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UCA | La asistencia social evitó un mayor aumento de la pobreza

Un informe de la Universidad Católica Argentina señaló que, durante la pandemia, los niños tuvieron más problemas para acceder a los alimentos básicos

Por Redacción

30 de julio, 2021 - 18:45

La crisis económica a raíz de la pandemia de coronavirus impactó con mayor fuerza entre los chicos. Según un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, si no se hubiera reforzado la Tarjeta Alimentarun 6,3% más de niños podrían haber caído en la pobreza y un 9,8% en la indigencia.

Ianina Tuñón, investigadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia-Especialista en Desarrollo Humano de la Infancia, fue consultada por la línea de la pobreza en El Interactivo (lunes a viernes 12.30 por Facebook y YouTube de El Ciudadano) y reveló que la asistencia social evitó un aumento mayor de la indigencia, pero no ayudó a mejorar la nutrición de los chicos. “Muchos hogares recurrieron a omitir la cena como estrategia para priorizar el desayuno y el almuerzo”, aseguró.

"La Tarjeta Alimentar es un programa que no está pensado como alguna política anterior al 2020 para una crisis socioeconómica como la que tuvimos y la que estamos transitando. Claramente el componente de la mejora nutricional no se alcanzó, pero sí lo que la evaluación de impacto muestra con mucha claridad, es que frente a los niños que no recibieron la Tarjeta Alimentar, quienes la recibieron tuvieron la posibilidad de poder comer. No experimentar inseguridad alimentaria, que en el caso de los chicos supone el reporte por parte de los padres que los niños de su hogar han experimentado hambre por no tener qué darles de comer", sostuvo Tuñón.

En ese sentido, la investigadora añadió: “Esa situación en el caso de los chicos que recibieron la Tarjeta Alimentar fue mucho menor, frente a sus pares igualmente pobres que no la recibieron. Ese es el efecto positivo. El otro objetivo que tenía el programa era lograr mayor calidad nutricional. Es decir, que a través de esta tarjeta que solamente se puede usar por el consumo de alimentos pudiesen acceder a frescos, como lácteos, frutas, verduras y carnes. En este punto solo se encontraron diferencias positivas para quienes tenían la Tarjeta Alimentar en el consumo de huevos y legumbres, pero en el resto de los alimentos no tuvieron diferencias significativas".

“Si lo complementamos con estudios más cualitativos, como en el partido de La Matanza, desde la Universidad encontramos que los hogares con beneficiarios de la Tarjeta Alimentar no fue el único recurso que usaron para acceder a los alimentos. También usaron comedores comunitarios y bolsones de alimentos que daban en las escuelas. Con eso la problemática alimentaria fue compleja durante el año pasado", agregó la mujer.

Y continuó: “Se tuvo que recurrir con mayor frecuencia a comidas con un valor nutricional relativo, como los guisos con preponderancia de fideos y arroz, ya que reconocen a estos sectores sociales que prácticamente la carne desapareció del menú y que se reducía al consumo de alitas de pollo. Incluso muchos hogares recurrieron a omitir la cena como estrategia para poder lograr tener algunas comidas, desayuno y almuerzo como prioritarias".

-¿De qué universo de personas hablamos que tuvieron que elegir suprimir la cena y que la carne dejó de formar parte de su dieta?

- "Es un 15% de niños en Argentina. Los chicos que no están recibiendo la Tarjeta Alimentar por múltiples motivos son un 5%, son 300 mil niños en Argentina. Sabemos que son chicos de mucha exclusión, no tienen contacto con el Estado, no tienen DNI, no viven con sus progenitores, pasan las gestiones y seguimos teniendo como un pequeño remanente de población que no accede a estos beneficios".

-¿Han medido el impacto del cierre de colegios y comedores durante la pandemia?

- "Hubo diferentes estrategias, pero en general los comedores escolares se reconvirtieron y entregaron bolsones de alimentos, en general eran alimentos secos. Era importante porque había aceite, azúcar, mate cocido, alguna legumbre, pero lo cierto es que no era acceso a lo fresco. Los comedores comunitarios también se tuvieron que reconvertir porque no podían recibir a la gente con lo que se convirtieron en expendedores".

“Un fenómeno en toda la Argentina es que otros sectores se sumaron a estos comedores y bolsones de alimentos. Los que nosotros llamamos los hijos de los obreros integrados, es decir hijos de trabajadores que si bien están en el sector informal son personas que trabajan 8 horas diarias. En normalidad tienen trabajo en la informalidad, pero con características propias de la formalidad en términos de la cantidad de horas que trabajan".

-¿Qué solución viable hay para que esto deje de pasar?

- "Creo que tenemos objetivos de mediano y largo plazo, pero algunos no pueden serlo. Deben ser hoy para poder garantizar lo básico, lo alimentario. En ese sentido las transferencias de alimentos que se hicieron el año pasado fueron fundamentales porque también lo que surge de las investigaciones cualitativas es que estos sectores pasaron a no tener ingreso. Tenemos prácticamente un 40% de economía en negro. Esos sectores sociales cuando dejaron de trabajar el año pasado dejaron de cobrar. En ese sentido el IFE, Tarjeta Alimentar fueron fundamentales. Ahora, también hay consenso de que no pueden ser las únicas políticas públicas y que no pueden eternizarse. Nosotros no necesitamos esos comederos, sino que los chicos puedan comer en sus casas la comida que compran sus padres. Por eso es necesario que el mercado registrado argentino pueda absorber a todos los sectores con trabajo genuino".