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Argentina con más pobres, Mendoza con más pobres

Mujeres, hombres, jóvenes, niños, niñas y adultos mayores que no saben de coronavirus y sí de hambre, desocupación y habitar esos lugares indeseados entre chapas y lodo de desigualdades

05 de abril, 2020 - 14:21

La imagen de la pobreza no la puede ocultar la terrible cuarentena del coronavirus. La visibiliza aún más cuando por calles, avenidas o callejones de pueblos deambulan miles de seres en la búsqueda de posibilidades casi perdidas de una migaja de pan.

Son los 16 millones de pobres que cuenta una Nación de un poco más de 45 millones de habitantes.

Mujeres, hombres, jóvenes, niños, niñas y adultos mayores que no saben de coronavirus y sí de hambre, desocupación y habitar esos lugares indeseados entre chapas y lodo de desigualdades.

Postergados por siempre y en cualquier circunstancia. Ahora, obligados a encerrarse en su miseria porque les indican que los preservan de un bicho que no ven y que proviene de una tierra desconocida para todos ellos.

Si bien les acercan un poco de comida envuelta en raciones portadas por personas a las que no les ven rostros y manos. Que no hablan y solo les señalan regresar a ese sitio donde deben dormir, comer y defecar.

Sin servicios básicos y mucho menos espacio, que evite la terrible promiscuidad y un estado de violencia que solo existe en ese mundo que es solo de ellos.

El informe del INDEC fue dado a conocer al mismo tiempo que el del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA. Este último mostró todo un trabajo realizado sobre la misma pandemia.

Bajo el título "Desigualdades sociales en tiempos de cuarentena" se hace un pormenorizado análisis del estado de situación de esos millones de argentinos en general y mendocinos, en particular, donde el necesario aislamiento forzado produciría efectos regresivos no deseados en materia socioeconómica.

Tomando textualmente un fragmento del amplio informe de la UCA, queda demostrado con contundencia lo que le viene pasando al país desde hace muchos años, que se conjuga con el presente: “Las reiteradas devaluaciones, el aumento de la inflación, el estancamiento, el aumento del desempleo y las medidas de ajuste acordadas con el FMI explican el deterioro en las estimaciones de indigencia y pobreza por ingresos en el período 2017-2019.

"En ese contexto, la evolución de los ingresos laborales y no laborales de los hogares de sectores medios bajos quedó por debajo de los aumentos en los precios de bienes y servicios de consumo básico, lo cual explicó el fuerte aumento de la pobreza ocurrido en los años 2018 y 2019.

"En este contexto agravado, montado sobre desigualdades y pobrezas estructurales persistentes, es que tienen lugar las consecuencias sociales regresivas que generan las políticas sanitarias de aislamiento preventivo y obligatorio motivadas por la pandemia del COVID19”.

El Estado mendocino mostró también su cara sucia y en ella a los casi 400 mil habitantes que sobreviven en la pobreza.

De esa dura cifra en solo un año se agregaron 100 mil personas. Seres que provienen en su gran mayoría de un lapidario porcentaje del 38,6 % de pobres y el 8 % de indigentes, que han dotado al Gran Mendoza con la tasa más alta de la Región Cuyo, según datos oficiales de la DEIE.

La especulación en cuarentena sobre mercaderías y sus precios, que ningún organismo oficial controló por incapacidad o intencional omisión, se transformó en un elemento mucho más denigrante y nocivo que la inflación para los pobres que pretendieron obtener un alimento.

Es un aspecto del oscuro panorama que los envuelve, junto a un grueso de la población que, también acorralada, espera tiempos difíciles tras una cuarentena que le podría salvar la vida.

Pero se la complicaría cuando la Nación y la Provincia intenten retomar un campo minado de dificultades económicas, productivas, laborales y sociales, por lo que muchos tienen esa sensación de dirigirse en algunos meses a ese lugar donde sobreviven los pobres del país.

Aspecto no deseado de una Nación que con sensatez enfrentó un mal que destruyó costados humanos del planeta. Sensatez y firmeza para aplicar en la recuperación de una Argentina que se detuvo en los primeros días del marzo, junto a sus 16 millones de pobres.