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Tevez, las razones del enojo con Alfaro y las chances de que sea titular ante River

Alfaro dejó a Tevez fuera del equipo titular para visitar a River en el primer superclasico del segundo semestre. ¿Cuáles fueron las razones de su enojo y que miedo tiene el ídolo de cara al futuro?

06 de septiembre, 2019 - 15:21

Cuando Carlos Tevez llegó al Monumental su cara lo decía todo. No hacía falta dilucidar cuál iba a ser el equipo titular de Gustavo Alfaro para enfrentar a River en el Monumental. El “Apache” no iba a jugar de entrada y lo esperaba el banco de suplentes.

Su rostro serio, enojado, con mucha bronca y sin mediar palabras a la prensa antes de ingresar al vestuario visitante indicaba que su ánimo no era el mejor y que otra vez se quedaba fuera del once inicial. Y nuevamente, la historia se repetía, como en aquella final de la Copa Libertadores 2018 que quedó relegado en ambos partidos.

En 10 meses, Tevez pasó de ser abanderado a marginado en las dos finales por Copa y en el último choque por la Superliga ante el Millonario. Y con dos técnicos con una mirada diferente en lo futbolístico.

Con Guillermo Barros Schelotto la relación no era la mejor, pero había respeto. El Mellizo apostó a él en el inicio de la Libertadores del año pasado. Fue titular frente a Alianza Lima en Perú y a Palmeiras en Brasil. También en las instancias finales. Por ejemplo, arrancó entre los once en la ida frente a Cruzeiro en Belo Horizonte, pero estuvo en el banco en la revancha en La Bombonera. Ya en semifinales, ante Palmeiras arrancó en el banquillo en los dos encuentros.

Ya en las finales ante River fue suplente en ambos choques. El entrenador lo hizo ingresar faltando cinco para el cierre de los 120´reglamentarios. En ese momento, el Xeneize estaba perdiendo 2 a 1 y dejaba la copa a manos de River. Tevez sintió el despreció del Mellizo con lo que representa como futbolista y la calidad de jugador que es. El ídolo no jugaba el partido más transcendental en la historia de Boca.

Con Alfaro la situación es parecida y el miedo que se repita es el mismo. Durante la fase de grupos de la Libertadores actual, el entrenador lo puso de entrada contra Jorge Wilstermann de local y en Bolivia, Deportes Tolima en La Bombonera, y Atlético Paranaense en Curitiba. Después, en instancias finales, jugó los 90´en la revancha ante la Liga de Quito.

Una lesión lo marginó de visitar a Deportes Tolima en Colombia y por decisiones tácticas fue suplente en los encuentros decisivos frente a Atlético Paranaense en Brasil por los octavos de final, en la revancha en La Boca y ante la Liga de Quito en Ecuador para abrir la llave de los cuartos de final.

El domingo pasado por la quinta fecha de la Superliga, después de más de 260 días de aquella final histórica, vuelve a quedar afuera, pero en un contexto diferente. River y Boca volvieron a enfrentarse en el Monumental. Aunque no tenía la misma trascendencia que la final en España, éste choque iba a marcar los ánimos de ambos planteles de cara al futuro. Y la idea de “Lechuga” era probar un equipo de cara a las semifinales.

Boca se fue de Núñez con un sabor agridulce ya que, según el cuerpo técnico, el plan salió casi a la perfección. El plantel local, en cambio, se retiró con un gusto amargo porque la estrategia no alcanzó para llevarse una victoria, ya que no pudo romper la sólida defensa rival y, comparado con otros partidos, el local creo menos situaciones claras de gol.

