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Golpe de calor: aconsejan cuidar a niños y adultos mayores

Ante las recientes y altas temperaturas que se esperan, los profesionales de la salud brindan consejos para evitar descomposturas 

02 de noviembre, 2021 - 11:50

Las altas temperaturas que se experimentaron en el último tramo del mes de octubre en Mendoza volvieron a encender las señales de precaución ante la posibilidad de que las personas sufran de insolación o un evitable golpe de calor.

Debido a que los profesionales del estado del tiempo anticipan un próximo y duro verano en término de altas temperaturas en la provincia cuyana es que ya los especialistas médicos están advirtiendo respecto a medidas que se deben considerar, principalmente, para el cuidado tanto de niños, jóvenes deportistas y especialmente de adultos mayores.

 

 

Habitualmente los adultos mayores tienen enfermedades premórbidas, enfermedades crónicas, enfermedades que afectan al control de la temperatura, también poseen trastornos en la ingesta de líquidos, es decir, que tienen una capacidad de saciedad distinta respecto a los más jóvenes”, recordó Félix Eduardo Nallim, presidente de la Asociación Gerontológica Argentina (A.G.A) y titular de la Caja de Previsión para Profesionales de la Salud Mendoza.

 

 

Según el médico gerontólogo y magíster en gerontología social, “todo esto produce que los adultos mayores no se hidraten correctamente y por eso es que hay que estar pendientes de recordarles para que tomen líquidos. Y cuando hablamos de que tomen líquidos fundamentalmente nos referimos a que deben ingerir agua”. 

Es conveniente que los adultos mayores beban entre un litro y medio y dos litros en el día. En donde uno también, en estos casos, debe tener en cuenta, de alguna manera, el agua que está oculta en los mismos alimentos que ingieren. Esa es la realidad que debe ser tenida en cuenta sobre todo en días muy calurosos como los que hemos tenido recientemente en Mendoza”.

 

 

Además recomendó que “los adultos mayores no permanezcan bajo el sol y, en cambio, que se mantengan a resguardo en lugares sombríos, con ropa liviana, utilizando anteojos obscuros si es que salen a caminar, con alguna protección para la cabeza como una gorra, eligiendo circuitos especialmente donde haya sombra”.

“Sin embargo, el problema de la insolación o del golpe de calor no es un inconveniente exclusivamente para los adultos mayores. También es especialmente preocupante en los niños y en los jóvenes deportistas, quienes habitualmente no respetan estas normas y salen a realizar actividades físicas en los horarios más inadecuados”, apuntó.

 

Darse cuenta de un golpe de calor

Nallim describió que “cuando uno comienza a padecer un golpe de calor generalmente se empieza a sentir que se tiene una sensación extraña en la cabeza. Porque en la primera etapa del golpe de calor, o cuando inicia el proceso de la insolación la persona se observa más sudorosa. La sudoración es un mecanismo natural para disipar el calor”. 

También cuando inicia el golpe de calor hay un enrojecimiento en la piel. Esto sucede debido a que la que la piel está mucho más seca, a la inversa de lo que sucede ante una insolación. Además de todo estos síntomas pueden presentar náuseas. Pueden tener vómitos, diarrea y una sensación de que algo extraño está pasando en uno”, marcó.

 

 

El profesional dela salud aseguró que “todo esto se puede contrastar tomándole la temperatura a la persona con esos síntomas. Si al hacerlo se registra una temperatura por encima de sus valores normales, que son entre los 36,6 y los 36,7 que es lo adecuado para una persona sin padecimientos de estos tipos, estamos ante uno de los primeros síntomas”.

 

 

Para que se produzca un golpe de calor en una persona se deben dar las condiciones necesarias y que se refieren a varios días de altas temperaturas y que superen la normal de una persona, o sea, superiores a los 36,6 grados”, explicó. 

 

 

Cuando la temperatura ambiente no supera los 36,6 grados “habitualmente no se presentan problemas de esta índole. Ya entre los 36,6 y los 38,6 se estaría en una situación de precaución. Generalmente nosotros hablamos de un semáforo y en este último caso estaríamos frente a una luz amarilla. Y la luz roja estaría dada a partir de los 38,6 grados. Si la temperatura ambiente estuviera llegando a los 40 grados sí habría que tomar medidas oportunas y rápidas”, completó.

“Esto básicamente es con el fin de evitar de que un golpe de calor pueda llevar a la muerte tanto a un viejo como a cualquier otra persona por trastornos metabólicos que se producirían en un organismo ante una situación como la descripta”, concluyó.