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El ascenso del juez Juan a camarista está en manos del Senado, que decidirá el 1 de octubre

Se realizó la postergada audiencia pública para escuchar las impugnaciones y defensas hacia el letrado, que adhirió al fallo sobre el caso Julieta González, en el que hubo una condena por homicidio simple en lugar de aplicar la figura de ‘femicidio’

26 de septiembre, 2019 - 08:23

Pasó la audiencia pública que recibió las adhesiones e impugnaciones sobre el pliego enviado por el Poder Ejecutivo en el que propone al conjuez Mauricio Javier Juan como juez de cámara en el Tribunal Penal Colegiado Nº 1.

No fue un trámite fácil, como en otras audiencias públicas. El dictamen contra Andrés Di Césare en el juicio por la muerte de Julieta González fue el detonante para que la audiencia fuera acalorada y muy dividida. 

Esto, no solo porque estaba más que claro quiénes apoyaban la candidatura de Juan y los que solicitaban el retiro de su pliego, sino por las marcadas posiciones de los legisladores, lo que adelanta lo reñida que puede estar la sesión de acuerdos del próximo martes.

Mientras los senadores del Frente Cambia Mendoza se limitaron a escuchar las diferentes exposiciones, las senadoras del justicialismo Ana Sevilla, Marcela Lacoste y Patricia Fadel apuntaron con preguntas jurídicas al profesional propuesto para juez de cámara. 

Al mismo tiempo,y mientras Juan respondía los cuestionamientos, no dejaron de anticipar el voto negativo que su bloque podría ejercer el martes venidero. Aldemás, adelantaron que agilizarán la adhesión de Mendoza a la Ley Micaela, sancionada en diciembre pasado tras la violación seguida de muerte de la joven Micaela García (21) en Gualeguay (Entre Ríos).

Los avales del conjuez vinieron de parte de defensores, profesionales de la abogacía, auditores, secretarios de cámara, claustros universitarios y jueces. 

De estos últimos, El Ciudadano rescata parte de lo expuesto por el juez Ariel Spektor, quien expresó: “Creo que los pilares que tiene que tener el proceso penal, partiendo de la independencia del Poder Judicial y el respeto por los principios de imparcialidad, son coincidencias con el doctor Juan. Pongo de ejemplo deliberaciones de diferentes casos donde discutimos estando de acuerdo o no. Ahí, cuando él (Juan) no está de acuerdo con algo, lo mantiene y eso es una cabal demostración de su imparcialidad y de su independencia”.

Por su parte, Fernando Rey, uno de los decanos de la Universidad del Aconcagua, dijo que “el doctor Mauricio Juan es profesor adjunto y efectivo en la cátedra de Derecho Penal, desde hace diez años. Además, integra el Consejo Académico de la Facultad, constituyéndose en un excelente aporte a la gestión educativa. A esto le quiero agregar la opinión de los alumnos que ha sido evaluada en forma anónima mediante siete u ocho puntos que se consultaron sobre el docente, y todos fueron conceptos excelentes. En este punto, el doctor Juan alcanzó el 70% de puntuación”.

Convenciones de Cedaw y Belém do Pará

De las numerosas impugnaciones extraemos lo expresado por la periodista Ana María Vega, quien manifestó que “preocupa la falta de información y compromiso por el respeto de los derechos de las mujeres del abogado Mauricio Juan. Se debería ajustar a lo que dispone la Ley 26.150, que data del año 2006, y los documentos que generó el Consejo General de Educación. Allí se proponen cinco ejes de trabajo, de los que extraigo dos con los que argumento mi impugnación: la educación sexual integral debe educar a niños, niñas, adolescentes y docentes sobre el ejercicio de los derechos de las mujeres y tener perspectivas de género”. 

“Quienes asisten a cursos  de conocimiento y capacitación, incluidos los futuros docentes en los institutos de formación, aprenden que en nuestro país existe una pirámide jurídica donde la Constitución es la más importante sobre cualquier norma que rija. A la par de ella están los tratados y las convenciones internacionales, como la Cedaw y la Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, conocida también como Belém do Pará”, agregó.

Al final remarcó que “el fallo (en el caso) de Julieta González estuvo plagado de prejuicios y falta de información con respecto a leyes y tratados internacionales, a pesar de que el Tribunal reconoció que Andrés Di Césare mató a Julieta con absoluta violencia. Pero ahí, cuando se debería haber hecho perspectiva de género, solo se tuvieron en cuenta los Códigos Civil y Penal, separando si era o no una relación, cuánto tiempo estuvieron juntos y con una apreciación tremenda sobre que la genitalidad no representa que sea una relación, puntos a los que adhirió el conjuez Mauricio Juan”. 

“Relación que no se ajusta al concepto de relación de pareja”

El abogado Juan asistió a la audiencia pública munido de antecedentes y el veredicto del juicio contra Di Césare. Solo respondió algunas preguntas de las senadoras de la oposición y dejó en claro cuál fue el espíritu del dictamen por el que se lo cuestiona, al expresar que “el fallo no desconoce la relación, la dimos por probada. Lo que expresamos en el dictamen es que esa relación que quedó acreditada en autos, no coincide con lo que debe entenderse como relación de pareja. Esto no es antojadizo, (porque) hay numerosa jurisprudencia y doctrina que se ha plasmado en el fallo, donde está en discusión la cuestión terminológica”.

Más adelante argumentó que “el femicidio o feminicidio requiere de violencia de género. Esto es que los órganos acusadores acrediten que efectivamente el imputado mató a Julieta en una situación de contexto de violencia de género. Esto entendió el Tribunal que no se encontró acreditado”.

“La Justicia me dio la espalda”

“Siento que este señor no tiene que ser nombrado juez, no solamente por el caso de mi hija, sino por otros casos que surjan de ahora en más. Me siento defraudada por la Justicia. He sido policía durante 29 años y la Justicia me dio la espalda. Es por eso y por la memoria de mi hija que seguiré luchando para que este abogado no sea juez y no vuelva a cometer este tipo de injusticia”, expresó la madre de Julieta González.

Finalmente señaló que “el (por el doctor Juan) hizo caso omiso a las declaraciones de los testigos y hasta mi propia declaración. Por lo tanto, los jueces no pueden desconocer que se acreditó la relación que mi hija tuvo con Di Césare. Ellos se conocían desde muy chicos, (porque) él vivía enfrente de mi casa, hasta los 8 años, cuando con su familia se cambió de domicilio. Años después se volvieron a encontrar, y entonces se creó una relación que terminó con la vida de Julieta”.