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Periodismo, la peor calaña sobre la dirigencia política del país

Las mujeres y los hombres de prensa son enemigos frontales a los cuales se los debe hacer sucumbir a como dé lugar

18 de octubre, 2020 - 09:10

Para el dirigente político argentino el periodismo es lo peor que le podría haber sucedido en ese camino que los lleva a ocupar cargos y alcanzar objetivos que, en todos los casos, no son lo que vociferan en público y sí, en sus ocultos pensamientos.

Hay escasas excepciones, muy escasas, de la dirigencia política de aquí y de allá. Porque está el verdadero e inocultable sinvergüenza para quien la política es un modo sectario de vida en democracia y están, también, esas correctas figuras que muchas veces tienen que hacer ciertas cosas non santas que no deben conocerse, so pretexto, “la gente no entendería”.

Por esto y por tantas cosas más, las mujeres y los hombres de prensa son enemigos frontales a los cuales se los debe hacer sucumbir a como dé lugar.

La historia está manchada de la sangre de emblemáticas figuras a las que se les arrancó sus vidas con saña. Solamente en la última dictadura militar, 223 periodistas, mientras que en democracia son emblemáticos los casos Mario Bonino y José Luis Cabezas.

El oscuro halo de muerte se completa con el cotidiano y mafioso mensaje que perdura hasta nuestros días, donde los y las periodistas sostienen amenazas sobre sus familias, castigos callejeros y las pérdidas de sus fuentes de trabajo.

Esto último, con la mugrienta connivencia entre el dirigente político y algunos directivos de medios para los que la tarea profesional y los lineamientos constitucionales de libertad de prensa son jugosas oportunidades de hacerse de mucho dinero, por lo que censurar es su máxima habilidad.

Los tiempos que transcurren fortalecen la hegemónica y pestilente idea de acallar al periodismo que resiste fortaleciendo su tarea de decir solo la verdad.

Hoy, está en el objetivo supremo de esa oscura casta formada hace 20 años en la Argentina, llamado kirchnerismo, concretar de una vez por todas aquella idea que muchos Yabranes pergeñaron por décadas y que seria el momento de concretarse, aplastar con silencio toda acción del periodismo.

El momento y la destartalada estructura judicial y legislativa que muestra la Argentina es abono perfecto para fertilizar la macabra acción.

El primer paso ya se dio: el denominado torcidamente NODIO, de la Defensoría del Público de la Nación (¿?) es el organismo que se encargará de supervisar todo lo que informe la prensa de nuestro país.

Así, sin anestesia, controlar el espectro informativo con el más absoluto de los descaros, con el argumento de la desinformación y la violencia simbólica (¿?), que según dicen sus mentores producen la mayoría de los medios argentinos.

Lo llamativo es que a la cabeza está una colega (Miriam Lewin) que supo de torturas y vejámenes durante la dictadura militar instaurada el 24 de marzo de 1976.

Un mujer valorada y respetada en el ambiente de prensa por lo que significa en nuestra digna tarea de informar, como baluarte de la democracia, fundamentalmente de la libertad de pensar, hablar, opinar e informar.

Sin embargo, y pareciera ser olvidándose de muchas de estas cosas, hoy, al servicio del kirchnerismo, da rienda suelta a los pensamientos sectarios que ya venían mostrándose, como la CONADEP de los periodistas y embestidas que vociferan los fanáticos de Cristina.

Los periodistas nos preparamos para momentos muy difíciles, no tan difíciles como los que han pasado en nuestra historia, pero difíciles al fin.

Es seguro que los que vienen tendrán una gran cuota de violencia institucional, porque no se permitirá que nunca más se hable, analice e informe la corrupción, de los que robaron y roban dineros de todos los argentinos.

Que se refleje el dolor y muerte de una tragedia como la de Once, la de los gendarmes en el Norte argentino, la del submarino ARA San Juan, de niños muertos por desnutrición, de la profunda pobreza, de los negocios de efedrina que sirvieron para solventar una campaña electoral, de la potenciación del narcotráfico.

Mucho menos hay que recordar que la Justicia tiene pendiente procesar y juzgar las maniobras dolosas de las casas de sueños compartidos, de los proyectos habitacionales de la Tupac Amaru, del sin número de maniobras como las de The Old Fund, de multimillonarias coimas y de tantos y tantos de casos que produjeron graves heridas a las instituciones y a la ciudadanía, fundamentalmente.

Puntos que para NODIO son desinformación y violencia simbólica, tanto como mostrar que todo eso no podrán ser ni investigados y mucho menos juzgados por esa Justicia que también ha sido lesionada, completando la obra macabra.