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Florencia Fossatti, educadora, política y luchadora por los derechos de la mujer

La celebración del Día Internacional de la Mujer resulta apropiado para recordar a una docente que sentó bases importantes para el desarrollo de la educación

08 de marzo, 2021 - 12:26

Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer, fecha que desde hace una década se viene conmemorando desde su declaración por la Organización de las Naciones Unidas.

Su primer antecedente data de marzo de 1910, cuando en la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague, Dinamarca, con la asistencia de más de cien mujeres procedentes de 17 países, decidieron proclamar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

El 8 de marzo de 1857, en los Estados Unidos, miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva York con el lema “Pan y rosas” para protestar por las míseras condiciones laborales y reivindicar un recorte del horario y el fin del trabajo infantil.

Cientos de mujeres lucharon a través del tiempo para poder obtener los derechos igualitarios, pero a partir de fines del siglo XIX y principios del XX muchas de ellas iniciaron una larga lucha para que ese reconocimiento finalmente llegara.

En la Argentina, Alicia Moreau de Justo, Julia Lanteri, Belén de Sárraga, Cecilia Grierson y Juana Manso, entre otras, fueron las pioneras en expresarse a través del Movimiento feminista.

Aquí en Mendoza, la voz y la pluma de Florencia Fossatti se hizo sentir en aquellos tiempos, que eran muy difíciles en una sociedad eminentemente machista; pero ella supo vencer los obstáculos e imponer sus ideas a un gran costo para su profesión. Hoy, para muchos, su nombre y apellido pasan totalmente desapercibidos en nuestra sociedad.

 

Nacida para luchar

Florencia Fossatti nació en Mendoza en 1888. De familia de clase acomodada, fue hija del ingeniero italiano Carlos Fossatti y de Isolina Villa.

Desde muy niña deslumbró por su gran inteligencia e inició sus estudios primarios y secundarios en los que se destacó por su aplicación. Egresada del secundario y con apenas 17 años, viajó a la capital de la Provincia de Buenos Aires para estudiar en la Universidad Nacional de La Plata, donde tuvo a los más destacados profesores de aquella época los que forjaron su espíritu.

Edificio del Rectorado de la Universidad de La Plata, donde estudió Florencia Fossatti.

En 1912, y con su flamante título de Educadora en la mano, regresó a su tierra natal en donde ocupó el cargo de directora interina en la escuela José F. Moreno, y al año siguiente fue nombrada subinspectora de Escuelas.

En 1915 publicó una biografía del teniente coronel Casimiro Recuero, en la que detallaba innumerables acciones de este guerrero durante la gesta emancipadora y sus servicios prestados a las milicias patrióticas.

Luego fue nombrada inspectora de Bibliotecas Populares e inspectora de Escuelas.

 

Crisis docente en la provincia

Desde 1914, la provincia de Mendoza sufrió un profundo deterioro económico que se prolongó por varios años, que se reflejó en los sueldos de los empleados públicos y repercutió especialmente en los salarios de los docentes locales que eran miserables.

Por aquel tiempo gobernaba Francisco Álvarez, y luego Mendoza fue intervenida por el gobierno nacional, que envió a Eufrasio Loza como interventor para luego pasar a manos de José Néstor Lencinas.

José Néstor Lencinas, quien durante su gobierno debió enfrentar una huelga docente en la que participó Fossatti.

Fue durante este gobierno cuando en 1919 estalló la crisis docente, especialmente por la falta de pago de sueldos durante varios meses. Sin lugar a dudas, la figura de Florencia Fossatti tuvo un importante papel al frente de los maestros que habían entrado en conflicto con el gobierno.

Docentes se manifiestan en las calles de Mendoza para reclamar por sus haberes.

Los reclamos se hicieron notar en las calles mendocinas en donde los maestros del magisterio marcharon para que las autoridades evaluaran la grave situación que estaban afrontando. Entonces, Florencia Fossatti, Angélica Mendoza y otros maestros se reunieron para crear la Asociación de Maestros Unidos de Mendoza.

Debido a su militancia en las filas del gremialismo, Florencia tuvo permanentes enfrentamientos, por lo cual fue perseguida por algunos gobiernos de turno.

En 1921 recibió el primer golpe persecutorio: fue destituida, junto a Angélica Mendoza, de su cargo de docente en la provincia. Se las acusó a ambas de “sublevación del magisterio” y “anarquía del personal”. A partir de ese momento se desempeñó como docente en una escuela dependiente de la Nación, hasta que fue reincorporada como docente local en 1930.

 

Sinsabores de la política

Apasionada por las ideas de izquierda que tenían una gran llegada por aquella época, Fossatti se afilió en 1938 al Partido Comunista, en el que se incorporó a su comité y fue muy bien recibida por sus camaradas, como Benito Marianetti y Ángel Bustelo, quienes a pesar de la clandestinidad que llevaba el partido desde el golpe del 6 de setiembre de 1930, ocuparán posteriormente una banca en la Legislatura provincial.

Fossatti fue miembro activa de la Asociación Femenina Antiguerra (AFA), y desde ese espacio político escribió en el periódico El mensajero de la paz, en el que se pugnaba por la eliminación de juguetes bélicos para los niños. También participó como oradora en varios actos políticos en los que solía ser la única mujer.

Después del golpe de Estado producido el 4 de junio de 1943 por un grupo de militares, la educadora fue encarcelada junto a otros dirigentes por tener una ideología diferente. Después de algún tiempo, pudo salir de la prisión y regresó a las actividades políticas y pedagógicas.

En 1945, solicitó a la Dirección General de Escuelas su reincorporación al magisterio, pero no obtuvo ninguna respuesta.

En septiembre de ese año, el mismo día de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, una gran manifestación de simpatizantes de los aliados se convocó en la plaza San Martín para celebrar la victoria. Por primera vez en la historia diferentes agrupaciones políticas, tanto liberales como de centro y de izquierda se congregaron frente al monumento del General. San Martín, Florencia Fossatti fue la principal oradora.

Posteriormente, la dirigente y periodista siguió trabajando en silencio. En 1958, en virtud de la aparente vuelta del país al cauce constitucional, renovó su pedido de reincorporación a la DGE de Mendoza, pero esta vez a través de una publicación titulada Alegato pedagógico. Bases pedagógico-político-jurídicas de una petición de justicia.

'Alegato Pedagógico', libro escrito por la educadora mendocina, publicado en 1958.

En este documento, financiado con el aporte popular, Florencia sintetizó los fundamentos y alcances del movimiento de renovación educativa ensayado en escuelas de la provincia durante casi una década.

Finalmente, las autoridades educativas dieron lugar a su solicitud, hecho que le permitió a Florencia acceder a una jubilación en concepto de sus años de maestra.

Precisamente el 11 de setiembre de 1958 se sancionó la ley provincial Nº 2.476 sobre el Estatuto del Docente, por el cual quedaron garantizados los derechos del maestro, así como también la reglamentación del ejercicio de la profesión, en gran parte gracias a quien había luchado por muchos años y que contribuyó indirectamente a la realización de tan ansiado logro.

Retirada de su actividad política y educativa, Florencia falleció en nuestra provincia el 2 de diciembre de 1978. Tenía 90 años.