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Gil Pereg: su relación con los felinos y por qué se sentía "gato"

Uno de los testigos dio detalles sobre el perfil psicológico del israelí. Una vecina contó un curioso episodio con las cámaras de seguridad de la zona

Por Redacción

29 de octubre, 2021 - 14:10

En el cuarto día del juicio por jurado contra Nicolás Gil Pereg, los testigos que pasaron a declarar fueron bastante variados: desde un psicólogo del penal hasta una vecina muy elocuente.

El primer testimonio fue el de un psicólogo del servicio penitenciario San Felipe, quien confirmó que el israelí acusado de doble homicidio “estaba diagnosticado con un trastorno obsesivo compulsivo, el no refirió a internaciones en el pasado”.

Por otra parte, el profesional manifestó que el imputado se refería a los gatos como “sus hijos, presentaba pensamiento extravagante y me parecía una persona normal al refiriese a sus mascotas. En un primer momento no era posible hacer un diagnóstico por su mutismo selectivo”.

Al igual que otros testigos, el psicólogo reconoció que Pereg “nunca se comportó como un gato, si hablaba de los motivos por los cuales se sentía gato”.

 

La raza humana 

Una de las frases del testigo tuvo que ver con los pensamientos que tenía Gil Pereg. “Consideraba que la raza humana era una raza que estaba en contra del planeta y de la vida y por eso los gatos eran superiores para él”, contó.

Sobre su internación en el hospital psiquiátrico El Sauce de Guaymallén, el profesional señaló que en dicho centro asistencial “le daban el alta porque no reunía criterios para internación. Hoy la internación de Pereg es voluntaria porque él no quiere estar en el servicio penitenciario”.

Además del psicólogo también pasaron por el estrado una traductora de inglés que tradujo la partida de nacimiento de Pereg y un periodista que lo entrevistó dentro del penal (dicha entrevista fue admitida como prueba).

 

Una vecina elocuente 

Una mujer que era vecina de Pereg en el predio donde vivía en calle Roca de Guaymallén también declaró durante esta cuarta jornada del juicio.

La señora trabajaba en el cementerio de la comuna y entre sus varias frases, un tanto elocuentes, se explayó sobre el aspecto físico del israelí y sus formas de actuar “un tanto solitario”.

“Yo lo ayudaba a llevar las bolsas de alimentos para gatos que él compraba, que eran como 15 y de buena calidad, siempre le decía que se cambiara la ropa porque andaba con lo mismo en invierno y verano, al igual que las rastas”, comentó.

Por otro lado, la mujer señaló que en la zona existían 7 cámaras de seguridad y que “las quisieron arrancar. La que daba al portón de Nicolás era la que no andaba”.

 

Estafado por un arquitecto 

Otro de los testigos que habló en el juicio fue un arquitecto que era presidente del Comité de Ética del Colegio de Arquitectos de Mendoza.

Entre sus palabras, confirmó que a Pereg lo estafó un arquitecto, a quien le entregó 300 mil dólares para realizar un proyecto de canchas de pádel y fútbol.

Según el testigo, tanto él como Pereg entablaron una relación amistosa (lo quería como a un hijo) y el israelí lo trataba como “señor Willy”.

Por último y sin dejar de ser un detalle menor, el arquitecto afirmó que visitó tres veces al imputado en el penal. “Me confesó que él no mató a nadie”, cerró.


Informe: Jeremías Chacón y Rebeca Rodríguez