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Uno de los rugbiers pidió un psiquiatra y analizan darles prisión domiciliaria

Uno de los acusados por el crimen del joven a la salida del boliche Le Brique solicitó, a través de su defensa, ser atendido por un profesional debido a las “condiciones de encierro”. Por otro lado, la Cámara de Garantías de Dolores deberá confirmar la prisión preventiva dictada por David Mancinelli

Por Redacción

27 de febrero, 2020 - 19:47

La causa por la muerte del Fernando Báez Sosa avanza día a día y el panorama para los rugbiers es cada vez más comprometedora. Detenidos en el penal de Dolores, los acusados por el crimen del joven asesinado en la puerta del boliche Le Brique aguardan el dictamen de la Justicia.

La última novedad viene del lado de David Mancinelli, juez de garantías de la causa, quién pidió que los rugbiers sean sometidos a pruebas psicológicas y socioambientales. Fuentes allegadas a la causa informaron que se trata de un proceso normal y que no hay situaciones especiales.

Hacer algunos días el abogado defensor, Hugo Tomei, solicitó la prisión domiciliaria para los detenidos. El tema es tratado por la Sala I de la Cámara de Garantías y Apelaciones de Dolores, a través de los jueces Sotelo, Yaltone y De Felitto. En caso de que se confirme la misma, los jóvenes pueden ser trasladados a un penal ubicado en Campana, la Unidad Nº 57 que está disponible para chicos de 18 a 21 años que atraviesen su primera condena o hayan sido detenidos con prisión preventiva.

Si se les otorga la prisión domiciliaria los ocho acusados podrán regresar con sus familias, como lo hicieron Alejo Milanesi y Juan Guarino.  Mancinelli podría evaluar la situación individualmente, con citaciones por separado a cada uno de los detenidos en audiencias a las que se convocará a las partes si es que ocurren.

Pero para que esto suceda las condiciones no son las probables y es difícil que ocurra teniendo en cuenta que el Código Procesal bonaerense estipula estas prisiones domiciliarias para embarazadasmadres de hijos menores de cinco añosancianos enfermos terminales, o en excepciones. Los ocho de Zárate presos en Dolores no encajarían en ninguno de estos criterios.

Máximo Thomsen fue uno de los rugbiers que habló ante la Justicia y describió lo que transitan en el interior del penal. El acusado se mostró con temor y manifestó que "quiero aclarar que en la cárcel no estamos como dicen los medios, que dicen que tenemos aire acondicionado, que tenemos ventiladores, que somos presos VIP cuando en realidad estamos toda la noche escuchando lo que nos dicen otros presos, que nos gritan que tienen precio nuestras cabezas, que Burlando los va a defender, que nos quieren violar. Nos gritan de todo por la ventana”.

Por otro lado, Ayrton Viollaz, a través de su defensa, manifesto a Mancinelli la necesidad de ser atendido por un psiquiatra debido a los problemas que le genera las "condiciones de encierro". Los acusados ya habían sido asistidos por un psicólogo y un pastor evangélico, pero esta es la primera vez que uno de ellos pide un especialista en psiquiatría dentro de la cárcel.