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Es un buen momento para sembrar salud

Las noches son frescas y los días tienen el último remanente de calorcito. La tierra del jardín se enfría mucho más lentamente que el aire, por lo que aún permanece tibia. Todo esto indica que aún estamos a tiempo de poner manos en la huerta

13 de mayo, 2020 - 08:10

La salud ha sido y es el eje de cada conversación por estas semanas. Ponemos mucha atención en lavarnos las manos, desinfectarnos la vestimenta luego de salir, utilizar barbijo y una larga lista de etcéteras. Sin embargo, los alimentos que decidimos poner en nuestra boca cada día no siempre los cuestionamos con el mismo ímpetu y habitualmente desconocemos de qué manera nos están afectando en la salud, ya que sus efectos suelen ser sutiles, pero acumulativos a lo largo se semanas, meses y años.

Para tratar estos temas, hablamos con Ezequiel y Francisco, ambos ingenieros agrónomos y creadores de Paradiso Jardines, una empresa dedicada al diseño de jardinería. Con ellos decidimos armar esta nota donde te contaremos cómo iniciar fácilmente una huerta en casa.

Poder sembrar, cultivar y cosechar tus propios alimentos, no solo es la alternativa más sana que existe en lo que al consumo de vegetales se refiere, sino además tiene un montón de beneficios añadidos.

Está muy investigado y aceptado que poner las manos en la tierra no trae más que relajación y desestresa. Ver germinar, crecer, florecer y comer los frutos que uno mismo cuidó como hijos, activa mecanismos de recompensa en nuestro cerebro que no hacen más que hacernos sentir más felices y realizados.

Tener una huerta no es simplemente comer sano, es una experiencia.

¿Cómo empezar? ¿Por dónde?

Es importante no complicarse la vida y aceptar que esto también es un proceso de aprendizaje. En la huerta podemos incluir una variedad de vegetales tan amplia que no sabemos por dónde empezar.

La respuesta está detrás de las siguientes preguntas fundamentales antes de comenzar: ¿Cuánto espacio puedo destinarle a la huerta?, ¿cuántas personas comerán de ella?, ¿cuál o cuáles son los vegetales que más consumo normalmente? La respuesta a la primera pregunta es clave, ya que nos adaptaremos irremediablemente al espacio que tengamos. La buena noticia es que no hay límites.

Desde un grupo de macetas hasta grandes canteros en el suelo, o hasta la posibilidad de tener huertas verticales con sencillos sistemas de hidroponía que prescinden del uso del suelo y permiten cultivar con éxito verduras de hoja, principalmente.

Debemos tener en cuenta que cada planta necesita un espacio mínimo para poder desarrollar sus raíces. Las verduras de hoja (lechuga, acelga, espinaca, rúcula) pueden crecer sin inconvenientes en macetas de 30x30 centímetros o incluso menos, y son fáciles de disponer en jardineras. Lo mismo ocurre con la mayoría de las aromáticas.

Las plantas de frutos, como tomates, berenjenas y pimientos, crecerán y darán más frutos cuando más libertad le demos a sus raíces para crecer, pero igualmente se adaptarán a envases.

El cultivo en envases (macetas) requerirá usar tierra rica y de excelente drenaje (una parte de compost, más una parte de turba o sustituto, más una parte de perlita), y nunca olvidarse colocar piedritas en el fondo de la maceta y asegurarse que sus orificios de drenaje sean proporcionados a los de su tamaño.

La cantidad de luz solar de la que dispone nuestro espacio será fundamental. Cuanto más sol tenemos, más vegetales podremos incorporar. Como regla general, los vegetales de hoja pueden vivir con menos horas de luz en comparación con los que nos proveerán de frutos, raíces, tubérculos y bulbos.

Si contamos con poco espacio, es  conveniente recurrir a las especies de rápida cosecha y que no ocupan tanto espacio, por ejemplo, lechuga, acelga, espinaca, rabanito, rúcula, berenjena, tomate, perejil y hasta zapallitos redondos y zucchinis. Estas especies, o bien permiten varias cosechas a lo largo de la temporada o bien pasa muy poco tiempo desde que se siembran hasta que se cosechan.

Tips de huerta en otoño

El otoño temprano es un momento más que oportuno para realizar siembra de lechuga, espinaca, acelga, rúcula, rabanito, algunas cebollas, coliflor, habas, perejil, puerro, remolacha, repollo y zanahoria.

El otoño avanzado puede ralentizar demasiado los tiempos e inhibir la germinación de muchas especies a causa de las bajas temperaturas.

En la huerta casi todo se inicia desde semillas. La siembra podemos dividirla en dos grandes grupos: siembra de asiento (directa) o en almácigo (bandeja con agujeros o alveolos). Cultivos fáciles, como por ejemplo, la lechuga, espinaca, acelga, rúcula, habas y perejil, conviene iniciarlos directamente colocando la semilla en su lugar definitivo. Si aún no tenemos espacio, entonces podemos iniciar la siembra en almácigo y luego hacer el trasplante. No olvidés que podés reciclar para este fin cualquier envase de cartón, botella o vasitos plásticos para hacer la siembra, sin olvidarse de practicar un agujerito de drenaje debajo.

Como regla general, las especies que nos servirán con sus raíces (zanahoria, rabanito, remolacha) o con bulbos (cebolla) conviene iniciarlos directamente en el suelo en su lugar definitivo, o corremos riesgos de daños en las raíces, deformaciones y crecimientos menores.

Sea cual sea el método que utilicemos habrá que tener en cuenta dos aspectos clave: el primero, es que la profundidad a la que enterraremos las semillas será de aproximadamente uno o dos voces su tamaño. Así, si es muy pequeña (como las lechugas) hay que cubrir muy ligeramente o ni siquiera cubrirlas.

El otro aspecto clave tiene que ver con el riego. Durante el otoño el suelo se seca más lentamente después de mojarlo, pero es muy importante que las semillas se mantengan con la tierra húmeda hasta que la plantita haya desarrollado al menos cuatro hojitas. Esto significa que debemos chequear con una frecuencia de hasta dos o tres veces por día nuestras siembras, sobre todo si están en almácigo, porque se seca rápidamente. Evitar el sol pleno, es también una forma de escapar a la desecación rápida, hasta que las plantitas hayan germinado. Siempre regar con sutiliza, utilizando una lluvia muy fina, rociador o pulverizador a presión.

En huertas ya establecidas, el otoño es el mejor momento del año para hacer las tan necesarias incorporaciones de compost o estiércol bien descompuestos a canteros o macetas ya que, si no están bien evolucionados, pueden afectar el crecimiento y producción de las plantas.

Como tip final, claramente debemos evitar cualquier pesticida para combatir plagas o enfermedades, las cuales de todas formas son raras en los meses fríos. Lo importante de cultivar nuestra propias frutas y verduras, es que estaremos seguros sobre su pureza, calidad y nula toxicidad.

¿Listos y listas para poner las manos en la tierra?

#SomosMujeres #SomosConscientes