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Iglesia Filadelfia y la Tía Eva, las claves para desbaratar a una organización de trata de personas

En Mendoza y otras provincias del país se efectuó un megaoperativo con el fin de desarticular esta banda delictiva que reclutaba personas usando como pantalla un templo evangélico

Por Redacción

02 de diciembre, 2020 - 19:28

Luego de intensas tareas de investigación criminal por parte de la Policía Federal Argentina, con el apoyo operativo de 250 uniformados de Gendarmería Nacional, se logró desbaratar a una organización liderada por una mujer conocida como “La Tía Eva”, quien bajo la pantalla de una comunidad religiosa denominada Filadelfia, se dedicaba a la trata de personas, lavado de dinero, delitos contra la integridad sexual de menores y adultos, contra la identidad y contra la vida.

El operativo desplegado finalizó con siete detenidos y el rescate de 69 víctimas. En total, se realizaron 23 allanamientos en nuestra provincia, Buenos Aires, Salta, Tucumán, Neuquén y Entre Ríos. 

Según datos que se desprenden de la investigación, entre los delitos registrados, las y los miembros de la “comunidad” sustraían menores a sus padres biológicos para inscribirlos luego como hijos de varias mujeres de la organización. Además, se pudo establecer que también cometían el delito de instigación al suicidio al haber inducido a la muerte a un joven que se había reconocido como homosexual, hecho por el que sufrió permanentes hostigamientos y agresiones que finalizaron con su trágica muerte.

En Mendoza, el templo Filadelfia funcionaba en el distrito Rodeo de la Cruz, de Guaymallén, y asistían varias personas a sus reuniones los domingos por la tarde.

Abusos sexuales para “evitar” el pecado

El grupo, oculto bajo una presunta vocación religiosa, comenzó sus actividades en el país entre 1972 y 1973 y estaba liderado por “la Tía Eva” y dos cómplices a quienes se las acusa, hasta ahora, de dos abusos sexuales (en el marco de acciones religiosas supuestamente para evitar el pecado) contra un menor.

Dado su forma de actuar y el modus operandi, este tipo de hechos se fueron reiterando a lo largo de los años. Con un “templo” principal emplazado en el Gran Buenos Aires y “anexos” en varias provincia, entre ellas Mendoza, captaban personas en distintas partes del país. Centralmente, esas captaciones eran realizadas sobre niñas y niños en situaciones de pobreza y vulnerabilidad.