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¿Cómo detectar cuando un político nos está mintiendo?

Hablamos con Hugo Lescano, director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal y experto en lenguaje corporal, quien nos explica qué mirar en los candidatos para saber si nos están mintiendo a la hora del discurso

Por Redacción

06 de agosto, 2021 - 19:18

Empiezan las campañas de cara a las elecciones legislativas 2021 y varios candidatos tienen un gran nivel de oratoria, pero... ¿cómo podemos detectar si un político nos está mintiendo a través de sus gestos y expresiones?

 “Los políticos que esconden el dedo pulgar cuando te va a contestar algo, prendé todas las luces”, señaló Hugo Lescano, director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal; experto en lenguaje corporal y consultor OEA - Washington DC.

En diálogo con El Interactivo (lunes a viernes 12.30 por Facebook y YouTube de El Ciudadano), el especialista nos explicó qué mirar a los candidatos para saber si nos están mintiendo a la hora de dar un discurso. “Soy uno de los que cree que está mal definida la comunicación no verbal. Desde lo social nunca definimos desde la carencia y lo negativo. Decir que solo es comunicación no verbal es demasiado amplio, es como ir al médico y después de la consulta te dicen vos tenés un problema no pulmonar. Entonces te quedás inquieto porque no sabés qué problema tenés".

“La comunicación no verbal calculo que va a ir evolucionando en su definición. Me gusta decir, aunque no es muy correcto, lenguaje corporal porque es lo que la gente rápidamente se imagina, el mensaje del cuerpo: movimientos, posturas, gestos faciales, gestos manuales. Además hay otra parte de la comunicación no verbal que no estaría encuadrada en el lenguaje corporal que es todo lo simbólico, que es el canal diacrítico de la comunicación: color de ropa, peinado, si tengo barba de dos días, reloj, tatuaje, accesorios, el fondo que uso en una entrevista como esta o lo que tengo en el escritorio, el auto que uso, todo lo que rodea a la comunicación visual. Eso también tiene un mensaje implícito en cualquier conversación e interacción humana.

-Estamos en campaña, por eso es interesante mirar a los políticos. ¿Cómo ves el lenguaje corporal de los políticos en Argentina?

- "Hay un extremo en franjas políticas que descansan todo su discurso sobre profesionales de la comunicación que en algún caso, desde mi visión, son simuladores. Se lo he dicho a todo el equipo, hablo de Jaime Durán Barba, donde la parte política es la competencia de nuestro laboratorio. Lo que les digo es que como el cuerpo no puede y no sabe mentir más allá de 2 minutos de simulación, ellos se dedican a darles recetas a muchos políticos para impostar el discurso, el corporal, como el verbal y mostrar emociones que muchas veces no tienen".

- “Yo digo que es un trabajo peligroso, es un extremo el de Durán Barba. En América Latina los que hacen eso son presidentes que nunca han ganado una reelección. Siempre han gobernado por un corto período porque el impacto visual es muy fuerte, el impacto semiótico", sostuvo Lescano.

Y agregó: “En política te imaginás a la gente de traje, a los ministerios, el trabajo, la política pública, los discursos. Pero si la gente tiene algo negativo con la política, que ha pasado en todo el mundo y se ha construido que todos los políticos mienten o que la política es sucia, los medios han abonado mucho esa teoría. 9 de cada 10 te van a decir que los políticos son todos iguales, cosa que no es cierta. Es como decir que los supermercados chinos desenchufan la heladera, son estructuras sociales prejuiciosas que no tienen fundamento en lo que sucede".

“Yendo al punto, Durán Barba dice vamos a sacar a la gente, en lo semiótico, del ámbito político. ¿A dónde le gusta estar a la gente? Si yo mañana les digo vamos a una reunión con ministros, para hablar de lo que va a suceder de acá en adelante o vamos a un asado o cumpleaños ustedes no van a dudar a qué lugar ir. Si redito a la política, al personaje, candidato de globos, colores, movimientos quinésicos, música que se aproxima a situaciones donde la felicidad y el éxtasis preponderan, es lógico que el impacto va a ser bueno. Si le agrego elementos como que mañana no habrá más pobreza, todos vamos a estar más felices y bailamos, es muy fuerte para gente que no está relativamente informada", continuó.

 

En ese sentido, el especialista expresó: “No quiero que con esto crean que estoy haciendo una campaña discursiva en contra del Pro, estoy hablando de comunicación política y esto sucede en toda América Latina. Cuando quitamos los elementos de la simbología propios de la disciplina y agregamos otros, la gente se confunde y 8 de 10 votamos por emociones, sin averiguar el proyecto político que traen. Eso pasa porque en un sistema organizado como el que tenemos hoy en el mundo, la gente se dedica a sobrevivir, no hay tiempo para informarse, solo leo titulares y trato de pasarla lo mejor posible."

“El otro extremo que quiero comentar, por un lado Durán Barba con el circo de felicidad, acá le cabe una pequeña crítica al actual presidente Alberto Fernández que dijo "nosotros no queremos coaching", de hecho usó mal el concepto. Él se refería al coach y dijo coaching. Muchos se equivocan, dicen sos coaching y no es así, en todo caso será coach. Valoro mucho a los políticos que dicen nosotros queremos ser honestos, sinceros y no queremos coach que nos prepare. Pero por otro lado creo que hay un error, ellos creen que el coach es una persona que les va a enseñar a simular. Justamente porque ha ganado mucha fama ese esquema".

