|09/02/20 09:15 AM

El mafioso que puso a la Justicia en la sensatez de la gente

Claudio Bonadio fue titular del Juzgado Nº 11 durante 26 años. Eso, técnicamente, lo hizo acreedor de todo un récord en la zona caliente de la Justicia en los tribunales federales de Comodoro Py, hasta que su salud le asestó una estocada mortal y dejó de existir a los 64 años

10 de febrero, 2020 - 07:10

El rótulo de "mafioso" puesto a un juez de la Nación, que hasta el final enfrentó oscuros e impunes poderes que dominan el escenario argentino, es cuanto más un mínimo improperio del que tuvo que soportar hasta los últimos segundos de su vida.

Claudio Bonadio fue titular del Juzgado Nº 11 durante 26 años. Eso, técnicamente, lo hizo acreedor de todo un récord en la zona caliente de la Justicia en los tribunales federales de Comodoro Py, en la capital del país, hasta que su salud le asestó una estocada mortal y dejó de existir a los 64 años.

Su paso por la Justicia estuvo sesgado por cuestionamientos permanentes, desde su instalación como juez federal durante la presidencia de Carlos Menem, por medio de la famosa servilleta de Carlos Corach, dicen.

Hasta, fundamentalmente, en todo su accionar dentro y fuera de su despacho, condenando al marino torturador Alfredo Astiz cuando éste dijo en el año 2000 que estaba capacitado para matar políticos y periodistas.

O cuando un año después mató a tiros a dos delincuentes que lo quisieron asaltar en plena vía pública.

Fue uno de los pocos, y quizá, el único que enfrentó el pesado halo de corrupción que asoló la Nación en sus últimos 16 años.

Por eso, el más difamado y odiado por el ultra kirchnerismo que encontró en Bonadio el hierro caliente de la Justicia. Allí, el judicial demostró con creces no ser timorato para procesar a todo aquel que fue parte de toda una banda oficial que le robó al país.

El martillo del juez Bonadio se posó por primera vez sobre los Kirchner y su entorno en el año 2010, cuando procesó al primer alto funcionario que se había enriquecido descaradamente con los bienes del país, el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime.

Desde allí hasta su muerte, no dejó de investigar, imputar y procesar a quienes cometieron malversación de fondos de la Argentina.

La causas Hotesur, dólar futuro, Los Sauces, la tragedia de Once y los cuadernos de la corrupción, fueron parte de los abultados expedientes que inundaron su despacho.

También la denuncia del fiscal federal Alberto Nisman por el memorándum con Irán, algo por lo que había solicitado el desafuero y detención de la senadora Cristina Fernández de Kirchner.

La misma solicitud por la causa de los cuadernos, donde está demás reflejar que no se concretaron ni el desafuero ni la detención en ninguna de las dos oportunidades.

Donde solo sobresaldría el ensañamiento contra el juez a quien ya, ejerciendo la Presidencia, había calificado de "pistolero" y "extorsionador".

Por todo lo hecho en su carrera judicial, Claudio Bonadio tuvo otro récord: pasar casi constantemente bajo el duro cedazo del Consejo de la Magistratura ante más de 50 denuncias en su contra que culminaron en sobreseimiento y la confirmación en su cargo.

Esto, más amenazas de muerte y la difamación institucionalizada en medios afines al kirchnerismo, lo transformaron en "un monstruo apátrida" que había que destruir.

El deterioro de la salud del juez federal, hasta su muerte, ayudó en todo a todos. Sobre todo a quien había logrado un peldaño más de impunidad con su cargo de vicepresidente de la nación, Cristina Fernández.

La figura que Bonadío apenas alcanzó a sentar en el banquillo de los acusados y no pudo lograr que la juzgaran en las abultadas causas que deberá arrastrar de por vida.

Al conocerse el fallecimiento del juez, una catarata de improperios, insultos y hasta vítores por su muerte se multiplicaron sostenidamente en todo el país.

Una caterva de imbéciles que alimentan con saña la grieta, casi a su conveniencia, como un tal Gregorio Dalbón.

El mismo que salió a festejar su muerte argumentando que se murió un soberbio que se salvó de ser juzgado, tras lo cual lanzó una de las tantas embestidas que salieron de su cloaca intelectual para defender a su líder, CFK.

Murió Claudio Bonadío y no se sabe quién ejercerá como titular del Juzgado Nº 11 con todas las causas que quedaron suspendidas con la energía de un hombre al que se le fue la vida por impartir justicia.

En una Nación que necesita Justicia respetada y acatada en sus dictámenes.

Dorados puntos que fueron sepultados por los que les conviene que no se llegue a ese lugar donde pretendió alcanzar un juez "mafioso" que solo quiso que el Poder Judicial del país juegue del lado de la sensatez de la gente.