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Cocinando a fuego lento

Mientras los Estados Unidos y China continúan dominando la agenda, el mundo continúa haciendo erupción en distintos puntos del globo

30 de noviembre, 2022 - 14:43

Como una receta improvisada, la cocina del sistema internacional preocupa. La cantidad de ingredientes sigue creciendo y es sabido que no combinan.

A los conocidos conflictos que los Estados Unidos llevan adelante (Corea del Norte, Venezuela, Siria, China y Rusia entre otros) empiezan a sumarse problemas regionales o internos de gran alcance que complejizan cada vez más las agendas de política exterior de las naciones. La increíble interdependencia lograda por el comercio mundial y la globalización nos lleva a una situación en la que los problemas de una provincia remota en el lejano oriente hacen olas y bañan todas las costas mundiales.

India - Pakistán

El problema indo-pakistaní pica en punta. La India ha decidido llevar a cabo una reforma constitucional que modifica el estatuto especial de la región de Cachemira, históricamente en disputa con el vecino estado de Pakistán. Específicamente revocó el artículo 370 que otorgaba un grado de autonomía a las regiones de Jammu y Cachemira, ambas de mayoría musulmana. Es menester recordar que la India y Pakistán son dos estados que poseen arsenales nucleares y vienen experimentando escaramuzas en la frontera. También es importante recordar que parte de la región es administrada por China. 

Debemos sumar que la zona cruza los intereses chinos y rusos (los primeros son aliados pakistaníes, los segundos de la india) y que Pakistán es un garante estadounidense para la resolución de la guerra en Afganistán tenemos que concluir que es de extrema importancia la contención de este fenómeno. Un conflicto por Cachemira podría debilitar la alianza sino-rusa y sus armados, como el BRICS que empieza a resquebrajarse con la llegada de Bolsonaro y su alineamiento casi extremo con los Estados Unidos. 

China - Hong Kong

China, por otra parte, continua midiéndose el traje de superpotencia ante el desarrollo de las protestas en Hong Kong, la isla díscola. Los reclamos que se iniciaron por el intento de permitir las extradiciones al continente comienzan a ampliarse y a tomar un cariz independentista. Con la administración local atada de manos por su propia incapacidad y problemas de representación; y con China estudiando cómo reprimir una situación sin evidenciarse autoritaria, es muy factible que entremos en una situación de impasse. Pero que el protagonismo de la situación recaiga en los jóvenes promete radicalización.  

China ya ha manifestado que no permitirá injerencias externas, hablándole directamente al Reino Unido que se presenta como garante del acuerdo de 1997 que resguardaba a la isla del sistema que rige en la China continental. Además, envió un mensaje a Australia, Corea del Sur y Japón por la probable instalación de misiles estadounidenses en sus territorios. Si bien China publicó su libro blanco de Defensa en el que habla de una posición pasiva respecto de su potencial armado; el rol protagónico que sus propias condiciones le asignan, la ponen en una situación en la que confrontar el status quo le es ineludible.

Associated Press

El Reino Unido, perdido en su propio laberinto del Brexit, también empieza a dar señales claras que, una vez afuera de la Unión,  promete endurecer sus posiciones y plegarse a la agenda de Trump: mayor presión a la Federación rusa; sumarse a las misiones navales en el estrecho de Ormuz para contrarrestar a Irán; y, como mencionamos, tomar una posición clara respecto a Hong Kong.

Rusia

Rusia sigue vigente a la hora de los grandes titulares. Con la salida unilateral por parte de los Estados Unidos del tratado INF que regulaba los misiles de corto y mediano alcance; Putin casi que augura una nueva carrera armamentista nuclear. Rusia no está muy contento con la situación: ser parte del tratado la ponía en un estado simbólico de paridad con los Estados Unidos y hoy puede verse forzada a reordenar su economía en pos de no perder esa relación. Militarizar su economía es lo último que le conviene a la federación que hace rato ve señales de recesión en el horizonte. 

Como para no ser menos, Rusia también agrega nuevas tensiones con Japón al realizar ejercicios militares en las islas Kuriles, en disputa tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

En síntesis, algo huele mal en la cocina global.