“Un coach podría acompañarte para que tu lenguaje corporal esté en línea con el discurso propio. Si digo que estoy enojado, que mi discurso sea honesto y no necesite mentir. Tuvimos unos mandatarios para atrás que decían los estoy invitando a dialogar, quiero que vengan a dialogar. Mientras decía dialogar con los dientes apretados sacudía los brazos, repetía tenemos que dialogar. En realidad nos invitaban a pelear con el discurso corporal", explicó.

“El presidente (Albreto Fernández) tiene un bagaje de comunicación potente por su trabajo docente, está acostumbrado a hablar. Le toma a la docencia los códigos académicos, no habla como político excepto en un acto partidario. Tiene una cadena nacional o cuando habla al público en general habla como si fuera un profesor, de ahí el hecho de la filmina, muy académico. Eso ayuda mucho para elevar el nivel de adhesión, porque le creemos más a un profesor que a un político. Ahí sí creo que yo le acercaría esa propuesta, de hecho hemos estado conversando con Alberto Fernández hace como un año por WhastApp donde yo le mencionaba la cuestión de la educación corporal y los códigos docentes que él ya los tiene, no es que va a tener que mentir. Que se muestre más docente que político, porque la gente tiene problemas con los políticos pero no con los docentes. Ahí tenemos algo bueno para destacar.

-¿Es igual esa manera de desenvolverse a la gente cuando el presidente hace anuncios solos o con Larreta y Kicillof? Me parece que es muy distinto cuando la vicepresidenta está en los actos, es como que permanentemente busca aprobación con la mirada.

- "Hay dos cuestiones, por un lado es un acto partidario que ya de por sí el discurso, el tono se modifica. Él también utiliza el dedo, que lo había criticado originalmente porque era el dedo acusador. Él lo usa como dedo indicador, es un gesto ilustrador. Un poco es un dedo de advertencia y autoridad casi emblemático de nuestra sociedad. No es una cadena nacional, pero despliega su lenguaje más aplacado, con tonalidad más académica que un acto partidario".

“Por mucho tiempo se ha trabajado el hecho de que la ex presidenta (Cristina Fernández de Kirchner), actual vicepresidenta, es potente, autoritaria y nos reta. Los mismos gestos que hace ella, los han hecho todos los presidentes de América Latina, incluso Norteamérica cuando salía Donald Trump, pero si es una mujer es autoritaria. Es lo que vemos en el género, que hace que veamos mal que una mujer me venga a explicar la política o el futbol", señaló el especialista en lenguaje corporal.

“Ahora bien, hay otro punto. Cristina tiene un código comunicacional extremadamente potente y además es carismática. El carisma desde la ciencia significa que el lenguaje corporal está alineado con lo que decís. Es difícil estar al lado de una persona carismática sin buscar aprobación. El carismático tiene como punto de apoyo que prácticamente no necesita mentirte, de hecho a Cristina los que la aman lo hacen por lo que ella es y los que la odian es por lo mismo. A diferencia de políticos que dicen vamos a hacer esto y decís al final me mintió; Cristina dice como Maradona las barbaridades que mucha gente cree que son barbaridades porque ella realmente está convencida. Maradona en plena conferencia de prensa decía las cosas de manera violenta, como con Pasman que quedó para la eternidad. Podríamos hablar de Luther King o de Chavez. El carisma no echa mano a la simulación, te dice las cosas. Cristina tiene eso".

-¿Qué dos o tres tips hay que tener en cuenta para cuando nos habla un político?

- "Hay algo que se ha investigado durante años y que pocos medios de comunicación lo han referido o señalado como elemento a tener en cuenta en la comunicación no verbal. Hay un punto que buscamos cuando vemos un discurso político. De hecho nuestro laboratorio cuando procesa la información para catalogarla, tenerla archivada, para caso de análisis vemos un punto que es el paralenguaje. Es la manera en que las personas nos hablan, es el tono, el volumen, el ritmo, pausas, velocidad de las palabras, prosodia. Lo que se modifica cuando un político está diciendo algo que probablemente no cree y que si lo cree probablemente no cumpla es que se modifica el paralenguaje sutilmente, la voz se aflauta sutilmente".

"Si es una promesa difícil de cumplir, el paralenguaje suele subir la tonalidad sutilmente. No hablo del volumen. Vean cuando el político habla en un reportaje, no en un anuncio necesariamente. El político de golpe dice me parece que esto es fácil de resolver y la voz se pone más finita, eso es para tener en cuenta, eso se llama babytoc, que es la manera en que hablamos con los niños o los perros que les hablamos más finito y el cerebro lo hace de manera sutil cuando queremos empatizar porque no estamos convencidos de lo que estamos diciendo".

“Por otro lado, algo visible es que hay políticos que cuando levantan sus manos y hacen un gesto articulador, como Kicillof que es articular. Hay una cuestión que se ha investigado durante años, que el dedo pulgar hacia arriba con la mano cerrada, significa que todo está bien. Es un emblema cultural, que no necesita traducción, por eso es emblema. Ahora, cuando estamos hablando y el dedo pulgar desaparece es porque todo está bastante mal o lo que estoy haciendo no es correcto o estoy ocultando información. Saben que es muy difícil hablar así, intenten gesticular ocultando el dedo pulgar y solo los magos están entrenados para atajar una carta o algo que quieren ocultar. Sin embargo, se van a sorprender. Busquen en Google y van a buscar los anuncios económicos, megaanuncios o grandes explicaciones de jefes de la ciudad, gobernadores, presidentes, ministros de economía, que en el momento crucial que empiezan a explicar algo el dedo desaparece y terminan hablando con las palmas de la mano o ante una pregunta del periodista el político cierra la mano envolviendo en la mano el pulgar".