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La extraña visita de Bartolomé Mitre a Mendoza

Quien fuera abogado, periodista, militar, político y presidente de nuestro país, estuvo en la provincia en 1883 para concretar un proyecto que volvería a ubicar a San Martín en su verdadera dimensión histórica

28 de septiembre, 2020 - 07:40

A finales del verano de 1883, un personaje muy destacado del país se encontraba junto a su secretario en la estación de trenes del Ferrocarril Central Argentino (FCCA) en Retiro, Buenos Aires, para tomar el tren hacia la provincia de Mendoza.

Era un hombre cuya edad rondaba los 60 años, alto, de tez pálida, barba corta y entrecana, cabello negro y ondulado, ojos verdes, nariz proporcionada, boca de corte recto y firme y frente regularmente ancha. Cuando llegó la formación, aquel individuo se acomodó en un asiento que daba a la ventanilla con una expresión más bien triste y pensativa.

Mientras tanto, el silbato de la locomotora anunciaba la salida del convoy que partió puntualmente hacia la ciudad de Rosario. Aquel hombre taciturno se llamaba Bartolomé Mitre, expresidente de la Nación, abogado, periodista y luchador en el ruedo político y en los campos de batalla.

Fue sin dudas una de las figuras más controvertidas que tuvo la Nación, pero era admirado por sus seguidores y respetado por sus adversarios. Esta vez viajaba a nuestra provincia para poner en marcha un enigmático plan que tenía en su mente.

 

Héroe de Mendoza

Después de viajar en tren un par de días, Mitre pisó suelo mendocino en la tarde del 15 de marzo.

El exmandatario nacional bajó en la localidad de Desaguadero – última parada del entonces Ferrocarril Andino- en donde lo esperaba una comitiva gubernamental.

A su llegada fue saludado calurosamente por varios funcionarios del gobierno local y luego subió junto a su secretario, su hijo Bartolito Mitre y Vedia, a un coche tirado por caballos junto a otros miembros de la comitiva.

Las Bóvedas de Uspallata, uno de los hitos históricos visitados por Mitre

Desde allí se dirigieron hasta el molino de un vecino de apellido Segura, donde pernoctaron. Al día siguiente, continuaron el viaje hasta la localidad de El Ramblón, en el actual departamento de San Martín, para alojarse en una hermosa propiedad de don Luis Marcó, en la que se realizó un gran almuerzo en su honor.

Posteriormente partió con destino a la hacienda de don Toribio Barrionuevo, situada a 5 kilómetros de la Ciudad, donde fue homenajeado por otra selecta delegación gubernamental. Al ponerse en marcha hacia la capital, una gran cantidad de carruajes se concentró para acompañar a la caravana que siguió al general argentino a la Ciudad.

En ese trayecto, miles de ciudadanos se agolparon en las calles para ovacionar al político, quien saludaba con su mano en agradecimiento al gran afecto manifestado por el pueblo mendocino.

 

El proyecto tan deseado

Una vez en la Ciudad, Mitre se alojó en la casa de don Salvador González, ubicada en la entonces calle de San Nicolás 957 –hoy avenida San Martín– culminando así el largo y cansador periplo.

Luego de un merecido descanso, el notable huésped se reunió con las más altas autoridades locales. Fue en ese momento que confesó su magnífico y ambicioso proyecto.

Había llegado a Mendoza con el objetivo de homenajear al General José de San Martín con una obra literaria sobre la historia de su vida y sus campañas militares, Por esta razón se encontraba en esta provincia, a donde había llegado para historiar la gloriosa hazaña.

La mayoría de los presentes recibieron esta idea con gran júbilo, al saber que el Libertador de tres naciones se encontraba en el olvido por parte de los argentinos.

Por otra parte, la casona de González sirvió para que algunos memoriosos se reunieran con el brillante estadista, quien tomó nota de las anécdotas y hechos que sucedieron en los tiempos que el entonces coronel mayor José de San Martín gobernaba el destino de las provincias a su cargo desde 1814, y organizara dos años después la expedición militar para liberar el territorio chileno.

Muchos personajes mendocinos pertenecientes a familias patricias que estuvieron ligadas a la gesta sanmartiniana, aportaron valiosísimos datos que fueron apuntados por el abogado porteño.

El general recorrió la senda del Libertador para documentar su gesta emancipadora

Mientras tanto, su hijo Bartolito revisaba una sala del Archivo de la Provincia con cientos de documentos vinculados al Gran Capitán durante su gobernación y los preparativos de la campaña, los que le fueron de suma utilidad para avanzar en el proyecto.

Además, Bartolomé Mitre preparaba un viaje para dirigirse a diferentes lugares de la cordillera de los Andes con el objetivo de emular aquella campaña y realizar algunos estudios militares en el sitio en donde se habían desarrollado los hechos.

Mientras esto ocurría, cientos de personas continuaban homenajeando al descollante personaje.

 

Emulando a San Martín

Desde la finca de Carlos González Pintos, en el distrito Panquehua –en el actual departamento de Las Heras- el general Mitre inició su partida hacia Chile y fue saludado por gran cantidad de público presente en ese sitio.

La tradición oral señala que después de cumplirse cinco horas de la salida del expresidente desde aquel lugar, su caballo regresó, pero sin don Bartolomé. Esto generó angustia a los que allí se encontraban. Se cree que por algún motivo el destacado político se cayó muy cerca de ese lugar, desparramándose en el suelo. Luego de recuperarse de ese mal momento, el biógrafo de San Martín se dedicó a estudiar el terreno siguiendo por el Paso de los Patos basándose en algunos datos que había anotado.

Su marcha fue acompañada por algunos baqueanos con mucha experiencia, quienes le fueron indicando cada uno de los lugares por donde el Ejército de los Andes marchó para ejecutar la campaña.

El Jagüel, Higueras, Carrizal, Las Cuevas norte y la posta de Yalguaráz fueron los lugares que transitó. En esta última se alojó unos días, para luego seguir hasta el Paso de las Llaretas –o de los Patos–, lugar por donde pasaron las tropas libertadoras.

También estuvo en la entonces posta de Uspallata y recorrió la zona en donde se levantaban las legendarias bóvedas para luego pasar a Chile y proseguir con los estudios.

Después de regresar a Mendoza, el político y militar partió con su hijo a Buenos Aires, donde tiempo después saldría a la luz aquel enigmático proyecto titulado Historia de San Martín y de la Emancipación Americana, que sería la primera obra histórica argentina sobre el General José de San Martín.