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Hay políticos que no hacen otra cosa que ensuciar a la Política

El abogado Hernán Amat analiza, entre otros puntos, las prisiones domiciliarias otorgadas en plena cuarentena

04 de mayo, 2020 - 14:30

Hace unos días, nos desayunamos con la triste noticia de que el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, presentaba un pedido ante la justicia, para que algunos presos pasaran a cumplir prisión domiciliaria, incluido entre ellos, Ricardo Jaime, exfuncionario de Cristina Fernández de Kirchner y condenado por la tragedia de Once que causó la muerte de 51 personas y dejó un saldo de 789 heridos y, además, Martín Báez, involucrado en la causa de mega corrupción del gobierno kirchnerista y preso por ese motivo.

Está claro, que esta medida impulsada por Pietragalla, causó un efecto dominó en todo el país, y que comenzaron a haber reclamos de excarcelación, revueltas, pedidos de igualdad de trato y consideración entre todos los presos, lo que llevó a la liberación de más de 2.300 personas en todo el país y mientras toda la sociedad está encerrada por el aislamiento social, preventivo y obligatorio, en las cárceles tenemos puertas liberadas para los delincuentes. Está demás decir que deben respetarse y cumplirse con todos los derechos humanos, pero eso no implica que se los tengan que excarcelar deliberadamente, sino que deben cumplir sus condenas como corresponde y no poner en peligro a toda la sociedad en su conjunto.

Todo esto fue avalado y justificado por nuestro presidente de la Nación. Entre explicaciones y dichos procesales, esto dejó al descubierto que la gestión de Alberto Fernández, no es otra cosa que el cuarto gobierno kirchnerista, que replica el modelo político que actuó con total impunidad en años anteriores y buscarán la perpetuidad en el poder, como se lo propusieron desde un comienzo. Hoy tenemos una presidencia con doble mando, en cabeza de Alberto, pero con Cristina dirigiendo detrás de bambalinas.

Otra de las noticias que escuchamos y leímos en las últimas horas, fue que Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa decidieron otorgar un plus salarial, un pago extraordinario de $70.000 a los empleados del Congreso de la Nación que están asistiendo en esta emergencia sanitaria. Es algo como decirles que en agradecimiento por venir a cumplir funciones y ser solidarios, comprometidos y responsables, como muchos argentinos y argentinas, les vamos a reconocer con este pago, que sin lugar a dudas representa una burla e injusticia para todos los trabajadores que en esta pandemia, están dando su esfuerzo para salir adelante lo antes posible.

Si nos ponemos a pensar de ambos temas traídos a colación, podemos decir que nuestro país sufre de una gravedad institucional indiscutible, donde se vapulea la independencia de los poderes, cuando el Ejecutivo se involucra en cuestiones de justicia y donde los jueces y fiscales son militantes confesos de un partido político. Con todo esto me pregunto, ¿qué se puede esperar de nuestra Nación con hechos de tales características? Pero además, el problema no es solo institucional, porque como todos sabemos, las instituciones la hacen las personas, la política la hacen las personas, que salen de esta misma sociedad en la cual todos vivimos y que verdaderamente si las buenas personas y con real intención de lograr un país mejor, no se involucran en la cosa pública, será muy difícil llevar a cabo una verdadera y real transformación política, social y cultural.

Como verán, hoy tenemos políticos que se preocupan por sus intereses personales, de hablar en lo que respecta a igualdad de clases, igualdad de derechos, de pensar en los que menos tienen y más necesitan, de estar al lado de los más humildes, estar al lado del pueblo, y cuantas otras cosas más podemos escuchar a diario de una gobierno populista; pero les digo que esto no es otra cosa que puro chamuyo. Este gobierno Nacional se contradice constantemente, manifiesta una cosa y hace otra, mientras que el pueblo está pasando días muy complicados, de no saber cómo mantendrán sus empresas, sus comercios, sus negocios, las fuentes de trabajos de familias enteras o simplemente de pensar de cómo llevarán el pan todos los días a sus mesas para sus seres queridos. En el país de los K, liberan presos y  pagan sueldos extras a empleados del Congreso de la Nación, siguen existiendo políticos con privilegios, millonarios y sin escrúpulos.

Para resumir, no todo es malo en nuestra querida Argentina, existe mucha gente buena y con ganas de transformar la realidad que nos acecha desde hace décadas. Por suerte una gran parte de la política desea el bien para nuestra Nación y en eso estamos comprometidos, luchando con objetivos claros y concretos, por un país transparente, con futuro próspero, sin corrupción y con justicia independiente.