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Crean espacios terapéuticos para combatir la violencia machista

Con el objetivo de mitigar los episodios violentos contra las mujeres, que en muchos casos terminan en muerte, se han creado programas voluntarios para que los agresores reflexionen sobre sus actos.En Mendoza ya son más de cien los inscriptos para tratar esta temática preocupante en la sociedad

24 de septiembre, 2019 - 13:23

La violencia de género sigue siendo una temática compleja en nuestro país. Los múltiples programas de prevención que se realizan, tanto de organismos estatales como de organizaciones no gubernamentales, no dan abasto para combatir una situación que provoca cada vez más mujeres muertas.

En las últimas semanas, en Mendoza han dictado fallos judiciales que generaron mucha controversia en la sociedad producto de la “falta de perspectiva de género”. 

Uno de estas resoluciones de la Justicia local fue el del caso del femicidio de Julieta González, joven asesinada en Luján de Cuyo en 2016, donde un Tribunal entendió que no existió una relación de pareja con Andrés Di Césare, condenado a 18 años y no a prisión perpetua como preveía su imputación.

El otro caso es el de un sargento ayudante que había sido denunciado por abuso en 2015 por una compañera del cuartel de Bomberos Zona Este, en Junín. Después de un accidentado juicio, el uniformado solo recibió seis meses de prisión y fue obligado a tomar cursos sobre violencia de género. 

Justamente este último punto es el que abordaremos en esta nota. En nuestra provincia ha comenzado un programa reeducación para hombres violentos y si bien existe esa famosa frase popular de que “un violento no se recupera más”, el objetivo de este programa, creado por la Dirección de Género y Diversidad, que comanda Silvina Anfuso, es ofrecerle al agresor una opción para tratar su patología.

Silvina Anfuso de la Dirección de Género y Diversidad.

Ya son más de cien los hombres que se han presentado para acceder a este tratamiento, que está basado en el reconocimiento del problema –la violencia– y en la voluntad que se tenga para cambiar o reflexionar sobre el tema.

“Es un espacio grupal terapéutico y reeducativo voluntario o en algunos casos a través de una orden judicial. Primero se hacen entrevistas de admisión y allí se establece un acuerdo terapéutico respecto a cada caso en particular. La persona tiene que reconocer que tiene un problema de violencia de género”, expresó Anfuso a El Ciudadano.

En otros puntos, la directora de Género y Diversidad argumentó que a estos espacios “puede acudir cualquier persona que haya vivido un episodio de violencia, sea física o no, porque no todo acto de violencia constituye delito”.

Los grupos de hombres no superan los quince integrantes y un detalle no menor es que no se les da el alta, a excepción que sean enviados con una orden de la Justicia.

“Siempre se trabaja con al menos dos profesionales por cada grupo; nuestra sede central está ubicada en la calle 9 de Julio al 313, de Ciudad, aunque también los espacios se descentralizan en cada departamento donde haya inscriptos”, añadió Anfuso.

Por e-mail

Los hombres que deseen tener más privacidad a la hora de participar de estos espacios, pueden enviar un correo electrónico a [email protected], solicitando turno o explicando su inquietud.

Según informaron desde la Dirección de Género, el día de la entrevista deben llevar documentación que certifique identidad y cualquier otra que se relacione con su situación, como denuncia, demandas, oficios u otros.