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Cómo actuar cuando un niño golpea a su hermano

Se trata de un gran obstáculo reforzado por el egoísmo, los estereotipos y los prejuicios. Empobrece la vida y las relaciones 

Por Redacción

02 de julio, 2020 - 08:58

Para un padre siempre es duro observar cómo su hijo agrede a otras personas, pero el impacto es mayor cuando esta agresividad se dirige hacia el miembro más vulnerable de la familia. Si un niño golpea a su hermano pequeño, los adultos han de actuar al respecto, indudablemente. Pero, antes de hacerlo, han de comprender qué se esconde tras este comportamiento.

Ante la confusión es posible que reaccionen de forma impulsiva. No obstante, los gritos, los castigos o los reproches no son la mejor estrategia de acercamiento. Es más, resulta imprescindible mantenerla calma y actuar desde la empatía.

Hemos de saber que cuando un niño golpea a su hermano están confluyendo dos importantes factores. Por un lado, está experimentando sentimientos intensos y negativos ante la presencia del bebé.Y, por otro lado, carece de la madurez y los recursos personales para afrontar y gestionar esas emociones.

El resultado es que se encuentra desbordado por su propio estado emocional. No comprende qué le ocurre e incluso es probable que sienta culpa o vergüenza. En su interior se estará librando una batalla entre su inseguridad y el amor por su hermano, que sin duda está también presente.

 

Cómo actuar cuando un niño le pega a su hermano

Nuestra reacción inicial puede ser gritar, zarandear o incluso propinar algún castigo físico al niño. Sin embargo, es sencillo comprender por qué no es apropiado reprobar la violencia a través de más violencia. El mensaje que le mandaríamos al niño sería incoherente y contradictorio.

Por otro lado, el castigo tampoco es una alternativa adecuada pues este genera resentimiento y deseos de venganza en el niño.Daña el vínculo entre padres e hijos y no ayuda al niño a sentirse comprendido ni a comprender por qué está mal su conducta. ¿Qué podemos hacer entonces?

 

Amor incondicional

Lo primordial es que el niño tenga claro que posee amor incondicional por parte de sus padres. Se ha de recordar que lo inadecuado son las acciones del niño, pero no él como persona. Por ello es importante evitar decirle que ‘es malo’ y procurar recalcar solo lo negativo de esa conducta concreta. No lo grités, castigués o humillés en público, mejor llevalo a un lugar apartado y hablá con él a solas y con calma.

 

Identificar los sentimientos

Es necesario ayudar al niño a identificar sus emociones. Así, tratá de fomentar la comunicación poniéndote a su altura, mirándolo a los ojos y preguntándole qué siente. Intentá que se sienta libre para compartir sus sentimientos. Si no habla, podés leer juntos libros que hablen sobre la llegada de un nuevo hermano, esto facilitará el abordaje del asunto. También podés tomar la iniciativa mostrándole ejemplos de lo que puede estar sintiendo.

Ante todo, validá sus sentimientos. Aligerá su carga por sentir celos, envidia, temor o resentimiento. Explicale que es normal y que estás ahí para ayudarle a sentirse mejor.

 

Fomentar la conexión

Por último, puede resultar muy beneficioso prestar una especial atención al niño en este momento vulnerable.Así, tratá de pasar al menos media hora cada día con él, dedicándole toda tu atención. Mostrale que disfrutás de esos momentos y de su compañía.

Pero, por otro lado, es necesario también fomentar la conexión y el vínculo fraternal. Así, reforzá cada acercamiento positivo que el niño tenga hacia su hermano e implicalo en las actividades relacionadas con él.

En definitiva, se trata de que el pequeño perciba a su hermano como un aliado y no un contrincante. Una vez que sus emociones hayan sido identificadas, expresadas y validadas,se resolverán.