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Desde Italia hasta su casa: la odisea de Carolina Sánchez

La basquetbolista mendocina salió el 7 de mayo desde la península y llegó a su casa el pasado domingo. En el medio, pasó 30 horas sin comer, sin beber y sin poder ir al baño

01 de junio, 2020 - 20:24

Una verdadera odisea fue lo que vivió la mayor exponente del básquetbol femenino a nivel provincial y nacional, tras tomar la decisión de dejar Italia y volver a la Argentina a pasar la cuarentena con su familia. Carolina Sánchez dio detalles de lo que, en sus propias palabras, fue el  viaje más largo y complicado de su vida.

“Ayer le comentaba a mi familia que ha sido el viaje más largo de mi vida. Empezó el 7 de mayo y recién llegué a casa este domingo. Estuve 14 días en un hotel de la provincia, también fue un caos salir de allí, pero por suerte estoy bien de salud, que es lo más importante”, expresó Carolina, en el inicio de la entrevista.

Y recalcó: “Antes de salir de Italia, me preparé desde lo mental porque ya sabía las medidas que había tomado el gobierno argentino y tenía claro que iba a pasar 14 días en un hotel, antes de llegar a casa. Pero no imaginaba una mala organización como la que hubo entre las embajadas en el exterior con el gobierno. No había comunicación”.

Tras tomar la decisión de volver a la Argentina, ya que en un primer momento la basquetbolista había decidido quedarse en Europa para preservar a su familia, relató cronológicamente todo lo que vivió: “Llegamos a Ezeiza el sábado 9 de mayo a las 4 de la mañana. Nos avisan que nos van a dividir en distintos colectivos para poder llegar a nuestras casas, pero nunca nos dijeron que no nos iban a dar comida ni bebida. Y hay que recordar que no hay kioscos ni comercios abiertos en Ezeiza. Hubo gente que recibió una bebida y un sándwich para el viaje, en mi caso solo me tocó la bebida porque llegué tarde”.

Ya arriba del micro, tampoco podían utilizar el baño del mismo y no se les permitió bajar hasta llegar a Córdoba: “Recién en Córdoba, ya siendo casi las 8 de la noche (habían salido a las 7 de la mañana), nos dejaron bajar a hacer nuestras necesidades y nos permitieron comprar comida y bebida a través de un delivery. Fueron casi 30 horas sin comer ni beber, contando las horas del vuelo, donde tampoco Aerolíneas Argentinas nos dio un buen servicio, solo agua y unos bizcochitos. Tampoco pretendíamos que nos dieran todo, pero al menos nos podrían haber avisado de cuál era la situación. Fue muy duro”.

Pero la odisea de la jugadora del Magnolia de Italia tendría un capítulo final, que fue el pasado domingo, ya en Mendoza. “El domingo en la salida del hotel también hubo una desorganización, porque nos querían pasear por todo Mendoza, para ir dejando una a una a cada persona. Estábamos muy juntos, no se respetaba la distancia de un metro y todos éramos de distintos departamentos. No nos pareció bien, nos pusimos firmes y les pedimos que nos bajaran en el centro y llamamos a nuestras familias que nos fueran a buscar”.

Tras los 14 días de aislamiento, Sánchez llegó a su casa, pero avisó: “Me queda una semana más sin poder salir, es lo que me recomendaron los médicos. Pero ya en casa. Fue una sensación muy linda reencontrarse el domingo con la familia. Fue volver a la normalidad después de tantos días”.  

Finalmente, aprovechando su experiencia en Europa y observando lo que sucede en el país, deslizó: “Hay que tener paciencia. Mucha gente cree que no existe un virus que mata. Pasó en Italia y se tuvo que parar todo por dos meses y medio. Entiendo a la gente que quiere salir a trabajar, yo quiero volver a entrenar y a jugar. El único modo de combatir al virus es parar y quedarse en casa. Entiendo también la situación económica, pero no es solo acá, es en todo el mundo. Está en riesgo la vida, que es lo más importante”.