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La última visita de Sarmiento a la provincia de Mendoza

El educador sanjuanino –quien llegó a ocupar el sillón de Rivadavia– llegó a Mendoza en 1884. Venía de Chile, y tuvo días bastante ajetreados por las actividades programadas, ya que participó de importantes actos como conferencias y reuniones

14 de septiembre, 2020 - 08:00

Hace pocos días se conmemoró otro aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, uno de los más grandes educadores que tuvo el continente americano. Su visión sobre la educación marcó un antes y un después en la enseñanza en las escuelas de todo el país, con el lema de ‘educación, educación y educación’.

En 1884, el maestro sanjuanino llegó a Mendoza y fue homenajeado con bombos y platillos durante su última visita a la región Cuyana.

 

Noticias trasandinas

El 4 de abril de 1884 el cónsul de Chile en Mendoza, don Rufino Cubillos, avisó al entonces gobernador de la provincia, coronel Ortega, que Sarmiento llegaría a Mendoza en ese mismo mes.

Luego de esta noticia, el mandatario convocó inmediatamente a sus colaboradores más cercanos para formar comisión con motivo de agasajar la llegada del ‘Maestro de América’. En esa reunión se eligió al doctor Juan Serú como presidente la misma.

Entre las ideas pergeñadas por Serú y sus miembros, se planteó la realización de importantes actos conmemorativos, bailes y conferencias en su honor, exhibiendo así todo el potencial artístico y cultural que tenían los mendocinos de aquel entonces. Días después, esta noticia llegó también a la vecina provincia de San Juan.

Esto causó que numerosas personas, entre las que se encontraban su hermana mayor y otras personalidades de la alta sociedad sanjuanina se entusiasmaran y partieran rumbo a Mendoza.

Fue tanta la cantidad de visitantes que tuvo la ciudad para ver al ‘Padre del aula’, que ni los dos grandes hoteles que había pudieron hospedar a tantas personas, al punto que muchas se alojaron en casas de familia.

 

Sarmiento está en Mendoza

El expresidente de la Nación partió de Santiago de Chile con destino a Mendoza acompañado por su hija Ana Faustina.

Luego de cruzar la cordillera, llegó a mediados de abril a la villa de Uspallata, en donde a través de un telegrama enviado a su amigo Pascual Suárez, le informó que el día 16 de abril estaría en la capital mendocina.

Después de partir desde Uspallata y pasar por Villavicencio, en un viaje de varias horas, Sarmiento llegó al mediodía al departamento de Las Heras en donde fue recibido por la comitiva formada por el gobierno en la casa de don Saturnino Zapata, un gran amigo del prócer que por estar aquejado de una importante sordera llevaba consigo un bastón acústico.

En aquella casona, fue agasajado con un estupendo almuerzo, que contó con la presencia del ministro de Gobierno local, doctor Manuel J. Bermejo quien le dio la bienvenida.

Por la tarde, la comitiva partió hacia la ciudad con 30 carruajes que formaron una caravana.

Inédita foto de Sarmiento con baston acustico en la quinta agronómica en 1884.

La comitiva, con Sarmiento a la cabeza, marchó desde ese lugar para desembocar a la avenida San Martín –denominada así poco tiempo antes de este evento– en plena ciudad. Al entrar a la Alameda, cientos de personas lo acogieron calurosamente, aclamándole y gritando su nombre, mientras la banda de música interpretaba agradables marchas militares en honor a su presencia.

En el magnífico evento se hallaban más de un centenar de alumnos y docentes, entre las que se encontraban miss Dark y miss Cook, de la Escuela Normal, quienes aclamaron y aplaudieron con gran entusiasmo al destacado pedagogo.

Emocionado, Sarmiento se bajó del vehículo y comenzó a repartir afectuosos saludos que fueron correspondidos por la multitud. El gran educador regresó a su coche y el cortejo siguió hacia el centro de la ciudad.

Al llegar a pleno centro, un grupo de viejos amigos lo esperaban. Entre ellos se encontraban José Néstor Lencinas, Daniel Videla Correas y Luis Carlos Lagomaggiore.

Entrada la noche, y finalizados los actos, el autor de Facundo se dirigió a la casa de su amigo Francisco Civit, en Montevideo 54, donde hoy se encuentra la Junta de Estudios Históricos de Mendoza y el Museo del Pasado Cuyano.

A su llegada fue recibido por su dueño, quien en su honor le preparó una de las más elegantes habitaciones de la vivienda.

 

Cuyano alborotador

Al día siguiente, el exmandatario nacional fue homenajeado por cientos de alumnos y docentes que expresaron su gratitud enviándole mensajes y poesías.

Toda Mendoza estaba alborotada. Los periódicos de aquella época, mencionaban en sus páginas las actividades que el educador desarrollaría. Por las calles, en los cafés, en las tiendas, los ciudadanos solo hablaban de él, ya que su figura no pasó desapercibida.

El 19 de abril se presentó un concierto musical en su honor con los mejores artistas mendocinos. A este evento concurrieron tantas personas que el teatro agotó sus localidades en pocos minutos y mucho público quedó afuera.

A las 21 de ese día, al levantarse el telón, Domingo F. Sarmiento apareció vestido con sus mejores galas militares y sentado en un sillón entre los miembros de la comisión de homenaje. Todo el público se puso de pie para aplaudirlo.

A continuación el doctor Antonio Astorga pronunció palabras de bienvenida y posteriormente la orquesta dirigida por Luis Carlos Lagomaggiore inició el concierto. Luego se presentaron varios números artísticos en los que se expresaron los más importantes actores locales de aquella época, entre ellos María Lisa Molina, Mario García, Eliana Álvarez y Pablo Berutti, hijo del patriota Antonio Luis Berutti.

Otros de los actos realizado en su honor fue la visita a la Quinta Agronómica, donde profesores y alumnos tuvieron con él un gesto de honda gratitud.

Después de estos y otros sucesos en homenaje al gran ilustrado, ocurrió un hecho de gran tristeza para Sarmiento. Como una paradoja del destino, le tocó concurrir al entierro de doña Francisca Gutiérrez, esposa de Ignacio Rodríguez, su primer maestro.

Aquel domingo 27 de abril tuvo la oportunidad de despedir los restos de la viuda en el cementerio de la ciudad con un magistral discurso.

 

Uvas para Buenos Aires

Durante los días posteriores, Sarmiento tuvo en esta provincia una intensa actividad, ya que dictó conferencias, participó en bailes y se reunió con amigos.

El 29 de abril el ilustre maestro, partió hacia su tierra natal para luego regresar a Mendoza.

El 20 de mayo se trasladó hacia la estación del flamante ferrocarril que por aquel entonces se encontraba en la localidad de La Paz, para emprender el viaje hacia Buenos Aires. Además de su equipaje, llevaba unos 10.000 racimos de uvas mendocinas para cumplir con pedidos de sus amigos.

Allí se estableció hasta 1887, cuando decidió viajar rumbo a Asunción, capital del Paraguay, en donde falleció el 11 de setiembre de 1888 a los 77 años.