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Sin caretas, comienza el cuarto gobierno K

16 de junio, 2020 - 14:35

Allá por diciembre, cuando comenzó el gobierno de Alberto, la gran duda o por lo menos de la mayoría, era saber si gobernaría el Presidente o Cristina, quien lo puso como candidato con un claro objetivo de retomar el poder en manos de quien la había criticado en sus últimos años como mandataria.

Después de haber comenzado una gestión aparentemente pacífica y con una Vicepresidenta agazapada en el silencio, todo parecía marchar con cierta calma, pero sin saber cuál era realmente el plan de gobierno de Alberto. Entre tanta incertidumbre, llegó la pandemia y la carta que esperaba el gobierno o mejor dicho la arquitecta egipcia, llegó sin que nadie lo pensara.

Realmente la emergencia sanitaria, le vino muy bien a Cristina para poder empezar a pergeñar el plan que pretende. No le duro más que seis meses la pasividad y ya puso en marcha todo su aparato camporista para lograr su verdadero objetivo, ir por todo y retomar el camino que dejaron en 2015. Utilizaron los cuatro años del gobierno de cambiemos, para seguir ideando y fortaleciendo su plan siniestro. Está claro que volvieron los mismos y peores.

Voy a centrarme en solo algunos puntos para fundamentar la teoría, específicamente en los que han sido relevantes en las últimas semanas, como es el ataque furioso al sector privado, la violencia institucional y la centralización del poder para terminar con la República y el Estado Federal.

Cuando Fernanda Vallejos dio a conocer la loca idea de que el estado se quedaría con parte de las empresas privadas, por el solo hecho de pagar parte de los sueldos de sus empleados, aprovechándose de la necesidad del sector que no podía trabajar por el ASPO (Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio), Alberto salió a decir que no era la intención de este gobierno, quedarse con ninguna empresa. También había dado señales de esto, unos meses atrás, Juan Grabois, diciendo que había que expropiar tierras a los propietarios que tuvieran más de 5.000 hectáreas.

Parece que eran mensajes reveladores, para al fin concretar el primer ataque, el que hoy sufre la firma VICENTIN SAIC, cuando con total liviandad y en un espacio de 12 minutos el Presidente Fernández, junto a la legisladora de la Cámpora Anabel Fernández Sagasti, acatando ambos la directiva de Cristina Fernández de Kirchner, comunicaban que intervenían y expropiaban de una manera inconstitucional y arrebatadora, a noventa años de sacrificio familiar y toda la historia de un pueblo que creció con esta compañía. Sin eufemismos y con palabras claras, parece que los Fernández, están llevándose puestos los sueños y los derechos de los argentinos.

La violencia institucional, es un tema tan delicado y complejo, que pone en peligro las libertades y derechos por los que luchamos y logramos en todos estos años desde el regreso a la democracia. Vimos como en Tucumán, la policía mató y quiso desaparecer el cuerpo de Luis Espinoza. El caso de Florencia Morales que conmocionó a San Luis y el país entero, donde la mujer apareció muerta en una celda de una comisaría y la autopsia dio que el cuerpo presentaba signos de defensa. Hechos gravísimos que han pasado casi desapercibidos y sin pronunciamientos marcados por el frente gobernante, y que solo hemos visto gracias a los comunicados y pedidos de justicia por parte de la oposición mayoritaria.

No está de más decir que por un hecho similar, como fue el de George Floyd, en EEUU, hubo marchas y reclamos en muchas partes del mundo. También pasaron hechos aberrantes, en Chaco, la policía vestida de civil torturó a una familia Qom. No podemos dejar de nombrar el ciberpatrullaje, para perseguir a los que se manifiestan y piensan distinto, como si fuera un delito de lesa humanidad. Como broche de oro a lo enunciado, es la envestida a los medios y periodistas verdaderamente independientes, que no son obsecuentes al oficialismo, y los acusan de formar una asociación ilícita para perjudicar a la señora y sus secuaces, nunca mejor usada en este caso, la frase de que, “Cree el ladrón que todos son de su misma condición”.

Por último analizaremos la centralización del poder que busca el cuarto gobierno Kirchnerista. Esto comenzó con la delegación de poderes al Presidente, siguió con la paralización del Congreso Nacional en tiempos de pandemia y continúo con la feria judicial extraordinaria. De esta manera se cerraron dos de los tres poderes del Estado, quedando solo el Ejecutivo con el guante para gobernar con total arbitrariedad a través de los DNU.

Así someten a las provincias, con la crisis económica que se vive, disponiendo de los fondos del estado nacional a discrecionalidad para los gobernadores amigos y asfixiando a los opositores, como es el caso de nuestra provincia, donde a nuestro gobernador Rodolfo Suarez, lo ahogan económicamente para tenerlo como rehén de la Casa Rosada. Ejemplo de esto es Portezuelo del viento, una obra de vital importancia y con derechos adquiridos por todos los mendocinos. Hoy nos encontramos nuevamente dando pelea contra las mezquindades y caprichos de un gobierno nacional que se cree absoluto y que nos tiene a merced de sus atropellos y discrecionalidades.