Ese imparable bólido llamado Jorge Andrés Difonso

Difonso está demostrando acabadamente que sabe batallar en aspectos que hacen a su San Carlos natal, su Valle de Uco en si y también en toda la provincia

18 de abril, 2021 - 10:00

Jorge Andrés Difonso es un hombre que proviene de un departamento con fuerte presencia en la producción agraria de la provincia; se diría que es parte de ese gran timón que constituye el oasis del Valle de Uco.

Tierra con fuerte raigambre en la historia sanmartiniana, ya sea por haber sido parte de la estrategia previa a la gesta libertadora, como por recibir con los honores del gran hogar cuyano el regreso dorado y glorioso del general José de San Martín.

Es como que Difonso formateó sus pasos de vida pública en política de acuerdo con los orígenes de sus raíces.

Lo más emblemático fue haberse jugado en su primer paso por el Poder Legislativo como senador de la provincia, cuando plasmó una de las leyes más polémicas, resistidas y a la vez la que más apoyo ciudadano tuvo en la historia institucional de Mendoza, la 7.722, que prohíbe la utilización de sustancias químicas en la explotación minera metalífera.

Toda una cuestión que no han podido doblegar tres administraciones provinciales, incluso con lo sucedido en el primer capítulo del actual Gobierno.

Difonso es un hombre que se preparó en absoluto silencio para dar todos los pasos que da en política y está demostrando acabadamente que sabe dar golpes de timón en aspectos que hacen a su San Carlos natal, su Valle de Uco en si y también en toda la provincia.

Esto último le ha valido el giro de miradas hacia su personalidad por parte de diferentes sectores políticos, esencialmente, pero también de otros ámbitos, donde el hombre llegó con fuertes y oportunas certezas que le valieron puntos positivos a su favor.

La catapulta a la escena política fue el Partido Demócrata, donde tejió poder, sobre todo en su banca de senador, muy fructífera en su labor legislativa y cuyo dorado punto, como se señaló, fue la 7722.

Esto, como todo en política. le creó fuertes adversarios internos, y quizás el hueso más duro de roer fue Omar De Marchi.

Muchos, en su momento, vieron en ellos figuras que bien podrían haber llegado a gobernar la provincia. Una mirada que ellos entendían y asumían, aunque el tema no era ese, sino quién era primero y quién secundaba en la fórmula.

Allí afloraron mezquindades y egos que no permitieron alcanzar algo que habría producido importantes transformaciones en la provincia y el PD no habría llegado a tener ese estado de languidez que exhibe desde hace algunos años, cuando Difonso primero y De Marchi después, dejaron sus filas.

El primero giró hacia las filas del Frente Renovador, que no abandonó “aún, cuando muy enojado con Sergio Massa no aprobó el paso que este ultimo hacia el kirchnerismo”, dicen algunos observadores de la política provincial.

Difonso, después de transformar a su departamento como intendente en varios períodos consecutivos, volvió a la Legislatura como diputado.

Increíblemente, mientras juró asumía con fuerte protagonismo ante una nueva embestida de querer sacar la ley de su autoría, la 7722.

Después de recibir un nuevo y contundente respaldo de un grueso de la sociedad mendocina, el legislador comenzó a producir una serie de movimientos legislativos y políticos, transformándose en una inagotable cantera de ideas, propuestas y acciones que no lo detienen.

Que son cada vez más profundas, por lo que todo el arco político –oficialista u opositor– contienen dirigentes que lo miran con ese indisimulado recelo de los que saben que los sostenidos movimientos de Difonso lo catapultan indefectiblemente a una privilegiada zona de pocos, como es sentarse, alguna vez, en el sillón de San Martín.

A su idea reciente de utilizar fondos destinados a la construcción de Portezuelo del Viento para que la Provincia compre vacunas contra el COVID-19, aprovechando la ley de emergencia sanitaria que se lo permitiría a Suarez, la precedieron otras importantes iniciativas parlamentarias en el año y medio sentado en su banca.

Entre ellas, transformar la Legislatura en unicameral, reducir los concejos deliberantes de toda la provincia para que Mendoza cuente con importantes montos para salud y educación.

Además, logró obtener media sanción en Diputados para que la Provincia invierta en la conectividad, para que toda la docencia cuente con herramientas y acceso digital para conectarse con sus alumnos.

Cuestionó al mismo tiempo el intento de la DGE de no evaluar el ciclo lectivo digital del año pasado. Viajó a Buenos Aires para gestionar ante la Nación importantes pasos fronterizos en el Valle de Uco que nos conecten con Chile, también por la traza que reactive el ferrocarril de Norte a Sur y para destrabar la parálisis de gestión judicial de miles de expedientes de demandas pendientes de mendocinos que se encuentran abarrotando los pasillos del Poder Judicial de la Nación.

Fue y es de igual modo muy polémico y decdido a la hora de expedirse desde su banca en cuestiones que no le cierran, como cuando aseguró que la brasileña Vale le dejaría a la provincia con la entrega de las minas de sales de potasio, deudas y compromisos incumplidos.

O cuando logró transformar en ley la quita beneficios sociales a quienes usurpen campos o terrenos urbanos. O cuando hizo un fuerte impulso provincial hacia la ley nacional 27.401 sobre responsabilidad penal de las personas jurídicas, con lo cual se bloquean y castigan hechos de corrupción, tanto públicos como privados.

Sin dudas Jorge Difonso está demostrando a todas luces que ya está subiendo peldaños que lo llevarán muy alto en la pirámide política mendocina.

Lo está haciendo acompañado solo por un puñado de dirigentes y colaboradores, y desde hace rato, enfrentando a radicales y peronistas a quienes inquieta mucho su crecimiento sin fisuras, con temas fuertes que inciden directamente en la vida de la gente. 

Resta saber si es solo para un eventual posicionamiento mirando el Congreso de la Nación o para recalar en el 2023, como para tener la posibilidad de ser el tercer sancarlino que se instale en el Barrio Cívico para administrar la provincia.

Una cuestión que dependerá de la historia que viene con su capacidad de moverse en política y de no disminuir esa veloz fuerza que hoy lo ha transformado en un bólido con sello distintivo propio.