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Pedro José Aguirre, el hombre que puso en marcha al Ejército de los Andes

Pocos conocen la historia de este mendocino que fue una pieza fundamental en la campaña libertadora del General San Martín

17 de enero, 2020 - 15:44

Era mendocino de pura cepa y descendía de una tradicional familia que había llegado con los primeros colonos españoles. Actualmente, no se conoce sobre sus descendientes y menos aún se sabe de algún retrato de su figura.

Se llamaba Pedro José Aguirre, pero su nombre y apellido no figura en ningún libro de historia argentina, ni  en las tradicionales obras del General José de San Martín y su gran epopeya libertadora.

Fue él quien en enero de 1817, se encargó de la logística del Ejército de los Andes y, gracias a su trabajo, se pudo cruzar la cordillera y liberar a Chile. 

Pero como a veces ocurre, el tiempo se encarga de dejar en el más absoluto anonimato, aquellos quienes dieron su sangre y sacrificio  para la grandeza de la Patria. Éste es uno de estos casos y es por eso que intentaremos en esta nota revindicar lo que realizó este mendocino.

Un perfecto desconocido

Aguirre nació en la ciudad de Mendoza en 1766. Fue hijo natural de José Antonio Ladrón de Guevara. Lo confirma el acta de matrimonio, en donde lo menciona con el nombre de Pedro José Guevara y Aguirre.

La familia Ladrón de Guevara se radicó en esta provincia a fines del siglo XVII y adquirieron grandes cantidades de tierras y varias haciendas en la zona norte y sur que les fueron sucediendo durante  varias generaciones.

Luego de la repentina muerte de su padre en 1787, Pedro José se abocó de lleno al negocio rural. A los 26 años se casó con Juana María Fernández Duarte, también joven de familia noble española,  hija de Nicolás Fernández y Juana Duarte.  

El matrimonio tuvo seis hijos, entre ellos, varios varones que se dedicaron, como su padre en las tareas rurales. Después de muchos años de casados, su esposa Juana, murió en nuestra ciudad el 7 de julio de 1823 a los 51 años y fue enterrada en el cementerio del templo de la Merced.

Este ignorado patriota mendocino falleció en Mendoza el 17 de setiembre de 1846, a los 80 años de edad.

El hombre para San Martín

En setiembre de 1814 llegó a Cuyo el flamante gobernador intendente, José de San Martín.

Por aquel entonces, la capital de Cuyo  y todas las Provincias Unidas del Río de la Plata vivían momentos de mucha tensión, tanto en lo político como en lo militar.

Los realistas estaban a punto de tomar Santiago de Chile y en nuestra ciudad se presentía lo peor. A casi un mes de establecerse el mandatario de Cuyo, ocurrió lo esperado: cayó el gobierno patriota chileno. Esto encendió el alerta entre los patriotas, quienes suponían que habría una inminente invasión a estas tierras.

Fue en ese momento que San Martín conoció al hacendado Pedro José Aguirre, e inmediatamente, el Libertador lo incluyó para ejecutar el plan de la defensa por los pasos cordilleranos y le nombró encargado de reunir la caballada y el ganado para el ejército –en ese entonces denominado “de Cuyo” o “de la Patria”– que ya estaba establecido en la región cuyana.

En 1815, Aguirre inició una gran actividad logística enviando ganado y caballada a través de sus capataces y peones para socorrer a los distintos destacamentos de la cordillera que custodiaban la frontera con Chile.

Gran conocedor en el tema, seleccionó varias estancias en Tunuyán y Tupungato para el pastoreo del ganado vacuno, caballar y mular, e inclusive  puso a disposición algunas de sus propiedades sin costo para el Estado. Por toda su predisposición hacia la causa patriótica se ganó la confianza del coronel José de San Martín, pero faltaba demostrarle al Libertador su ingenio y sapiencia en un nuevo desafío: la campaña de los Andes.

