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Angustia: el sentimiento que se impone en las consultas a psicólogos

Aseguran que cada vez son más la personas que piden asistencia psicológica, principalmente por efectos del encierro que provocó la pandemia

19 de octubre, 2021 - 14:54

Producto de la pandemia, aumentó de manera exponencial la cantidad de personas que pidió asistencia psicológica. Según especialistas, ataques de pánico, episodios de ira, berrinches infantiles, duelos y fobias, son algunos de los trastornos más consultados.

En diálogo con El Ciudadano, el magister y licenciado en psicología, Mario Lamagrande, indicó que "al igual que un trabajo que realizamos con unos colegas en el 2004, para determinar qué llevaba a realizar una primera consulta, nuevamente el síntoma por excelencia es la angustia, este malestar que tiene su etimología en la palabra griega angor, que es opresión".

Además, advirtió que algunas personas que ya presentaba ciertas vulnerabilidades, la pandemia "las amplificó". 

"Luego tenemos a los post COVID y aquellos que ejercieron el rol en primera filas, por ejemplo, manifestando fobia al barbijo con serias reacciones psicosomáticas", informó el profesional.

 

Terapia en tiempos de pandemia

En marzo del 2020, la mayoría de las áreas tuvo que virar hacia la virtualidad, debido a que la pandemia tomó a todos por sorpresa y, ante la falta de vacunas, se optó por medidas estrictas de aislamiento.

Si bien de a poco se fue volviendo a la "normalidad", distintos sectores sacaron provecho de la tecnología y la siguieron implementando, ya sea de manera plena como también combinada. 

 

La virtualidad se destaca por factores como la inmediatez, la flexibilidad y el ahorro de tiempo.

 

Para Lamagrande, lo ocurrido el año pasado generó sensaciones similares a las del 2001 y, lejos de caer la concurrencia a terapia, se acrecentó. 

La transición de lo presencial a lo remoto fue "natural" para algunos, aunque hubo gente que prefirió esperar. No obstante, el hecho de que estos modelos ya se desarrollaran con efectividad en otros países, fue un gran incentivo. 

Al confinamiento, se sumaron factores como la pérdida de familiares, despidos laborales, falta de ingresos y limitación para ver seres queridos. Este fue un gran combo que dejó secuelas prácticamente en todos, pese a gozar de buena salud emocional.