|19/10/20 08:05 AM

La visita del presidente José Figueroa Alcorta a Mendoza en 1910

Durante dos días, el primer mandatario recorrió la Ciudad, Luján y Godoy Cruz, donde fue aclamado por los mendocinos y se hicieron homenajes en su honor

19 de octubre, 2020 - 14:26

Durante la primavera de 1910, el entonces presidente de la Nación José Figueroa Alcorta llegó nuestra provincia junto a los ministros de Relaciones Exteriores, Carlos Rodríguez Larreta –bisabuelo del actual jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta-; de Guerra, el teniente general Eduardo Racero, y de Marina, Juan José Sáenz Valiente.

También se encontraba el diputado nacional Luis Agote, un destacado médico que realizó, cuatro años después, la primera transfusión de sangre del mundo.

Los distinguidos huéspedes fueron agasajados por las autoridades y el pueblo de Mendoza durante su visita de dos días. Cabe destacar que por este evento el gobernador provincial decretó feriado.

 

Recibido por los mendocinos

El 22 de setiembre, Figueroa Alcorta y su importante comitiva llegaron desde la República de Chile – país que festejó el centenario de su revolución el 18 de setiembre- y fue recibido por el entonces gobernador de la provincia, Rufino Ortega (hijo).

Era la segunda vez en la historia local que un presidente en ejercicio se hospedaba en la capital mendocina. El primero había sido Julio Argentino Roca, quien en abril de 1885 pisó suelo mendocino y fue recibido el gobernador Rufino Ortega. Esta extraña coincidencia se repitió después de 35 años, cuando su hijo recibiera a Figueroa Alcorta.

La comisión fue recibida calurosamente por el gobernador y gran cantidad de público en la estación del ferrocarril Trasandino, en donde las bandas del Ejército y de la Policía ejecutaron varias marchas. Posteriormente, los visitantes partieron en carruajes hacia las calles principales de la ciudad, donde fueron recibidos con flores y vítores por la ciudadanía que se agolpaba en las veredas con banderas y cintas celestes y blancas.

La visita de Figueroa Alcorta en Mendoza.

El presidente Figueroa Alcorta, acompañado por la primera dama y el gobernador, pasearon por la avenida San Martín en un bello carruaje que fue seguido por los demás.

Por la noche, una comisión brindó una importante recepción donde participaron lo más selecto de la sociedad cuyana y los gobernadores de San Juan y San Luis.

Pasada la medianoche, el presidente de la Nación y su esposa descansaron en la casa del gobernador para proseguir con su agenda al día siguiente, que contaba con visitas programadas a lugares recreativos cercanos a la ciudad.

 

Una excursión muy especial

A las 10 de la mañana del 23, el presidente de la República llegó con el gobernador Ortega (h) a la antigua Casa de Gobierno de la calle Rivadavia. Allí los esperaban otros funcionarios nacionales para emprender un viaje recreativo.

A la excursión se agregaron miembros del gobierno provincial que partieron en automóviles minutos después. Para este itinerario el Poder Ejecutivo alquiló gran parte del parque automotor de los mendocinos para que la comisión viajara rápida y cómodamente, pero sin embargo no fue suficiente y muchos de los invitados tuvieron que hacerlo en carruaje o en tren.

En los autos, que formaron una larga fila, se ubicaron ambos mandatarios con sus familias, ministros y demás representantes a los que se le sumaron los gobernadores de San Juan y San Luis.

Al iniciar la marcha, estos móviles partieron rumbo al sur, más precisamente al centro de Luján de Cuyo, por el entonces polvoriento carril Cervantes.

El presidente quedó impresionado por los florecientes viñedos que encontró al transitar por el camino del cual quedó atónito.

Luego de unos veinte minutos, la comitiva llegó a la plaza departamental de Luján y fue recibida con algarabía por un público deseoso de conocer al primer magistrado de la Nación, para lo que se había dado cita en ese punto para verlo llegar. Aguardaban también a los excursionistas alumnas de escuelas que, provistas de flores, las fueron arrojando al doctor Figueroa Alcorta al aproximarse a ellas.

A media mañana, la comitiva se dirigió rumbo al dique ubicado en el río Mendoza, hoy conocido como Cipolletti, donde era esperada por un pequeño grupo de vecinos que se reunieron para ver pasar al presidente Figueroa Alcorta, al gobernador Ortega (hijo) y el resto de los funcionarios.

Los honorables visitantes descendieron de sus coches y carruajes en pequeños grupos y pudieron observar aquella gran obra de ingeniería hídrica, cuyos sólidos muros producían la admiración por parte de los distinguidos personajes.

Mientras recorrían el dique, se les explicó su funcionamiento, la forma en que se distribuía el agua y su sistema de riego. Cuando finalizó el recorrido por aquella toma, los huéspedes regresaron a Luján de Cuyo, pasando nuevamente por Chacras de Coria y finalizar el recorrido en la plaza lujanina.

 

Homenaje en las bodegas y adiós a Mendoza

Un poco antes de las 13, los viajeros almorzaron en las mansiones de los empresarios Giol y Gargantini. Tan pronto como estuvieron todos reunidos, se pasó a la amplia mesa preparada para 200 comensales. Terminada esta actividad se realizó una rápida visita a las dependencias de la bodega de ambos propietarios, para luego continuar hacia Godoy Cruz para visitar la bodega Tomba.

La comitiva llegó a ese establecimiento y fue recibida por Santiago Grippa en representación de la familia, que por aquellos tiempos estaba en Italia.

Después de visitar los sectores del establecimiento, se ofreció un refrigerio acompañado con un excelente champán. Mientras tanto, el administrador Grippa ofreció al primer magistrado un emotivo discurso.

Por la tarde la comisión ocupó nuevamente sus vehículos y se dirigió hacia la ciudad, concluyendo así la excursión.

Cuando avanzaba la noche, el presidente Figueroa Alcorta y otros funcionarios asistieron al corso de flores que se organizó en honor de los viajeros en el Parque General San Martín.

A día siguiente, el entonces mandatario de los argentinos partió desde la estación del ferrocarril –donde fue despedido por una multitud– en el tren presidencial hacia la Ciudad de Buenos Aires.