Compromiso con la Patria

Después del 9 de julio de 1816,  cuando nos declaramos independientes del reino de España, se produjo en Córdoba una importante reunión entre el Director Supremo, Pueyrredón, y el gobernador de Cuyo, San Martín. En aquella entrevista quedó muy claro que el objetivo principal era la recuperación y liberación del país trasandino que estaba en manos de los realistas. 

En ella se planteó la idea de realizar el cruce de los Andes por los distintos pasos cordilleranos, ante lo cual se tomó la decisión de formar un ejército para tal fin, y el 1 de agosto de ese año, el mandatario decretó la creación de la mencionada fuerza dando por iniciada la preparación y nombrándolo general en jefe.

La organización de este nuevo ejército debería hacerse en sólo cuatro meses. El objetivo principal era que para enero de 1817, las tropas debían marchar por los caminos que conducían a Chile.

Con tal fin, desde Buenos Aires se envió una cantidad importante de piezas de artillería completas con sus cureñas, cientos de barriles de pólvora, dos millares de uniformes, fusiles, sables, botines y botas. Además, morriones, gorras, lanzas, mochilas y piezas menores como herraduras y carpas de campaña. 

El compromiso con el Libertador por parte de Pueyrredón fue muy grande, tanto que le advirtió a San Martín que no le podía darle más  porque lo iban a colgar de un tirante de la fortaleza de Buenos Aires.

Durante el fin de año de 1816, la ciudad de Mendoza se había llenado de pertrechos de guerra. Por otra parte, las tropas llegaban de otros lugares del territorio para concentrarse en el campo de instrucción en el mes de diciembre. Desde el cuartel general, Aguirre y el jefe del Ejército de los Andes planificaban toda la logística para llevar el material a las estancias de los diferentes caminos principales, como Uspallata y Los Patos. En estas dos rutas, pasaría el grueso de las divisiones.

El plan consistía que cada estancia estuviera provista de ganado vacuno, mular y caballar para que las tropas, al acampar, tuvieran qué comer y aprovisionarse de mulares de refresco para realizar al día siguiente la marcha hacia la siguiente posta. 

Cuando la libertad es injusta

A fines de diciembre, el hacendado mendocino, junto a más de cincuenta de sus hombres, emprendió la distribución del ganado a las estancias. En el camino de Los Patos –donde debería marchar el General San Martín y demás jefes– el reparto se realizó en las haciendas de El Jagüel, Las Higueras, Carrizal, Las Cuevas norte, Yalguarás y en Manantiales –hoy provincia de San Juan– donde sería el cuartel general en la cordillera.

Mientras, por Uspallata se llevaron a las postas de Canota y Uspallata en donde acamparían las tropas de la División de Vanguardia, al mando del entonces coronel Juan Gregorio de las Heras. También por las rutas del sur mendocino se desarrollaron estos movimientos logísticos.

En los primeros días de enero de aquel año, el encargado de la misión cumplió el objetivo encomendado por el Padre de la Patria en tiempo y forma.

El 9 de enero partió hacia San Juan la primera división al mando del teniente coronel Cabot, dando inicio a las operaciones militares propuestas para la liberación de Chile por parte del Ejército de los Andes.

En días posteriores iniciaron su marcha las demás divisiones que partieron hacia el Sur, mientras que los días 18 y 19 de ese mes comenzaron a marchar desde el campamento las divisiones que deberían pasar por los caminos de Uspallata y de Los Patos.

Todas emprendieron sus movimientos en pequeñas partidas de 400 soldados cada una, así en los sucesivos días hasta el 25, cuando partió por último el Capitán General José de San Martín y su Estado Mayor.

Gracias al descomunal despliegue del encargado de la logística, don Pedro José Aguirre y sus hombres, se llevó a cabo el plan establecido con gran precisión.

En sólo 21 días el Ejército de los Andes realizó la increíble proeza de liberar a Chile de los realistas. Fue a partir de allí que el General San Martín y su glorioso ejército dejaron su impronta en la historia argentina, pero también fue después de esa gran hazaña que este mendocino quedó en el mayor de los anonimatos.