|09/09/19 07:46 AM

UCIM por la paz social

Escrito de Daniel Ariosto (presidente de la UCIM) sobre los últimos hechos de violencia ocurridos en Mendoza y el país

16 de septiembre, 2019 - 07:36

El 2019 va a quedar, sin dudas grabado en la historia como uno año difícil, otro más en la vida de nuestro país que, por variados motivos se ha tornado bien crítica y de alguna manera, bisagra.

Esto se ha profundizado porque atravesamos un año de elecciones generales, es decir que se están renovando autoridades a nivel municipal, provincial y nacional tanto en el ejecutivo y como en el legislativo.

Este combo genera, habitualmente, un clima de ebullición, manejos políticos, sobreinformación y disputas, que son absolutamente legítimas y que deben darse en espacios institucionales o mediáticos o también (¿por qué no?) en el desempeño cotidiano de las actividades públicas.

Pero es indispensable que no nos confundamos… Actitudes hostiles como las que se dieron en nuestra provincia, durante la inauguración de la Plaza España o en Misiones, en donde un piquete agredió a turistas extranjeros que pretendían ingresar al aeropuerto de esa ciudad, traspasan todo límite.

En una sociedad moderna la vida es compleja. Es necesario coordinar una infinidad de actividades de diversos sectores que buscan producir, estudiar, comerciar, entretenerse o brindar y recibir servicios. Todo eso contribuye a la construcción permanente de las condiciones de vida de esa ciudad, provincia o nación.

Eso es básico y es por eso que todos debemos entender que el respeto por la libertad del otro, de desarrollarse y de intentar crecer y aportar a la sociedad es prioritaria. Entender también que en esa compleja ciudad se dan luchas por distintos intereses y conflictos que afortunadamente, poseen herramientas democráticas para poder solucionarse y es ahí en donde nos encontramos con nuestro objeto de opinión: todo conflicto debe ser planteado y defendido en ese marco.

A pesar de que los ánimos están exaltados por los problemas cotidianos, los que brinda el contexto económico y los que plantea la incertidumbre del futuro próximo, la violencia no aparece como solución de nada.

Obstruir una calle representa la imposibilidad de otros de transitar, agredir a un funcionario en un acto no va a brindar solución a un problema porque no es el ámbito ni el espacio en donde debe canalizarse, llegar a la violencia física contra personas que solo pretenden hacer lo que habían planeado, no es una salida. Son actitudes que no llevan más que al caos y a acrecentar el clima enrarecido, a generar más violencia por violar derechos de quienes  generalmente, nada tienen que ver.

Apelamos a la racionalidad y hombría de bien de ciudadanos y representantes de intereses sectoriales. Si su reclamo es justo la respuesta se va a encontrar. La solución va a llegar en un consenso y un diálogo fluido con los responsables del tema, en los ámbitos adecuados.

Un país viable es el resultado de la convivencia y la existencia de objetivos comunes en los que si bien no todos podemos estar de acuerdo, debemos respetar, minorías  y mayorías. Un país en desarrollo, habitable, seguro y próspero para nuestros hijos y las generaciones futuras solo puede basarse en eso: acuerdo, paz, trabajo honesto y convivencia pacífica.

Entremos en la historia como la generación que pudo superar diferencias, encontrar soluciones superadoras, convivir en armonía y proyectar un futuro en el que todos puedan desarrollarse y crecer.