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¿Cuán raras son las 'Tierras Raras'?

En esta nota, como en las anteriores sobre la posibilidad de la explotación minera en el Sur mendocino, aportamos otras ideas para apoyar el despegue de esa zona rica en alternativas económicas no tradicionales

04 de octubre, 2020 - 11:51

Tierras raras es el nombre común de 17 elementos químicos. Son ellos: escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio).

Aunque el nombre de “raras” podría llevar a la conclusión de que se trata de elementos escasos en la corteza terrestre, algunos elementos como el cerio, el itrio y el neodimio son bastante abundantes. Y el de “tierras” no es más que un vocablo arcaico que hace referencia a algo que se puede disolver un ácido. Dicho de otro modo, “tierra” es una denominación antigua para los óxidos.

 

Luego de esta introducción, químicamente erudita, vamos a las cuestiones concretas que nos interesan.

En un artículo sobre el tema en el blog de nuestro embajador en los EE. UU., Jorge Argüello, podemos leer: “El futuro de las economías está signado por la transición energética y las tecnologías digitales, que dependen de las tierras raras para su desarrollo. La escasez de estos recursos y su complejo tratamiento auguran el surgimiento de toda una geopolítica mineral donde las principales potencias aceleren la búsqueda, explotación y acopio de tierras raras”.

Vamos a algunos ejemplos de usos concretos para entender de lo que habla el señor embajador.

  • Lantano: vidrio de alto índice de refracción y resistente, pedernal, almacenamiento de hidrógeno, electrodos de batería, lentes de cámara, catalizador de craqueo catalítico de fluidos para refinerías de petróleo.
  • Cerio: agente oxidante químico, polvo para pulir, colores amarillos en vidrio y cerámica, catalizador para hornos autolimpiables, fluido catalizador de craqueo catalítico para refinerías de petróleo, pedernales para encendedores.
  • Praseodimio: imanes, láseres, lámparas de arco de carbono, colorante en vidrios y esmaltes, aditivo en vidrio de didimio, pedernales para encendedores.
  • Neodimio: imanes, láseres, colores violeta en vidrio y cerámica, vidrio de didimio, condensadores de cerámica, motores eléctricos de automóviles eléctricos.
  • Promecio: baterías nucleares, pintura luminosa.
  • Samario: imanes, láseres, captura neutrónica, masers, barras de control de reactores nucleares.

 

La elección de las tierras raras seleccionadas no ha sido nada casual, ya que las mismas –según un informe en el número 57 del 2002 de la Revista de la Asociación Geológica Argentina, titulado “El volcanismo del Terciario superior del sur de Mendoza”– se encuentran en forma abundante en la zona comprendida al Sur del río Atuel y hasta el Norte del río Barrancas, que es el límite de nuestra provincia con la de Neuquén.

Como vemos, son elementos que tienen aplicación en la fabricación de imanes, pinturas luminosas, láseres, captura neutrónica, masers y barras de control para reactores nucleares, entre otras tantas aplicaciones posibles.

Según un informe publicado por el Instituto de Estudios Geológicos Británico (el British Geological Survey, o BGS por sus siglas en inglés) las tierras raras son el grupo de elementos más utilizados en los productos de mayor consumo en el mundo del futuro, tales como baterías para los vehículos eléctricos, las pantallas de los teléfonos inteligentes y las turbinas de viento. También se consideran vitales en la protección del medio ambiente mejorando la eficiencia energética y permitiendo la existencia de muchas tecnologías digitales, columna vertebral de la economía del siglo XXI, así como para desarrollar la energía “verde” que sustituya a los combustibles tradicionales.

“Como si esto fuera poco, el aprovisionamiento de tierras raras se ha vuelto inevitable incluso en el ámbito militar. Ningún avión de combate moderno puede prescindir de los componentes que las utilizan”, nos lo recuerda el embajador Argüello en la nota ya citada.

Por todo lo mencionado hasta el momento, no es extraño que ya se hable de la geopolítica de las tierras raras, como en su momento se habló de la del petróleo o, mucho más recientemente, en la del litio. Y que según la confesión de uno de sus principales usuarios, Elon Musk, fabricante de autos eléctricos, estuvo entre las motivaciones para impulsar el golpe de Estado en Bolivia, que tiene la segunda reserva de litio conocida en el mundo.

En ocasión de la posibilidad de la minería para Malargüe, como paso previo para su reactivación económica, hablamos de que “...creemos que lo que necesitamos hoy es una verdadera política de Estado provincial que nos asegure el control y la regulación de nuestros recursos mineros, a los efectos de que su explotación sea segura para el medio ambiente y que logre ser sustentable a largo plazo.

“En consecuencia, creemos que con la actual Dirección de Minería, dependiente del Ministerio de Economía y Energía de la Provincia, no alcanza, ya que debe ser repotenciada, especialmente desde su conformación humana y asignación presupuestaria para estar en condiciones de generar y administrar los recursos humanos técnico-profesionales que nos permitan no solo controlar la actividad minera de bajo perfil del pasado, sino las del futuro. Incluso, con la capacidad de mantener una sana interacción con las corporaciones mineras internacionales que fueran autorizadas a desarrollar explotaciones mineras en el país”. (Ver: “Megaminería y terraplanistas”)

Sabemos que estas ideas han sido bien recibidas, tanto por parte del Gobierno de la provincia como por el municipal de Malargüe. También sabemos que en el pasado, la Secretaría de Minería de la Nación expresó su interés respecto de las Tierras Raras, pero Mendoza no participó de esta iniciativa y salió en busca de inversiones en el extranjero.

Por eso es que hoy, con este hallazgo de las tierras raras, le sumamos a nuestra propuesta que se las incluya en el posible menú minero del departamento y en la agenda de la agencia provincial que tenga a su cargo impulsar la tarea.

 

El Doctor Emilio Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Es autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.