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Repercusión en Mendoza de un hecho que marcó un profundo cambio en la historia política

El 17 de octubre de 1945 quedó grabado como una fecha emblemática. Ese día, el entonces vicepresidente y ministro Juan Perón consolidó su poder al frente del movimiento obrero

17 de octubre, 2020 - 09:51

El 17 de octubre de 1945 sin lugar a dudas marcó un profundo cambio en la historia argentina. Para algunos, positivo y propicio; para otros, controvertido y nefasto.

Hace 75 años, nuestra provincia vivió esos acontecimientos con manifestaciones populares sin que se registraran hechos de violencia.

A principios de octubre de 1945, el país vivía una grave crisis política institucional. El gobierno de facto que había surgido el 4 de junio de 1943 en el golpe de Estado de las Fuerzas Armadas, que había derrocado al presidente Ramón J. Castillo, se encontraba dividido y debilitado.

Hacía más de un mes que la Segunda Guerra Mundial había finalizado con la victoria de los aliados frente al totalitarismo nazifascista y en aquel momento el presidente argentino era el general Edelmiro J. Farrell, quien había asumido el cargo el 9 de marzo de 1944 luego de la renuncia del general Pedro P. Ramírez. 

El entonces presidente de facto general Edelmiro J. Farrell, quien gobernaba el país desde 1944

También en aquella época surgió la figura del coronel Juan Domingo Perón, quien estaba a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión desde 1943 y había entablado una cercana relación con el sector del sindicalismo. Además de ser secretario de Trabajo, Perón asumió el Ministerio de Guerra y la vicepresidencia de la Nación en 1944.

El presidente Farrell y el vice Juan Perón junto a otros militares en marzo de 1944

En julio de 1945, el presidente Farrell anunció elecciones democráticas para el siguiente año siguiente. 

A principios de octubre de ese año, las Fuerzas Armadas estaban divididas, y debido a grandes diferencias entre Perón y el general Eduardo Ávalos un sector del Ejército le exigió la renuncia a todos sus cargos al entonces vicepresidente.

Durante varios días estos hechos crearon un clima de inestabilidad y de incertidumbre política que incidió en los sectores del sindicalismo y de la masa obrera en general, que salió a las calles en apoyo al destacado militar.

El pueblo en la plaza

Durante el mediodía del 17 de octubre, las radios locales informaban desde la Ciudad de Buenos Aires que una manifestación popular de miles de obreros, apoyados por varios sindicatos, llegaron de las afueras de la Capital Federal y coparon pacíficamente la Plaza de Mayo para reclamar por el coronel Perón.

La icónica imagen del 17 de octubre de 1945 en una de las fuentes de Plaza de Mayo

Al no tener respuestas de las autoridades nacionales, los miembros de la Confederación General del Trabajo declararon un paro de 24 horas para el día 18. Ante la presión popular, los militares no tuvieron otra alternativa que restituirle todos sus cargos a Perón, quien en la noche salió a uno de los balcones de la Casa Rosada y se manifestó ante una multitud que desde muy temprano se encontraba en la histórica plaza.

Manifestantes se trasladan en tranvía hacia la Plaza de Mayo

Mendoza se adhiere al paro

Estos hechos ocurridos en Buenos Aires tuvieron gran repercusión en Mendoza, y algunos gremios y empresas como la Compañía de Electricidad Los Andes adhirieron a la huelga.

Al día siguiente, el paro se realizó masivamente en toda la ciudad. La paralización de las actividades fue casi total, aunque la administración pública no se acopló a la medida de fuerza.

Distintos sectores políticos y público en general se reunieron en las calles de la ciudad para realizar  varias manifestaciones, las que desde la mañana se había desarrollado con cierta tranquilidad por el centro. 

Estos movimientos siguieron por la tarde en el paseo La Alameda, en la que cientos de personas cubrieron el ancho de la calle San Martín. La franja de manifestantes abarcó desde la estatua de Fray Luis Beltrán hasta la calle Godoy Cruz. 

La concurrencia se había formado en columnas que surcaron la ciudad desde distintos lugares y manifestó su paso con vítores al coronel Perón. Se advertía la presencia de muchas mujeres que llevaban grandes pancartas con leyendas como “Anoche medio millón"; “Perón sí, traidores no" o “Patria, libertad y  cultura". 

También había carteles con frases como “Estudiantes secundarios patriotas”, “Democracia argentina, no made In USA y “Perón presidente", mientras que las expresiones verbales coincidían con estos conceptos.

En ese lugar hicieron uso de la palabra los obreros José Manzur, Juan de la Torre, Juan de Dios López y Martín Ortega, además del estudiante Ramón De Simone.

Luego se invitó a los manifestantes a marchar hasta la Casa de Gobierno –en aquel entonces ubicada en la calle Rivadavia– y la plaza San Martín. Algunos sectores reclamaron la concurrencia de los medios informativos.

El movimiento iba encabezado por mujeres que llevaban una palma de flores en alto, varias pancartas y banderas argentinas, que transitaron por la calle San Martín hasta Sarmiento y por ésta se dirigieron a  la Casa de Gobierno, en donde se concentraron.

Allí, luego de cantar el Himno Nacional, una delegación se dirigió directamente al despacho del entonces interventor de la Provincia, el coronel Aristóbulo Vargas Belmonte, para invitarlo a que hiciera acto de presencia. 

El interventor de Mendoza, coronel Aristóbulo Vargas Belmonte

El mandatario provincial salió a la puerta y ante la multitud pronunció algunas palabras que fueron interrumpidas en repetidas oportunidades por los aplausos y exclamaciones de aprobación de los manifestantes. 

Con San Martín de testigo

A las 20 tuvo lugar en la plaza San Martín el acto de apoyo a este suceso que comenzó con un homenaje al Libertador, mediante una palma de flores que un grupo de manifestantes depositó al pie de su estatua.

Minutos después de este acto, hablaron Raúl Muñiz, en representación de los empleados de comercio; José Tolón; el doctor Lorenzo Soler, por la Junta Organizadora de la Unión Cívica Radical, y Miguel Stela en su carácter de presidente de la Unión Ferroviaria.

Los oradores exteriorizaron algunos conceptos sobre la situación política y obrera y repudiaron al gobierno conservador de los años 30. También elogiaron la acción social que trajo la revolución del 4 de junio de 1943 y en especial al coronel Perón.

Tras el acto, los manifestantes se desconcentraron en orden y sin producir ningún tipo de incidentes.

En horas de la noche algunos pequeños grupos con pancartas y banderas nacionales se unieron en San Martín y Las Heras para aclamar al coronel Perón, tras lo cual disolvieron la reunión.

Pocos meses después de estos acontecimientos, más precisamente el 24 de febrero de 1946, Juan Domingo Perón se convirtió en Presidente.