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José Luis Ramón, más apegado al circo que a la seriedad

El diputado nacional por Mendoza José Luis Ramón sufre un mal que aqueja a algunos legisladores –afortunadamente son pocos– que hace que el personaje se coma al político. En apenas dos semanas dejó al descubierto que una cosa es la campaña y otra la realidad de los propósitos.

Por Redacción

01 de marzo, 2018 - 16:38

Uno de los tantos epítetos que recibió el diputado nacional José Luis Ramón tras su escandaloso y sorpresivo paso por la comisión que discutía el proyecto del Ente Provincial de Transporte, –asemejándose más a los personajes típicos de las canchas de fútbol que a un político que seriamente quería debatir sobre un proyecto–, es el de “vende humo”, según lo tildaron miembros de la bancada justicialista.

El resultado fue una intervención para el olvido por lo vergonzosa, pero lo más triste es que si alguien le creyó a tantos aspavientos por parte del diputado en la citada comisión, la credibilidad solo le duró dos días, que fue el tiempo que tardó la Cámara de Diputados en aprobar el proyecto en cuestión.

Los anuncios a los gritos de Ramón, quién bramaba que iba “a hacer todo lo posible por evitar la sanción”, quedó solo en eso, en expresiones bravuconas que nunca cumplió, ya que cuando se trató en el recinto la creación del Ente, brilló por su ausencia. 

El faltazo fue puesto de relieve por algunos legisladores, que lo hicieron notar para dejar al descubierto lo poco sólidas, responsables y creíbles de las expresiones vertidas por el legislador, dejando por sentado, según ellos, que “trabaja más para las cámaras de televisión que para los mendocinos”.

Por ahora, la primera actuación pública del díscolo diputado fue lamentable y deja abierta la puerta para que lo denosten, como hizo un legislador, por lo bajo, opinando que “más que Caruso Lombardi, es un chanta que subestima a la gente”.

 

¡Y se va la segunda…!

Como si fuera poco, después de esa triste aparición en comisiones, el diputado Ramón salió a promocionar su proyecto para sancionar con prisión y multas económicas a los políticos que una vez obtenido su cargo no cumplan con las promesas de campaña, algo que muchos tomaron con humor porque él mismo no pudo cumplir su promesa de luchar denodadamente, como lo prometió el lunes pasado, contra la aprobación de la creación del ente Provincial de Transporte.

Ramón –miembro del interbloque que lidera Martín Lousteau y cara visible de la ONG Protectora– propone que se sancionen con penas de cuatro a diez años a los candidatos que, una vez ocupados sus cargos, incumplan con las promesas que hicieron durante la campaña.

La insólita iniciativa busca que se incorpore un nuevo artículo al Capítulo IV del Código Penal sobre “Estafas y otras Defraudaciones” que, además de los años de cárcel, establezca la “inhabilitación por doble tiempo para ocupar cargos públicos” y multas que van desde los $250 mil a un millón de pesos, “a todo funcionario público que incumpliere en su gestión las promesas realizadas en campaña electoral a la población”.

Además, Ramón argumentó que “teniendo en cuenta que quien ejerce la función pública debe ser antes que nada servidor público, no solo debe rendir cuenta de sus actos, sino también llevar a la práctica lo que se predica con las palabras frente a la ciudadanía”.

Sin embargo, realmente se manifestó con una falta de respeto hacia la Cámara y el resto de los diputados que no corresponde a un legislador nacional. A tal punto enojó la actuación de Ramón que, al terminar la reunión, el diputado del PJ Lucas Ilardo dijo que “si quiere hacer una venta de humo, la puede hacer afuera con la prensa y no en la comisión donde estamos tratando con seriedad un proyecto de ley”.

Si el nivel que va a tener su labor legislativa es del tenor de este poco creíble proyecto, cabe preguntarse si los mendocinos no se equivocaron al confiar en la lista del rejuntado variopinto del Partido Intransigente. Algunos ya salieron a pegarle “por hacer parte de su fortuna –según ellos– en base a los pobres consumidores”.

El hasta ahora poco creíble proyecto que propicia la creación de un nuevo artículo del Código Penal que permitiría sancionar las falsas promesas de campaña, tendrá que esperar un poco para ver el recibimiento que le darán sus pares en el Congreso de la Nación, o tal vez, quién dice, allí Ramón se encuentre más a gusto con el circo característico de la Gran Capital, que es bien distinto a lo que los mendocinos quieren de sus políticos.

¿Y si actúan seriamente?

Ésa es una propuesta que hacen muchos al ver una nueva camada de políticos que sin ningún pudor actúan para las cámaras, o como dicen otros, “para la gilada”.

Al respecto, un veterano legislador se preguntaba “qué sanción le cabe a un diputado que agarra una pala para la foto en medio de una desgracia como lo fueron los incendios del Sur”, mientras que un segundo contribuía aportando otro cuestionamiento: “¿De qué le sirve al electorado que salga con el viento Zonda con cámaras de filmación y fotógrafos pagos para criticar sin ninguna razón?”.

La tercera es la vencida

Evidentemente ese tipo de política sirvió para la campaña electoral, pero será difícil que la gente lo tolere con el tiempo. Son épocas para un trabajo de perfil bajo pero efectivo, ya que la comunidad olfatea cuando le quieren vender espejitos de colores.

Es una pena que alguien que parecía traer un nuevo aire para la política termine empantanado en sus propias y exageradas actuaciones.

¿No es acaso el mejor camino actuar con seriedad, debatir y disentir con respeto y no a los gritos, entre insultos, como los producidos en la intervención del diputado Ramón en el Anexo de la Legislatura?

Ya van dos oportunidades perdidas para lucirse en serio en tan solo una semana. Ojalá que la tercera sea la vencida y presente algún proyecto para beneficio de los mendocinos o para las economías regionales, dejando el histrionismo, la sobreactuación y el circo de lado para que definitivamente no vuelvan a parecer. / Juan del Pasillo