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El batallón de Mendoza que peleó en la guerra contra el Paraguay

En la lucha sangrienta que involucró a tres países, más de 10 mil soldados perdieron la vida, entre ellos muchos mendocinos que integraban las tropas argentinas

22 de marzo, 2021 - 08:21

Poco se conoce que durante el triste conflicto entre Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina, denominado ‘Guerra de la Triple Alianza’, que se inició en 1864 y concluyó en 1870, participaron casi un millar de soldados y oficiales mendocinos. Muchos quedaron muertos en los campos de batalla y otros volvieron con sus cuerpos mutilados en la sangrienta contienda.

Se cuenta que luego de esta guerra, a muchos de estos veteranos se los podía ver en las calles o en los actos públicos exhibiendo orgullosamente las medallas que el gobierno nacional les otorgó por tan heroica empresa, pero como es tradición en nuestra sociedad, fueron olvidados sin pena ni gloria por las generaciones pasadas y presentes.

 

Se inicia la contienda

En septiembre de 1864, el Uruguay se encontraba en un conflicto interno entre sus dos partidos tradicionales: los Blancos y los Colorados, y estos últimos intentaban tomar el poder.

El presidente del Paraguay, mariscal Solano López, decidió apoyar al gobierno que en ese momento estaba a cargo de los representantes del Partido Blanco del Uruguay. El paraguayo López acudió a ayudar con sus tropas a la localidad de Paysandú, en donde se había generado una contienda civil entre las tropas revolucionarias y las del gobierno uruguayo.

Mariscal Solano Lopez

El partido Colorado, en tanto, tenía el apoyo del gobierno del Brasil.

A pesar de la advertencia de López al gobierno brasileño, éstos invadieron el territorio uruguayo en octubre de ese año, lo que produjo represalias por parte del gobierno del Paraguay, y fue lo que generó la guerra entre ambos países.

Las tropas del Partido Colorado se unieron a las del Brasil, que se encontraban en Uruguay para derrocar al gobierno de ese entonces, lo que ocurrió en poco tiempo.

Mientras tanto, el mariscal Solano López pidió autorización al gobierno argentino, presidido en aquel momento por Bartolomé Mitre, para atravesar con sus tropas el territorio argentino rumbo al Uruguay. Mitre se negó para mantener su neutralidad en este conflicto, a pesar de que simpatizaba con el Partido Colorado uruguayo.

Bartolomé Mitre

Esta situación generó una gran tensión diplomática, que se profundizó en marzo de 1865, entre nuestro país y el Paraguay y tomó un rumbo de gran tensión.

Era inminente que de un momento a otro la paz entre ambos países se quebraría y no habría otra opción que la guerra.

 

Mendocinos a las armas

En los primeros días de mayo de 1865, luego del ataque al puerto de Corrientes y su posterior invasión por el ejército paraguayo, el gobierno de Mitre declaró la guerra al país guaraní cuando firmó un tratado con Uruguay y Brasil, denominado de la Triple Alianza.

La noticia llegó inmediatamente a Mendoza e impactó en las autoridades y en toda la sociedad, que en su mayoría estaban en contra de la guerra. A pesar de esto, muchos hombres se enrolaron en las filas para luchar contra los paraguayos.

En junio de ese año, el gobierno provincial envió al 2° Batallón con 271 efectivos más sus jefes y oficiales, quienes fueron despedidos por la población en un acto realizado con la presencia del gobernador y sus funcionarios en un pomposo desfile militar.

Al mediodía, el batallón desfiló por las principales calles de la ciudad, mientras que gran cantidad de público vitoreaba y saludaba con banderas argentinas. Por la tarde, los militares partieron hacia el litoral.

 

Sublevación en el litoral

Al llegar a Corrientes se produjo una gran sublevación en el Ejército Argentino contra el gobierno de Mitre, a la que un pequeño grupo del batallón de Mendoza se adhirió, pero rápidamente su jefe, el mayor Demetrio Mayorga solucionó esta situación separando a los cabecillas y así su compañía mantuvo la lealtad al gobierno nacional.

El mayor Demetrio Mayorga.

En el batallón de mendocinos se encontraban varios personajes que luego trascenderían en la historia local, como el subteniente Rufino Ortega, el coronel Indalecio Chenaut, el teniente 1° Amaro Catalán y el teniente Roberto Guevara.

 

Los mártires de Curupaytí

El ataque a la fortaleza de Curupaytí comenzó en la mañana del 22 de setiembre de 1866. El batallón de Mendoza formaba parte de la reserva junto a otros, todos al mando del coronel Pablo Díaz.

La misión que se les dio a las tropas mendocinas fue destruir una fortificación que se encontraba en la margen derecha del campamento argentino, del otro lado del río.

Los mendocinos se formaron y se prepararon para el asalto. Revisaron sus equipos y los oficiales de cada pelotón dieron la voz de atacar a la fortificación guaraní. Al unísono, se escuchó el grito de los valientes cuyanos que corrieron hacia su objetivo, pero las columnas de infantes se inmovilizaron al quedar atrapados por el barro y resultaron un blanco fácil para el fuego de las baterías paraguayas que se encontraban ocultas.

Las balas y metrallas cayeron sobre los soldados cuando se preparaban a cruzar. La confusión fue total en las tropas mendocinas y muchos soldados fueron muertos por los disparos enemigos. Sin embargo, el 2° Batallón de Mendoza siguió firme y avanzó lentamente resistiendo los feroces cañonazos.

Batalla de Curupaytí.

Las tropas tuvieron que soportar cinco horas de intenso bombardeo. Inexplicablemente, recién por la tarde el comando aliado dio la orden de retirada. En aquella sangrienta batalla, más de 10.000 soldados argentinos y brasileños perdieron la vida.

 

Una lucha sin cuartel

El enfrentamiento entre uruguayos, brasileños y argentinos contra los paraguayos se prolongó por varios años y el batallón de Mendoza peleó durante todo el conflicto.

Después de la batalla de Curupaytí se produjeron otros sangrientos enfrentamientos, como los de Pehuajó, Tuyutí, Yataity Corá, Boquerón y Sauce. Le siguieron Curuzú, Humaitá y la segunda batalla de Curupaytí.

Luego de una inactividad por largo tiempo, la Triple Alianza reinició los ataques y la última resistencia paraguaya se quebró en el asalto de Peribebuy.

El coronel argentino Luis María Campos conquistó con sus tropas los últimos reductos que defendían los valientes guaraníes. Este fue el lamentable final de una epopeya que terminó definitivamente con la muerte del mariscal Francisco Solano López el 1 de marzo de 1870 en Cerro Corá, sobre las márgenes del río Aquidabán.

Solano López antes de morir.

La población paraguaya masculina fue aniquilada casi en su totalidad y hasta chicos de 12 y 14 años eran reclutados para pelear. Se les ponían barbas postizas de crin de caballo para fingir mayor edad y muchos de ellos murieron en las acciones.

Al final de la contienda, las tropas mendocinas regresaron a nuestra provincia y fueron recibidas con grandes honores por el pueblo. Muchos de estos soldados y oficiales fueron posteriormente incorporados en la Guardia Nacional o en la Policía de Mendoza, donde prestaron servicios por muchos años.