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Sacarse el barbijo, mas no la careta

Después del resultado de las PASO, no quedó afuera de la campaña que metieran mano a las medidas sanitarias sobre el coronavirus

26 de septiembre, 2021 - 10:41

Las especulaciones,tras los resultados en las primarias del 12 de septiembre dieron rienda suelta a todo tipo de medidas, que, transcriptas a las expresiones populares, cabría muy bien aquello de manotazos de ahogado.

La escoba de barrer debajo de la alfombra de la nación intenta llevar todo aquello por lo que la gente se expidió enérgica y contundentemente con su voto en las PASO.

El máximo objetivo es que el 14 de noviembre no se repita el fuerte cachetazo electoral, por lo que poner en movimiento todo lo que haga posible esto implica colocar a su máxima exponencia la maquinaria del mundo de la política, donde se desnuda el arte de todo lo posible.

A los cambios de Gabinete sobrevinieron anuncios de fuertes medidas económicas para que todos salgan del añejo pantano de los graves problemas económicos que tiene el país en materia de inversiones, producción, trabajo, salario, jubilación y planes sociales que amortigüen la inmensa pobreza que sufre Argentina.

No quedó afuera que metieran mano a las medidas sanitarias sobre el coronavirus.

La pandemia de COVID-19 está entre nosotros, las variantes que aparecieron con las esperadas mutaciones que hizo el virus en todo el mundo penetran entre los argentinos.

El bicho que se propagó en la ciudad china de Wuhan a finales del 2019, haciendo estragos con contagios y muertes en todo el planeta, está más vigente que nunca.

Las cepas de cada región de mundo, con sus denominaciones como Alpha, Manaos, Delta, MU, Lambda o Variante Andina, entre otras, hicieron que muchos países que habían dejado de utilizar barbijos, entre otras medidas, retrotrajeran todo a las disposiciones sanitarias iniciales.

Las claras demostraciones internacionales no dejan dudas: se está muy lejos de vencer totalmente al coronavirus. Por lo que medidas sanitarias, como tapabocas, higiene permanente y el distanciamiento necesario hay que mantenerlos.

Del mismo modo, profundizar la vacunación ya en todos los niveles de edad: niños, adolescentes, jóvenes y adultos, con o sin comorbilidades.

Es claro que lo único que permite que el cuerpo humano tenga un mano a mano con el COVID-19 es la vacuna y sus dos dosis, por ahora. Porque más allá de las especulaciones de la industria farmacológica, la tercera dosis está cada vez más cerca de la decisión del mundo.

Es cierto que la Argentina está mostrando síntomas de bajas en contagios y muertes, pero esto no significa que debemos guardar todo amparo sanitario en el baúl de un grave momento histórico en la salud.

No, y no debería ser tomado de esa manera, como ya se pretendería asumir desde ciertos círculos políticos. Los mismos que hablan confusamente de inmunidad de rebaño sin la más mínima base médica y científica, produciendo una innecesaria exaltación en una comunidad extenuada psíquica y físicamente por una pandemia que todavía está muy lejos de ser levantada por la Organización Mundial de la Salud.

Con todos los antecedentes expuestos, aun así, se avanza en cuestiones como sacarle a la gente el tapabocas y darle todas las libertades que fueron suprimidas cuando el virus se hizo presente con una virulencia sin precedentes.

Todo un glosario de determinaciones que conllevan un solo objetivo: que nada moleste a la gente para los tiempos que vienen hasta el 14 de noviembre.

Un peligroso accionar que pone a los argentinos en caminos de cornisa innecesariamente.

Señal que se agrava con los pensamientos que salen de un espacio político con punzante falta de respeto al pretender una vez más minimizar verdaderos actos atroces de corrupción contra la salud de la gente, cuando se privilegió a los amigos del poder con el vacunagate.

O, en medio de rigurosas restricciones sanitarias, se realizaban juntadas o fiestas en el corazón del poder administrativo de la Nación mientras muchos argentinos murieron en la más absoluta soledad u otros no alcanzaban a llegar a su destino por el yugo de la cuarentena.

Situación que, para ese espacio, la gente reprochaba por no contar con unos pesos de más.

Quienes piensan, expresan y actúan de esta manera son los mismos que hablan de inmunidad de rebaño, terminar con medidas sanitarias, el uso de tapabocas y la apertura de todo. Para los que la pandemia significa una variable de ajuste o desajuste del ánimo electoral de la gente.

Un muestrario que se traduce en entregarle a la gente un revolver con una bala en cámara y jugar a la ruleta rusa. Los mismos que se sacan el barbijo, mas no la careta.