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El voto útil, escribe Carlos Aguinaga

El voto que emitimos siempre es útil para alguien y para algo. Nunca es neutro. Y dependiendo de cada escenario electoral, votar a una fuerza puede ser de utilidad a otra, aun a la menos pensada

25 de julio, 2019 - 10:38

En el sistema democrático todos los ciudadanos tenemos el derecho de elegir a quienes nos gobiernen mediante el voto, y al hacerlo estamos empoderando a un candidato o a un partido y  también estamos quitando apoyo a los otros competidores electorales.

El voto, en este sentido, siempre es útil para algo o para alguien. Cada elección es distinta a la otra pues el escenario político y electoral varía indefectiblemente. Algunas elecciones se destacan por la necesidad de elegir la continuidad de un proyecto, y otras reclaman un cambio en el rumbo político. Hay elecciones que pueden cambiar definitivamente el rumbo de un país, y otras que pueden no ser tan trascendentes y pasar más desapercibidas.

En Argentina las elecciones presidenciales del año 2019 son una bisagra que nos permitirá como país insertarnos al mundo y encaminarnos a la modernidad y al desarrollo consolidando la democracia republicana; o nos hará volver sobre nuestros pasos hacia el populismo empobrecedor, que pone en riesgo la vigencia de la democracia republicana y los derechos cívicos.

No hay término medio. El resultado puede ser un antes y un después para el país. Frente a ese escenario electoral, guste o no, nos encontramos con el deber de votar todos los ciudadanos.

Hay dos grupos de votantes, los decididos y los indecisos.

Si uno está a favor de que Juntos por el Cambio siga gobernando el país, el voto que se emita a favor de Macri – Pichetto será útil para esos fines.

Lo mismo ocurre para quienes buscan que llegue al poder el frente Todos. El voto que emitan en esa línea, será de utilidad para que FF vuelva al gobierno.

El problema ante este tipo de escenarios electorales tan polarizados se les plantea especialmente a las personas que no están todavía convencidas en apoyar a uno u otro sector. A las que todavía tienen dudas. Y ese mismo inconveniente sufren también los candidatos y las fuerzas políticas que buscan representar algo distinto a lo que ofrecen las dos claras mayorías que acaparan casi la totalidad de los votos.

Si bien me ubico entre quienes tenemos en claro que apoyamos a Juntos por el Cambio y votaremos a Macri – Pichetto, me permito hablarles en esta oportunidad a los indecisos que quieren una Argentina moderna y desarrollada, vinculada al mundo, y también defienden los valores democráticos y republicanos que establece nuestra Constitución Nacional, pero se encuentran desilusionados con la gestión del actual gobierno y analizar votar otras opciones.

Es este sector de personas el que debe pensar adecuadamente la utilidad del voto que va a emitir eligiendo a unos y descartando a otros candidatos porque como dijimos, ningún voto es neutro.

Las opciones son dos:

1) si se elige a alguien que se sabe no va a llegar, se corre el riesgo de que la elección la termine ganando la fuerza política que llevará a la Argentina al aislacionismo y al sub desarrollo ya conocido de los últimos setenta años. De esta forma se habrá votado peor para el país y para uno mismo.

2) Si se pone el voto a favor de que el país continúe con el proceso iniciado hace cuatro años, el voto será útil para dar vuelta la página de la historia evitando volver al pasado que tanto ha empobrecido a la Argentina.

Si opto por la opción 1, el voto terminó siendo útil a la fórmula FF. Es como si se los hubiera votado. Es decir, hay dos formas de votar a la fórmula FF. Una es votándola directamente y otra es votando a una tercera fuerza.

En el escenario que nos toca, la opción 2 es la mejor, aunque al elector no le guste del todo, y hacerlo seguramente implique un sacrificio especial pero necesario para asegurarnos como país un futuro democrático y republicano.

Muchos liberales a los que conozco y con quienes he militado durante años, tanto en la universidad como en la política, se debaten estas alternativas pues consideran estar ante una verdadera disyuntiva. O pierden el voto y de esa forma están siendo utilitarios a un eventual triunfo de FF o eligen a Juntos por el Cambio en una elección bisagra que permitirá sentar las bases para poder ofrecer luego una opción liberal. Saben que no hay opción liberal con chances de gobernar si gana FF.

Algunos de los más reconocidos referentes de las ideas de la libertad como son Alberto Benegas Lynch (h) y Roberto Cachanosky también han analizado el escenario electoral y coinciden en que frente a la polarización, hay que hacerlo por Juntos por el Cambio, ya que a partir de vivir en libertad, se podrán ofrecer soluciones más específicas para el país; pues de ganar el frente Todos, habrá que replantear el país desde una crisis más cercana a la que vive la Venezuela de hoy es decir, desde la tierra arrasada. Es evitable si se actúa con generosidad, no prestándose a colaborar indirectamente con el kirchnerismo ni perdiendo el voto eligiendo a terceras fuerzas que no tienen ninguna chance electoral.