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A 50 años del Cordobazo, la Argentina parece no haber aprendido mucho

30 de mayo, 2019 - 09:32

Se cumplieron 50 años del Cordobazo, uno de los hechos político sociales que marcaron la segunda parte del siglo XX en la Argentina, una rebelión obrera conducida por dirigentes sindicales no enrolados en el gremialismo peronista tradicional, a la que se sumaron contingentes estudiantiles y no pocos pobladores de la capital mediterránea.

En un país muy diferente al actual, con un futuro promisorio de acuerdo a las pauta económicas de la época: un incipiente desarrollo industrial, con alto nivel de empleo y con una movilidad social aún en vigencia.

Pero en el ámbito político se vivía el hartazgo de una dictadura no tan sanguinaria como la que vino después, pero retrógrada y oscurantista en lo cultural e intolerante en lo político.

Los sindicatos que iniciaron el movimiento fueron los industriales como SMATA de las fábricas IKA-Renault; SITRAC y SITRAM de Fiat; los servicios como UTA (Unión Tranviarios Automotor) y Luz y Fuerza. A ellos se sumaron también grupos estudiantiles con un alto grado de politización.

Observado desde medio siglo de distancia y tratando de apartarse del efecto “diario del lunes”, debemos considerar que el movimiento obrero no influido por el peronismo verticalista, tenía dirigentes como Agustín Tosco, Atilio López y René Salamanca, entre otros, que no desdeñaban el camino hacia el socialismo, un faro ideológico inspirado en plena guerra fría desde la también oscurantista Unión Soviética.

En esta parte de América latina todavía latía la fuerte influencia de la Revolución Cubana, las luchas por la liberación nacional tras el proceso de descolonización de África y sobre todo la lucha del pueblo vietnamita contra la intromisión de Estados Unidos, que representaba el otro bando de la guerra fría y era la cara visible de la dependencia de los países subdesarrollados.

En la Argentina profunda había una sociedad cansada de congelamiento salarial, aumentos de tarifas, represión a toda forma de protesta o de reclamo. Por aquellos tiempos no había estabilidad de los empleados públicos porque el llamado “Estatuto de la Revolución Argentina” había remplazado a la Constitución y no se reconocían las garantías que ampara la ley fundamental.

Los trabajadores ferroviarios que realizaron un paro de 24 horas fueron sancionados con la cárcel, el despido o el descuento de un mes completo de sus salarios.

Si bien hubo organización y predisposición para la lucha en las calles contra la represión policial desde el sector sindical, los estudiantes salieron imbuidos del espíritu libertrio que veían en el Che Guevara. Los cordobeses de a pie aplaudieron el paso de las marchas o se sumaron a la refriega.

La historia terminó violentamente con muertos y heridos tras la intervención del Ejército tras ser superada la policía provincial. Muchos se atribuyeron haber inspirado esa rebelión popular, hubo otras después como el Viborazo y el Mendozazo. Pero en realidad se avecinaba una tragedia gestada a espaldas de las mayorías.