Alfaro armó un plan sin Tevez y otra vez tuvo que ir al banco de suplentes. El técnico lo hizo ingresar faltando 15´para el final ¿Qué observaron Guillermo Barros Schelotto y Gustavo Alfaro que el resto no hizo? ¿Tevez no está en condiciones de ser titular frente al rival de toda la vida? El capitán está muy fastidioso por haber ido al banco y no le gustó nada que Jan Hurtado fuera su reemplazante. Además, el número 10 no está conforme con el planteo conservador de Alfaro y cree que Boca pudo haber jugado de otra manera. A esto hay que sumarle que se enteró que iba a quedar relegado el sábado en la práctica previo al superclásico cuando el entrenador entregó las pecheras y jugó para el equipo no titular. Él pretendía como mínimo una charla intima donde escuche de la boca del técnico los argumentos de por qué no iba de entrada.

El “emblema”, según manifestó Alfaro en su presentación como director técnico, entiende que merecía como mínimo una oportunidad en el Monumental y que está, futbolísticamente, por encima de los que ocuparon su lugar. Además, sabiendo que Mauro Zarate está desgarrado y que Wanchope Abila tiene para un mes de recuperación de su lesión, era su momento para ganarse definitivamente un lugar de cara a los choques de las semifinales de la Libertadores.

Pero el entrenador decidió tomar otra decisión. Apostó al joven venezolano de 19 años y a un Franco Soldano, un centro delantero devenido en volante por derecha, para tapar huecos por esa banda en lugar de apostar a su “abanderado” estrella y sumarse un problema con el ídolo en una relación que, a partir de ahora, no se rompió, pero se tensó.

Tras el partido, la explicación de Alfaro fue que: "Carlos es un muy buen jugador, que está en un muy buen momento, pero él, o De Rossi, no son veloces y en una transición nos hubiese costado más el partido".

El técnico no se arrepiente de su estrategia y la defiende a raja tabla en el seno del plantel. En la intimidad, manifestó que lo del domingo pasado fue una prueba de carácter y personalidad para la serie copera, pero con el agregado de que deberá mejorar en la parte ofensiva.

Por su parte, Tevez considera que si no jugó en el Superclásico difícilmente lo haga en las semifinales coperas. Y que el gesto del entrenador el fin de semana pasado lo lleva a pensar que se ve afuera del once inicial en los partidos más importantes del año y donde Boca se jugará la chance de disputar una segunda final consecutiva de Libertadores.

Carlos Tevez con 36 años y una carrera brillante en la élite del fútbol mundial sabe que hoy no es un buen momento para declarar en los medios de comunicación y hacer estallar una bomba, a pocos días de las dos semifinales. Cree que Boca necesita un clima distendido y que el plantel solo tenga la cabeza puesta en el futuro. Que sus declaraciones no aportarían calma sino inconvenientes en el seno del grupo. Por este motivo, tomó la decisión de no hablar ante la prensa, como no lo hizo tras el empate ante River en el anillo del Monumental ni tampoco habló en la reunión intima entre jugadores e integrantes del cuerpo técnico en la previa al primer entrenamiento postRiver.

El “Apache” sabe que sus palabras hacen ruido, como cuando a principio de año expuso su incomodidad de que Mauro Zarate le pelee su lugar en el equipo. Por sus declaraciones le pasaron factura y después tuvo que salir a pedir disculpas. En su momento, tanto Daniel Angelici, presidente de la Institución boquense, Nicolas Burdisso, manager, y el propio Alfaro, se alinearon y coincidieron en que el futbolista se equivocó en los modos, el momento y el lugar para hacer ese tipo de comentarios.

El miedo de Tevez es que la historia se repita en octubre. Que ahora sea Alfaro el que lo deje afuera de las semifinales de la Libertadores ante su clásico rival cuando ni bien asumió lo definió como su “bandera” y el “emblema” de su equipo. Sus chances de que sea titular ante el Millonario dependerán del rendimiento en los partidos previos ante Estudiantes y San Lorenzo de Almagro en el Nuevo Gasometro. Ni el técnico lo ve afuera ni él se ve afuera pero tendrá que hacer méritos para ganarse su lugar