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Oleg Smolenkov: el espía que surgió del frío

Con la renovada confrontación entre rusos y estadounidenses, también vuelven las historias de espías

12 de septiembre, 2019 - 14:44

Como si se tratara de un tarde de 1980, nos despertamos con la noticia de un nuevo juego de espías. Si bien ya no en el contexto de una Guerra Fría, los Estados Unidos y Rusia siguen proveyéndonos de sucesos que nos invitan a la nostalgia radioactiva.

Según reportan los medios estadounidenses, a mediados de 2017 la Agencia Central de Inteligencia (CIA) logró la extracción de un ciudadano ruso que ofició de espía en el más alto nivel del Kremlin durante una década.

Este agente, presuntamente Oleg Smolenkov, habría sido clave para recabar información concerniente a la intromisión rusa en las elecciones presidenciales de 2016 en los Estados Unidos. Se dice, incluso, que él habría confirmado la participación activa y directa del presidente Vladimir Putin.

Oleg Smolenkov

La extracción, sostienen, estuvo motivada por las graves falencias de Donald Trump para proteger información clasificada, especialmente ante funcionarios rusos como el canciller Sergei Lavrov y el embajador Sergei Kislyak: En mayo de 2017, Trump informó a los mencionados sobre operaciones del estado islámico utilizando (y compartiendo) recursos de inteligencia israelí.

En una vuelta bizarra de la historia, la iniciativa tomó forma de la mano del hoy Secretario de Estado, Mike Pompeo, que a la fecha oficiaba de director de la CIA.

La publicación suscitó la respuesta de funcionarios estadounidenses como rusos. Entre los primeros se trató de proteger al presidente. La directora de asuntos púbicos de la CIA, Britanny Bramell indicó que semejantes reportes podían poner a personas en riesgo de muerte y, también, que Donald Trump está completamente al tanto de la importancia y sensibilidad de los asuntos de inteligencia. Los rusos, por su parte y fiel a su estilo, establecieron dos narrativas contradictorias. La portavoz del directorio administrativo para la presidencia, Elena Krylova, sostuvo que Oleg Smolenkov nunca desempeñó funciones en el Kremlin. Minutos más tardes, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, informó que Smolenkov sí trabajó pero en trabajos puramente administrativos sin acceso alguno al presidente Putin.

 

Donald Trump ha significado un dolor de cabeza importante para las agencias de inteligencia estadounidenses. Al incidente con los funcionarios rusos, pueden sumarse otras eventualidades: por ejemplo, en la reunión del G20 en Hamburgo, Donald Trump (sostienen) mandó a confiscar las notas de su traductor tras su encuentro con Vladimir Putin; en una conferencia conjunta con su par ruso, Trump también desacreditó a sus propias agencias de inteligencia al validar la narrativa rusa sobre la interferencia en las elecciones; por último, podemos citar la ocasión en la que posteó un tweet utilizando una imagen clasificada para indicar a los iraníes que los Estados Unidos no habían sido responsables de la explosión de un cohete.

 

 

Es menester recordar que el interés nacional estadounidense se circunscribe a una competencia de grandes poderes según lo afirma su propia Estrategia de Seguridad Nacional. Esos grandes poderes son Rusia y China. No es menor el trato que le da el establishment estadounidense al tema y los roces que encuentra con el presidente Trump. Las lecturas de debilidad y distensión de unos y otros entran en conflicto y pueden suscitar cambios dentro de la administración y, probablemente, dentro del mismo partido republicano.

 

¿Quién es Smolenkov?

Oleg Smolenkov se desempeñó como subsecretario de la embajada rusa en los Estados Unidos entre 1999 y el año 2008. Trabajó con el entonces embajador Yuri Ushakov durante la administración del entonces presidente Dmitri Medvedev.

El diario ruso Kommersant sostiene que Smolenkov y su esposa, Antonina Smolenkova (quien también trabajó en la administración rusa según reporta el diario Daily Storm) desaparecieron en 2017 durante unas vacaciones en Montenegro. La policía rusa abrió un expediente por asesinato, lo cerró y abrió varias veces hasta que verificaron que se encontraban vivos en otro país.

Según el diario, los Smolenkovs probablemente compraron un inmueble en Stafford, (Virginia, Estados Unidos).

El caso resuena, naturalmente, por sus características: intromisión electoral, la participación de Putin, el antecedente del ex agente Sergei Skripal y su fallido asesinato con el agente nervioso Novichok, la cuestión cinematográfica con la que abordamos las historias de espías. Pero, y especialmente, porque nos recuerda la constante competencia de poder que circunda e imbuye al sistema internacional.

Si bien las noticias no son muy mediáticas, los juegos de espías entre las grandes potencias son moneda corriente. Con los chinos por ejemplo tenemos casos de reclutamiento vía Linkedin; pero también tenemos el poco conocido caso de la red de espías estadounidenses que fue interceptada por Irán y China y culminó con probablemente docenas de agentes asesinados.

Solo falta esperar un nuevo guion para la película.