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Siria: ¿otra guerra de religión?

21 de abril, 2018 - 19:38

Las originales Guerras de Religión tuvieron lugar hace más de 300 años. Y ostentan el dudoso honor que haber sido las más sangrientas que registra la historia. De hecho, se aprecia que aniquilaron 1/3 de la población europea.

Comenzaron con un acto casi banal. Los enviados del Emperador católico Fernando II fueron arrojados por las ventanas de un palacio en Praga sobre una pila de basura, lo que les salvó la vida, por rebeldes protestantes.

Todo hubiera terminado allí, pero los interesados no dejaron de sumarse. Empezando, por los húngaros, los suecos y los daneses y siguiendo por los españoles y los franceses, que eran los pesos pesados de esa época.

Hoy como ayer, la crisis siria empieza por casi la banalidad de que un grupo de sirios no toleran el peso de una dictadura. Pronto, se le suman los terroristas de ISIS que lucha contra el dictador y los de Hezbollah que lo hacen a favor.

Rápidamente, los kurdos ven una ventana de oportunidad para lograr su soñada independencia y se unen a la lucha. Lo que trae, inevitablemente, a escena a su eterno enemigo: Turquía.

Luego, los EE.UU. de Obama, deciden apoyar la resistencia contra el dictador y mandan a sus asesores militares a reforzar a los rebeldes sirios, muchos de ellos conocidos terroristas.

Por su parte, los rusos para no quedarse atrás, apoyan la supervivencia del Estado sirio. De todos modos, el dictador es su querido HDP.

Desde lejos Israel y Arabia Saudita miran, pero se salen de la vaina por intervenir en defensa de sus respectivos intereses. También, lo hacen Inglaterra y Francia, pero sin nadie sepa muy bien porque lo hacen.

Al final, al igual que en las Guerras de Religión, la masa de las víctimas son civiles desarmados. Muertos, violados, hambreados, bombardeados, gaseados, deportados.