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Periodismo, voto y democracia

27 de octubre, 2019 - 09:30

Este domingo contiene un cúmulo de fuertes sensaciones, sentimientos y responsabilidades, con el absoluto protagonismo de la gente, que se expedirá con la responsabilidad de su conciencia, memoria e interés del país que viene para su familia, esencialmente para sus hijos.

Nadie negará que el cambio presidencial, con su respectiva elección, se concreta en un duro momento económico, financiero y social de la Argentina. Como tampoco se puede negar que en este fragmento de historia también están presentes todos aquellos aspectos oscuros y traumáticos de los que tanto le cuesta a la nación desprenderse.

Esto último, en el fiel convencimiento de que debemos ser un país correcto, con estado de derecho y plena vigencia de sus instituciones. Es decir, una tierra democrática limpia, por lo tanto, sin condición alguna de ningún sector.

El periodismo, memoria y consciente de todos los ciudadanos, sigue siendo atacado sistemáticamente por ser ese factor fundamental, para que todo lo expresado no se pierda en el oscuro interés sectario de los que sí quieren condicionar el estado democrático.

Molesta que el trabajador de prensa informe, investigue y reflexione de lo que se hizo, hace y se pretende hace con la nación.

Alertar a la gente sobre esa reprochable mordaza en la tarea de prensa no es una cuestión sectaria o corporativa de los periodistas. Es decirle al país que controlando eso, será mucho más fácil distorsionar toda acción en la administración del Estado, que supone transparencia.

Es también asegurar que todo este importante, histórico y decisivo momento en el que la Justicia investiga actos de sumo calibre de corrupción sobre ese Estado, sea anulado.

Es instalar definitivamente la impunidad en todo orden y sobre quienes se quieren sacudir de sus espaldas el accionar judicial. Es asegurarse que toda la nación no pueda expresarse libremente como respalda la Constitución.

Por lo que se producirían dos inadmisibles actos violatorios que implican libertades públicas, como el derecho de la gente a estar informada sin condicionamiento alguno y como indica la Constitución. Lo más cercano a puntos oscuros de la dictadura.

Este domingo habla el ciudadano y en esa expresión se concentra la trascendente expectativa de poner las cosas definitivamente en el lado correcto del vivir de la Argentina. Por sobre todo del camino sin atajos ni obstáculos que pretende vivir ese argentino, cansado de abusos, versos, conspiraciones y maniobras que han debilitado groseramente el accionar de los tres poderes del Estado y sus instituciones.

Pues de esa acción del soberano dependerá la nación de los próximos tiempos. Con contundentes libertades de prensa y expresión que encierra el periodismo.

El garantizado voto transparente en el que la gente decida a su consciencia y no por capricho de ningún sector político. Importante sufragio donde la democracia sea el fin último de todos los argentinos.

Ciudadanos que merecen desarrollarse en plenitud, de igual modo y derecho para que reciban educación, salud y justicia. Un todo que envuelve el acto trascendente de votar, esencialmente saber votar.