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Crisis política e intervención federal en la provincia

Eufrasio Loza llegó a Mendoza en 1917 con la misión de apagar el incendio institucional que asolaba a los mendocinos, y organizar las elecciones que ganó el radical José Néstor Lencinas

21 de diciembre, 2020 - 07:44

Durante el gobierno del presidente Hipólito Yrigoyen, la provincia de Mendoza tuvo que ser intervenida a fines de 1917 a causa de una grave crisis institucional y económica en la que estaba sumida desde hacía un par de años.

Con la misión de apaciguar los candentes ánimos de los mendocinos fue elegido para ejercer el cargo el doctor Eufrasio Loza, quien además de apagar este incendio se encargó de preparar las elecciones para gobernador. Las mismas fueron realizadas en enero de 1918 con el triunfo del candidato radical José Néstor Lencinas.

 

Un pancho en el suelo

A principios de 1914 asumió como gobernador Francisco Pancho Álvarez, quien lo hizo a través de un nuevo espacio político, llamado Partido Popular, cuya elección estuvo a cargo del Colegio Electoral.

En poco tiempo, y debido a la primera guerra mundial y a una mala administración, Mendoza naufragó en medio de una gran crisis económica y financiera, a punto tal que los empleados públicos no cobraban sus sueldos y cientos de personas quedaron cesantes de sus trabajos.

Pancho Álvarez, el mandatario renunciado.

Además el dinero escaseaba y el gobierno tuvo que emitir bonos para salir al paso de esta profunda depresión.

Fue así que se iniciaron por primera vez las denominadas “ollas populares”, que se encontraban en las esquinas para paliar la grave situación.

Irritada, parte de la población comenzó a molestarse con el entonces gobernador Álvarez, quien también tuvo que enfrentar una de las revueltas más sangrientas, que se produjo el 25 de setiembre de 1917, en la que fueron reprimidos miles de manifestantes ferroviarios, quienes encabezaban una protesta pacífica.

Este grave incidente hizo que el presidente Hipólito Yrigoyen emitiera un decreto para que la provincia de Mendoza fuera intervenida. El mandatario nacional eligió para esa misión al exgobernador cordobés Eufrasio Loza.

 

Don Eufrasio, militante radical

El doctor Eufrasio Loza nació en la provincia de Córdoba el 31 de marzo de 1871. Se graduó en Derecho y Ciencias Sociales en esa ciudad a los 23 años. Fue fiscal de Estado a poco tiempo de recibirse y también se destacó como docente en la cátedra de Derecho Romano.

Su vida política se inició militando en el partido de la Unión Nacional y poco después apoyó la candidatura presidencial de Roque Sáenz Peña. Con el meteórico surgimiento de la Unión Cívica Radical, inmediatamente se unió a sus filas y fue electo senador provincial.

Eufrasio Loza, el interventor designado.

En los comicios de finales de 1915, Loza se postuló como candidato a la gobernación de Córdoba y obtuvo una gran cantidad de votos, frente a su oponente del Partido Demócrata, el doctor José Félix Cafferatta.

Esta victoria lo convirtió en el primer gobernador radical en la provincia de Córdoba.

En mayo de 1916 inició su mandato en la provincia mediterránea, pero fue breve, al renunciar en mayo del siguiente año. Después durante el gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear (1922- 1928) fue designado ministro de Obras Públicas de la Nación y también ocupó un importante cargo en la magistratura nacional.

El destacado político falleció en la ciudad de Buenos Aires el 24 de setiembre de 1928.

 

Una esperanza llega a Mendoza

En la tarde del 28 de noviembre el doctor Eufrasio Loza llegó en tren proveniente de la ciudad de Buenos Aires para hacerse cargo de la gobernación de Mendoza.

Una multitud se había reunido en las inmediaciones de la estación del ferrocarril con el fin de saludar al nuevo funcionario nacional.

Al bajarse del convoy, Loza fue aclamado por el público presente – quien lo veía como a un mesía, después de pasar tantas desgracias- y lo acompañó hasta el Gran Hotel, lugar elegido para alojarse temporalmente, que se ubicaba en la calle Gutiérrez 27 de Ciudad, frente a la plaza San Martín.

Todo era una fiesta en aquella pequeña ciudad y cientos de personas transitaban por las calles aledañas con banderas de la Unión Cívica Radical.

Luego, la multitud se concentró en la puerta del hotel en donde Loza se hospedaba y allí se realizó un encuentro en el que tomaron la palabra algunos miembros de la Unión Cívica Radical, quienes expusieron sus críticas contra el entonces mandatario Álvarez y proclamaron sus esperanzas basadas en el nuevo gobierno.

Después de dejar al interventor, los fervientes militantes partieron hacia la Alameda, donde se realizaron varios discursos para luego desconcentrarse.

 

La jura del interventor

En la mañana del 29, el gobernador Francisco Álvarez llegó a la Casa de Gobierno –que estaba ubicada en Rivadavia 400, de Ciudad– y minutos después se hicieron presentes sus ministros, legisladores, miembros del Poder Judicial y el obispo de Cuyo a la espera de que apareciera el nuevo interventor federal Eufrasio Loza.

Mientras el mandatario Álvarez se despedía de los empleados y ministros de su gobierno, hizo su entrada Loza, quien saludó a todos con el decreto del presidente de la Nación Hipólito Yrigoyen en sus manos, con el que lo autorizaba para ejercer la intervención.

Pasado el mediodía, Loza, acompañado por funcionarios de la intervención y el coronel Octavio Fernández, fueron recibidos por el jefe de la Policía de Mendoza, Cornelio Giménez, quien les entregó simbólicamente la Casa de Gobierno.

Posteriormente los funcionarios nacionales fueron atendidos por el secretario del Ministerio de Gobierno y oficialmente Loza tomó posesión del cargo ante las autoridades, quienes aplaudieron vivamente al nuevo mandatario.

El ahora exgobernador Álvarez, conocido también como “Pancho hambre”, partió por la tarde hacia su hogar acompañado por varios de sus colaboradores.

Días después, el flamante interventor federal inició sus actividades con gran energía para revertir la grave crisis económica que sufría la provincia.

Algunas de las medidas adoptadas por interventor fueron el achicamiento del Estado provincial y la recomposición de las cuentas a través de bonos.

Además, Loza llamó a elecciones en enero de 1918, las que fueron ganadas por José Néstor Lencinas, quien asumió como gobernador en marzo de ese mismo año.