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Escándalo en el Congreso: la gran perdedora es la democracia

Luego de la sesión de Diputados que terminó aprobando las leyes de ayuda al turismo y sobre multas a la pesca ilegal, donde la oposición estaba sentada en sus bancas pero insólitamente figuraba como ausente para la votación, los cruces cobraron calor y la convivencia del cuerpo legislativo y sus consensos se ven seriamente amenazados

03 de septiembre, 2020 - 07:09

La sesión de la Cámara de Diputados de la Nación, donde debían tratarse, entre otras, una ley de asistencia al muy castigado sector del turismo, y otra que modifique las sanciones ante el ejercicio ilegal de la pesca, quedará escrita entre los capítulos más bochornosos de la historia política reciente.

La situación se originó en el modo en que debía llevarse a cabo la sesión: con la disposición de sesionar virtualmente caducada por la fecha que se establecía como tope en su origen, la oposición se hizo presente en el recinto para una sesión presencial. Pero la idea del oficialismo es continuar con las sesiones remotas.

Para caldear aún más el clima los sindicatos que nuclean a los trabajadores de la Casa de las Leyes acordaron con las autoridades no concurrir, por lo que los presentes no contaban ni con los mozos que le acercan una taza de té o un vaso de agua.

Ya la reunión de Labor Parlamentaria, habitualmente breve, duró 8 horas, dando la pauta de que nada era normal, teniendo en cuenta que se iba a decidir sobre un tema que, por ejemplo para Mendoza, es tan crucial como el turismo, una de las tres patas principales del Producto Bruto Geográfico de la provincia, fuente de ingresos genuinos pero además fuente de trabajo que alimenta miles de hogares mendocinos.

 

Sanciones en la cuerda floja

Finalmente, ambas leyes fueron sancionadas en ese contexto tan irregular. La cuestión es que la oposición ya señaló que acudirá a la Justicia para impugnar todo el procedimiento, y todo lo que se pueda llegar a sancionar de la misma manera en un futuro, situación que aumentaría aún más el bochorno.

Por lo pronto, el comunicado oficial de la Cámara dice: “En sesión especial, la Cámara de Diputados de la Nación convirtió en ley el proyecto de Sostenimiento y Reactivación Productiva de la Actividad Turística Nacional y le dio medio sanción a la iniciativa del Poder Ejecutivo de reforma a la Ley de Pesca, que tiene como objetivo ampliar y actualizar las multas por pesca ilegal en el Mar Argentino”, y agrega: “La norma destinada a reactivar el turismo en el marco de la pandemia tiene por objeto la implementación de medidas por un término de 180 días, los cuales podrán ser prorrogados por el Poder Ejecutivo por un mismo plazo, si así fuese necesario. El proyecto, con media sanción del Senado, obtuvo 127 votos afirmativos y 2 abstenciones y fue convertido en ley”.

Pero el malentendido fue tan grande que el propio presidente Alberto Fernández dio por sentado que las normas no salieron, y salió en declaraciones públicas a fustigar a la oposición por la no sanción de normas que, en realidad, si salieron, aunque su vigencia se ponga en duda por la impugnación judicial opositora. “Si la pandemia ha visto un sector lastimado, ese es el del turismo. Ayer había que tratar una ley sobre turismo y no pudimos hacerlo”, sostuvo luego de asistir al acto del Día de la Industria, y completó agregando: “Marco esto para que entendamos que la pandemia no debe ser ideologizada. Eso es en contra de la solución y del progreso. Si quieren digan que no están a favor de la ley del turismo, pero digan de qué lado se han parado”.

 

Las críticas opositoras

Una de las voces cantantes a la hora de denunciar lo ocurrido fue la de Paula Olivetto, diputada nacional y presidente de la Coalición Cívica- ARI, quien dialogó con CNN Radio Mendoza señalando: “siento mucha tristeza, y quiero contar como fue: fuimos notificados de una sesión especial convocada de manera unilateral por Sergio Massa y sus aliados, que entraron por la oposición y sistemáticamente votan las iniciativas del oficialismo. Uno de esos bloques, encabezado por el diputado ramón que es un alfil del kirchnerismo, otro el de Bali Bucca, que entró por Lavagna”, explicó.

La legisladora contó que fueron en persona al Congreso Nacional, como habían dispuesto, y “ahí nos enteramos que querían renovar un protocolo de sesiones remotas sin un tiempo determinado y sin límites de temas, esto quiere decir que las leyes más importantes, como reforma judicial, reforma laboral y movilidad jubilatoria la querían hacer por esta vía de excepción, con una gravedad institucional muy grande, porque se te cae el sistema y no podés votar, el presidente te corta el discurso, te silencia, no son para temas tan relevantes como la sociedad demanda”. La idea de la oposición era que estos temas se trataran de manera presencial, en un estadio, o en otro espacio que permitiera sesionar con las garantías y protocolos que la situación impone, y que los temas no urgentes se pospusieran para cuando se vuelva a sesiones normales. “No nos tomaron el presente, en una situación de absoluta ilegalidad, con un abuso de autoridad tipificado en el código penal, en condiciones muy difíciles”, agregó.

En su tramo más crítico, Olivetto resaltó: “Si la Justicia está queriendo ser cooptada por un gobierno que tiene una mayoría circunstancial, si a su vez quieren limitar el Congreso, ¿quien va a poner un límite cuando vayan por la propiedad, cuando vayan por la libertad, o cuando vayan por las instituciones? En una república es importante que los tres poderes se autolimiten; quienes entraron por la oposición que sepan que el rol no es obstruir, sino que es limitar y controlar. Si en una democracia la oposición no limita cuando el Ejecutivo se quiere exceder, ni controla los actos de gobierno, no estamos en presencia de una democracia plena, sino a las puertas de un gobierno autoritario”.

Finalmente, la diputada señaló: “Lo que pido es reflexión al kirchnerismo, no nos pueden atropellar. Como personas que tienen la responsabilidad de conducir al país tienen que llamar al diálogo, ser muy responsables, porque incendiar las instituciones en un momento de crisis es muy peligroso, lesiona el estado de derecho, nadie va a invertir en un país donde las máximas autoridades de su gobierno lesionan al Congreso, se quieren cargar a la Justicia, persiguen a los opositores, es muy grave y todavía estamos a tiempo de que pongan un freno y convoquen al diálogo”, destacando que “Alberto Fernández, desde que mandó las leyes de excepción –que son las emergencias– y cuando prácticamente declaró el estado de sitio sin pasar por el Congreso está gobernando de manera excepcional, con un montón de DNU, con el Congreso muy limitado y con la Justicia que estuvo de feria durante muchos meses. Está muy cómodo en esa situación, y en lugar de fortalecer la institucionalidad como hicieron en otros países, él lo que hace es avanzar sobre la república”.