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El despertar de un gigante dormido en la UCR mendocina

Mario Abed, actual vicegobernador, no oculta ni especula en dar señales que lo encaminan a posicionarse en lugares de preponderancia en la UCR mendocina.

24 de febrero, 2020 - 07:07

El mundo de la política muestra que para transitarla no cuenta la contextura anatómica del dirigente, sí sus condiciones intelectuales, estratégicas y habilidades para acordar y alcanzar objetivos con su transitar en esos laberintos que implican estar en política.

Perfil que en la mayoría de los casos, surge ante la gente, como las generales de una ley no escrita, tanto en el país, como en la provincia.

Pero existen excepciones y hoy Mendoza estaría ante una de ellas. Con un hombre que en silencio y a pasos muy firmes se estaría transformando en un dirigente con el predicamento y liderazgo del radicalismo que viene.

El mismo hombre que hace que su altura contenga esas condiciones para sobresalir en el principal partido del Frente Cambia Mendoza.

Mario Abed, actual vice gobernador, no oculta ni especula en dar señales que lo encaminan a posicionarse en lugares de preponderancia. Un aspecto, que a fuerza de ser sinceros, siempre mostró.

Frontal y comprometido con muchos sectores cuyo único sentido es el sacrificio de producir o trabajar. Uno de sus defectos es no esperar el momento y el lugar para decir sus cosas, sus pareceres y sus decisiones. Quizá exagerando su perfil de dirigente diferente, del que no debe esperarse golpes bajos.

El vicegobernador también tuvo su bautismo de fuego con la 7.722. Ley que en su fuero íntimo considera que no debe ser anulada, algo que quedó demostrado cuando no presidió y se retiró de la sesión del Senado que la aplastaba con la Ley 9.209.

Sin embargo, demostrando su concepto de dirigente político y el lugar que la ciudadanía lo ha colocado, se llamó a silencio y su única acción, sin especulación alguna, fue acompañar en todo momento al gobernador Rodolfo Suarez en los tumultuosos y últimos días del 2019.

Todos en su partido saben cómo piensa y actúa. Por eso sus movimientos en los últimos años fueron tomados muy en serio. Como patear el tablero de la concepción de construir casas y adjudicarlas a quienes las necesitan. Como históricamente tienen estructurado el país y la provincia, con organismos como el IPV.

Él plantó en su Junín natal un modelo económico y digno para sus habitantes que tuvo que ser reconocido. Del mismo modo la forma de hacer una participación generalizada en la producción vitivinícola de todo un pueblo, a punto tal de transformar a la Municipalidad de Junín en la única de toda la provincia que administra un emprendimiento bodeguero del que participan todos los vecinos.

En política, Mario Abed hizo temblar las estructuras a su partido con singular vehemencia, en más de una vez. Destacándose las fuertes críticas a la administración de Mauricio Macri, por el serio deterioro de sectores productivos y laborales de la economía regional cuyana, con incidencia directa en la  provincia.

Algo que sobresalía aún más ante el especulador silencio de algunos dirigentes de su partido, como integrante de la colación nacional Cambiemos.

El otro remezón del “grandote dirigente”, tal cual fue señalado por el entonces presidente Macri en un acto público, fue cuando estuvo a punto de patearle el tablero electoral que le costaba armar a Alfredo Cornejo.

Cómo habrá sido esto último, que obligó al exgobernador a volver de un viaje al exterior para ir a buscarlo al Este y acordar políticamente con él. Que de no haber sucedido el reflejo de Cornejo, la fórmula De Marchi–Abed consolidada como inédito bastión, habría sido para el radicalismo mendocino una gran derrota interna y externa.

Una muestra más de las sinceras durezas del vicegobernador es cuando en pleno Gabinete de la actual gestión expresó con fuertes y sonoras definiciones no estar de acuerdo con algunas ideas de gestión, porque no se condicen con su permanente defensa hacia la producción agraria y sus hacedores.

Hoy el radicalismo está mostrando una meseta en la que no hay liderazgos, a pesar del cambio reciente de autoridades partidarias. Donde hay ceños fruncidos y cuestionamientos que tratan de quedar entre las paredes partidarias del Comité Provincia de la calle Alem de Ciudad.

Aunque está claro que hay molestias internas con intendentes, legisladores y funcionarios de primera línea. Algunos de ellos pertenecientes a un cornejismo que no quiere perder poder territorial en la provincia.

Pero el radicalismo también deja entrever aspectos incomprensibles para muchos sectores que siguen su trayectoria y la de importantes dirigentes, como el senador Juan Carlos Jaliff.

Para esos sectores es inaceptable que se desaproveche la abultada experiencia del actual presidente provisional del Senado, sobre todo en temas vitales que la actual gestión provincial necesita del Poder Legislativo.

En el medio de ese panorama, el actual vicegobernador está dando pasos muy firmes. Como cuando fue protagonista, por un histórico gesto de un gobernador (Suarez) de permitir que su vice presente una acción de estado, como el Plan Estratégico Vitivinícola. Donde la provincia destinará $1.250 millones para financiar a pequeños y medianos viñateros, entre otras acciones.

Abed no se detiene en el día a día, sigue atento a dar señales que requieren de la atención del Estado, con sectores que en la mayoría de las veces no son escuchados.

Por su despacho están pasando diferentes actores de la realidad provincial, y uno de los últimos es el frente duro de dirigentes gremiales estatales, a los que escuchó y se hizo escuchar.

Eso, sin perder de vista, aquellas relaciones institucionales con una oposición cada vez más cerrada.

Ahí está, es  Mario Abed esa figura política que está ganando espacios. Que sabe que su camino de ahora en más no será para nada fácil. Con muestras de virulencia y de operaciones para estancar su avance

Lo debe esperar a partir que está sobrepasando con mucha solvencia intereses dentro y fuera de su partido. Los que podrían complicar su posicionamiento en el contexto provincial para los tiempos que vienen.

En donde, quizá, servirá de mucho esa templanza que supo colocar frente a las adversidades, por sobre todo.

Como para dejar en claro que ese gigante de la UCR mendocina, ya despertó.