|12/03/21 07:56 AM

Francisco de Lagash

La reciente visita del Papa a Irak fue la más peligrosa que alguna vez haya realizado un líder de la Iglesia Católica. Sin embargo, la prensa argentina casi no le brindó cobertura y prefirió darle espacio a las protestas en Formosa o a programas de entretenimiento

14 de marzo, 2021 - 09:23

Los que tenemos algunos años y que vivimos nuestra juventud sin redes sociales, sin Netflix, y que asistimos al nacimiento del primer medio de masas, la televisión, teníamos nuestros medios de entretenimiento, en los que no faltaban lo fantástico y hasta la recreación histórica.

Por ejemplo, muchos de nosotros recordamos con cariño a los anuarios de aventuras. Los que en realidad eran revistas de historietas que publicaban historias de aventuras con gráficos realistas.

Nos vienen a la memoria algunos clásicos, como las series Kid, de Río Grande, de Alberto Breccia, y Miguel Strogoff y La Costa de Marfil (una adaptación de las obras de Julio Verne y de Emilio Salgari), de José Luis Salinas.

Pero para el tema central de nuestra historia de hoy es necesario recalar en Nippur de Lagash, una serie de historieta argentina creada por el guionista Robin Wood y el dibujante Lucho Olivera, que se publicó en 1967 y 1998. Su protagonista le debía su nombre a la antigua ciudad Sumeria de Nippur, y el epíteto de Lagash a otra ciudad sumeria, a la que se había visto obligado a emigrar.

Pero, ¿por qué traemos a colación un personaje de historieta que vivió en la Sumeria del III milenio a. C., donde los historiadores consideran que se produjo el nacimiento de la civilización?

La respuesta es porque queremos facilitar la comprensión del lector para entender que un personaje nacido en nuestro país (el que tiene solo un poco más de dos siglos) y que oficia de Papa, estuvo de visita en ciudades de esa región que tienen siete milenios de vida.

Concretamente, Francisco pisó la tierra de la que partió Abraham para iniciar el linaje de las tres religiones más importantes que conocemos, vale decir el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.

Para comparar y para que tengamos algunas referencias, diremos que las pirámides de Egipto se construyeron hace unos 5 mil años, Stonehenge hace unos 4 mil y el Coliseo Romano hace unos 2 mil.

En esa oportunidad, el hombre se estableció en los valles fértiles entre los ríos Tigris y Éufrates para vivir, por primera vez en la historia, en ciudades en las que floreció la agricultura y la escritura. Y según nos cuenta la Biblia, hace unos 4 milenios vivía en Ur –la ciudad más importante de la zona– Abraham, quien luego emigró y llegó a Harán, donde falleció a los 205 años.

Durante su larga vida, Abraham fue el padre de Ismael y de Isaac. Por su segunda paternidad y según la tradición bíblica, es el fundador del judaísmo, ya que Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham, tuvo doce hijos que fundaron las doce tribus de Israel.

Pero también por su primer hijo, Ismael, considerado el antepasado de los ismaelitas o árabes y sobre quien recae, según ellos, la primogenitura de la descendencia de Abraham.

Sea como sea, lo importante es que hay pueblos inmensos que se desarrollaron con base en esas creencias, y que hemos querido recordar con esta breve descripción para poner en contexto la visita del Papa Francisco a Irak.

De hecho, se trata del primer viaje de un sumo pontífice de la Iglesia Católica a Irak, y si bien Juan Pablo II había intentado viajar a principios del siglo XXI, la visita no se pudo concretar por problemas de seguridad.

Aunque la seguridad no ha mejorado mucho, ya que en el lapso de las últimas dos décadas Irak no solo sufrió una nueva y más devastadora invasión norteamericana, sino también debió enfrentar primero una insurgencia contra la invasión, luego una guerra civil entre los propios musulmanes y, finalmente, el intento del denominado Estado Islámico por instalar su califato.

Por esto no resulta exagerado apreciarlo como el viaje más peligroso que alguna vez haya realizado un líder de la Iglesia Católica. Por su parte, el cardenal ortodoxo iraquí, patriarca de Babilonia de los Caldeos, Luis Raphael Sako, aseguró que se trata del viaje “más importante de todos los tiempos” para los cristianos de la región.

Especialmente hay que tener en cuenta que la comunidad cristiana en Irak ha sido gravemente perseguida y ha sufrido varios ataques terroristas, como en la ciudad de Mosul, donde los extremistas arrasaron con iglesias de varios siglos de antigüedad e incendiaron cientos de casas de cristianos.

Simbólicamente, la iglesia reconstruida y en la que Francisco celebró la misa dominical, estaba adornada con una cruz construida con los maderos incendiados de la anterior.

Todo ello fue reduciendo la presencia de cristianos en el país, ya que de un millón y medio actualmente apenas quedan unos 200 mil.

Pero los cristianos iraquíes que permanecen en el país esperan que Francisco interceda ante las autoridades para otorgarles alguna protección contra la dura persecución a la que siguen sometidos, ya que no están autorizados, por ejemplo, a celebrar sus actividades religiosas en forma pública, con la excepción del Kurdistán iraquí.

Su cordial entrevista inicial con el presidente iraquí, Barham Salih, y el no menos significativo hecho de que ese mandatario asistiera a una de las misas celebradas por Francisco, les abre las puertas de la esperanza.

En conclusión, otro viaje del ‘Papa del fin del mundo’ a los confines más remotos y peligrosos de lo que alguna vez supo ser la Cristiandad. Seguramente servirá no solo para mejorar la vida de unos pocos miles de cristianos, sino también para encaminar la convivencia pacífica de un país tan castigado como es Irak.

Pero pese a todo ello y lo que significa, el viaje no logró mover el amperímetro del parroquialismo de la prensa argentina. Ensimismada por estos días con temas como las protestas en Formosa o el desarrollo de MasterChef Celebrity, no le dedicó espacio a su cobertura.

Por eso, como se quejara amargamente Aníbal tras su abandono por parte de Cartago, Francisco bien podría repetir: “Patria mía, no tendrás siquiera mis huesos”.

 

El Doctor Emilio Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.