad.

 

Palmas hacia abajo

Siguiendo con las aportaciones de Allan y Barbara Pease, colocar las palmas hacia abajo con los dedos enderezados es un gesto que impone autoridad a los interlocutores. También pueden indicar desafío o dominación. Así que cuando una persona emite este gesto mientras habla, es posible que indique que no va a ceder.

 

Manos en la espalda

Colocar las manos en la espalda en general muestra una gran dosis de confianza en uno mismo. También puede sugerir que la persona está a la espera de algo o que tiene expectativas en relación a algo.

 

Agitar las manos

Se utiliza para dar énfasis al discurso. En general, se trata de un gesto autoritario. Puede significar también que la persona que lo emite ha tomado una decisión (y que es probable que no la cambie).

 

Frotarse las manos

Otro gesto típico del lenguaje de las manos es el que implica frotárselas. Cuando juntamos y apretamos las manos estamos intentando mantener el control, ya que nos encontramos nerviosos o incómodos.

Se trata, en cierta manera, de decirnos a nosotros mismos “todo irá bien“. En cambio, tener las manos juntas con los dedos entrelazados denota ansiedad y frustración.