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Oriana, reina de Lavalle: "Los atributos son una gran responsabilidad"

La candidata representó a El Chilcal, en su fiesta máxima 'Cosecha del encuentro'

14 de febrero, 2020 - 19:08

Oriana tiene 20 años y vive en Villa Tulumaya –cabecera del departamento Lavalle– junto a sus padres y dos hermanos mayores, que le llevan muy pocos años de diferencia, y a quienes la une una tradición de juegos, picardías y penitencias compartidas. 

“Con mis hermanos siempre fuimos muy unidos, hasta para portarnos mal. Me acuerdo que la psicóloga le había dicho a mi mamá que nos pusiera en penitencia cinco minutos en habitaciones separadas; a mí me tocaba el baño, pero como adentro me seguía portando mal, el castigo se extendía durante el día”, se sincera la lavallina, y reconoce que era “la más terrible de los tres”. Por eso se compadece tanto de su mamá como de su niñera, quien tenía que lidiar con los tres cada vez que hacían todo lo que tenían prohibido. 

“Hace poco, en las actividades de Vendimia encontré a mi niñera y le pedí que se sacara una foto conmigo, porque nunca la hice rabiar”, dice con risa cómplice la estudiante de Radiología que comenzó a trabajar a los 15 años mientras estudiaba y hoy alimenta esa independencia económica vendiendo pastelería artesanal y sorrentinos. “Con todo esto de Vendimia tengo un poco abandonados a mis clientes, pero les prometo que voy a volver”, cuenta Oriana, quien además da clases de jumping en un gimnasio y disfruta de esa independencia desde muy chica. 

Reina Oriana 

De la noche del 25 de enero pasado Oriana no sólo va a recordar su coronación bajo la lluvia, sino también una jornada llena de emociones compartidas con un grupo de chicas que tenían el mismo sueño que ella: representar a los lavallinos. 

Cosecha del encuentro fue una espectáculo hermoso. Nos divertimos, la pasamos bien y la elección fue súper reñida porque hubo empate de virreinas y tuvimos que desempatar nosotras”, dice, y agrega que siente que “los atributos son una gran responsabilidad” porque ama a su departamento y quiere mostrarlo al mundo.

Dice que también le gustaría que cada una de las representantes de los distritos pueda acompañarla en las actividades. “Quiero trabajar con mis compañeras, con mi corte, y las quiero llevar a todos lados porque cada distrito tiene algo para mostrar y todas representamos a Lavalle”, cuenta.

Para Oriana, la Vendimia es esfuerzo, es trabajo de sol a sol y muchas veces mal pago, pero también es el bar que fundó su bisabuelo y que su abuelo Chacho continuó trabajando. El mismo bar al que los cosechadores iban a tomar un trago, comer algo después de la jornada de trabajo y donde nunca faltaba una guitarra y mucho menos un grito cuyano. El mismo bar familiar en el que nunca se le negó un plato de comida a quien no podía pagarla.

Redes sociales reales 

Con las redes me llevo bien, pero por ahí me cansan un poco”, reconoce Oriana, y aclara que la que más usa es Instagram, pero que en el último tiempo le sacó el sonido al teléfono por la cantidad de notificaciones que le llegan. 

La soberana lavallina rescata que las redes sociales le permiten mostrar y promocionar lo que hace, pero reniega del anonimato que estas plataformas le aseguran a los que critican por el simple hecho de herir. 

A veces, escondidos detrás de una pantalla, las personas dicen cosas que lastiman sin necesidad de hacerlo: detrás de una pantalla todos somos vivos”, reflexiona la reina, y cuenta que, al momento de la entrevista, la última publicación estuvo relacionada con imágenes de su postulación como reina de El Chilcal hasta convertirse en la reina de Lavalle. 

Arte 

Mi papá siempre me observa cuando estoy decorando las tartas porque soy muy prolija y detallista; ése sería mi costado artístico”, explica, y agrega: “Me gusta la música y el baile, me encanta ver bailar, me encantaría bailar saya (NdeR: estilo de música y danza que practican grupos oriundos de Bolivia). Quiero aprender, y cuando vamos al Carrusel espero siempre para verlos”, dice, y confiesa que bajaría del carro para bailar con ellos. “No tengo vergüenza de nada”, asegura.

La mujer

Oriana no duda en decir que la mujer que más admira en su vida es su madre. “Mi mamá enseña valores como el trabajo y la independencia. Enseña a no bajar los brazos, a salir adelante. Te ve sentada y te pregunta si no querés que te pague un cursito de algo, y gracias a ella, que me sugirió hacer un curso de pastelería, hoy tengo mis ingresos”.

En su mamá reconoce a muchas de las mujeres que luchan diariamente por sus derechos, que son independientes y que se valoran a sí mismas. 

Considera que la mujer de hoy “es capaz de hacer lo que se proponga y de sacar a su familia adelante, incluso cuando gran parte de la sociedad todavía cree que hay roles femeninos y masculinos para ejercer una profesión o acceder a un trabajo”. 

La sociedad todavía cree en trabajos para hombres y trabajos para mujeres, incluso en colores de ropa para uno y otro”, señala.

Y asegura que no siente que la Vendimia la cosifique como mujer y tiene en claro que si decide no maquillarse o no peinarse nadie puede obligarla a cumplir con eso. Destaca a las reinas que van para adelante, que son representantes de la voz de su pueblo y que se comprometen con las necesidades populares. 

Yo, como representante de Lavalle siento que tengo que mostrar las cosas que pasan en mi pueblo, donde, por ejemplo, vivimos en emergencia hídrica desde hace muchísimos años y eso ha llevado a que se plante la mitad, porque no hay agua para regar o porque muchos animales mueran al año por esa falta”. 

La sociedad 

De todo lo que nos pasa como sociedad, a Oriana le preocupa la inseguridad en la que vivimos. “Nadie está exento de ser víctima de una situación de inseguridad”, razona, y en cuanto a qué le gustaría aportar desde su nuevo rol de representante de su pueblo, cuenta que desde chica se embarcan con su familia en campañas para ayudar a niños que no tienen todas sus necesidades cubiertas, que siempre han recibido mucha ayuda por parte de la comunidad y que piensa seguir en esa línea. 

Además le gustaría colaborar con una asociación que rescata animales de la calle y les brinda los cuidados para que sanen y consigan una adopción responsable. “Heidi es una veterinaria de Lavalle que lleva adelante la Asociación Santa Bernardita y siempre está atenta a las necesidades de los animales y de quienes los rescatan, por lo que me gustaría poder colaborar también con ella”, cuenta.

Pregunta directa

–¿Alguna vez fuiste víctima de discriminación?

Sí, durante la primaria y parte de la secundaria me discriminaban porque tenía sobrepeso. Cada vez que me mandaban a la nutricionista me daba rabia y comía el doble, hasta que yo sola sentí la necesidad de hacer el cambio. Fui a la nutricionista, bajé diez kilos y me sentí mejor. 

“Para mí es una etapa cerrada, algo que ya no me afecta, pero hay mucha gente que lo sufre, que es discriminada por ser obesa, por su color de piel o por su orientación sexual. Eso me parece una de las cosas mas injustas que vemos todos los días, porque uno no tiene por qué someterse a la mirada de los demás”.

  • Locación: bodega Caro
  • Dirección periodística: Lourdes Di Silvestri
  • Producción general: Lourdes Oliva
  • Fotografía: Delfo Rodríguez
  • Maquillaje: Amelie
  • Peluquería: Pascual Porco