|22/09/19 09:30 AM

Cuando la Justicia es un emprendimiento de políticos y familiares

Cada vez que se conoce un fallo, a la gente le queda claro que el accionar de algunos jueces, camaristas y un buen número de abogados se ceñirían a los intereses de ciertas corporaciones políticas, judiciales, familiares y económicas.

23 de septiembre, 2019 - 07:13

Un rostro no muy querido estaría mostrando por estos días el Poder Judicial mendocino. Cara de esa sospecha que se instaló hace mucho tiempo en el consciente ciudadano. Sobre todo cuando el accionar de muchos de los denominados hombres de la ley mostrarían habilidades que están muy lejos de ajustarse a derecho.

A la gente, cada vez que se conoce un fallo, le deja claro que el accionar de algunos jueces, camaristas y un buen número de abogados se ceñirían a los intereses de ciertas corporaciones políticas, judiciales, familiares y económicas.

Aunque cada uno de esos fallos o procedimientos tengan argumentos de peso jurídico, serían habilidosamente llevados para el conveniente lado que debe ir, sin importar el perjuicio que produciría a ese otro ciudadano que esperó de la Justicia eso, justicia.

Proponer nombres para los diferentes fueros de la Justicia provincial encerraría muchas cuestiones. Desde todo el árbol familiar, hijo/a, yerno, nuera, marido, esposa, nieto/a y sobrino/a. Ni hablar del plano político, que apunta al mismo palo partidario o ahijado/a de ese color.

Sin contar con esas infaltables e ineludibles influencias empresarias de mucho peso en el ámbito de la Justicia.

En este complejo escenario estarían todos, cada uno atendiendo su juego. Sin dar muchas explicaciones y dejando en claro que lo que en ese ámbito se decida es lapidario y sin apelación alguna.

La red de conexiones, complicidades y decisiones sería de tal magnitud que a muchos espantaría. Por eso, en los otros poderes del Estado, sobre todo el Legislativo, cuando se recibe una orden para investir un cargo en la Justicia se alcanza sin objeción alguna.

Más allá que el propuesto o propuesta tenga un dudoso caminar en los ámbitos tribunalicios, que en definitiva no importaría. Porque llegaría a ese lugar propuesto por ser familiar de... o porque habría participado de una conveniente maniobra que benefició, salvó o protegió a terceros.

Es de imaginar que una Justicia con esos elementos, no es Justicia. No en el concepto que dice la Carta Magna, la Constitución.

Mucho menos sobre lo que siente el común de la gente de lo que debería ser el Poder Judicial. Por lo que, de poner una lupa en ese factor institucional, podría llegarse a notar que estaría enfermo y enviciado.

Algo de lo que difícilmente sanaría, porque la suerte de logia judicial que lo controla no lo permitiría ante la gran cantidad de compromisos y objetivos sectarios por alcanzar.

En este estado de situación la Justicia mendocina tiene dos costados. La gente debe rogar para que le toque el lado bueno y eficiente que todavía queda de ella. Salvo, claro está, que contundentes conexiones políticas, empresarias o familiares haga que pise el terreno de esa otra justicia, donde todo sería impunemente posible.

De manera tal que los dolorosos aspectos de la realidad ciudadana estén vedados  a ser tenidos en cuenta a la hora de fallar. Porque en definitiva de eso se trata, cuidar el emprendimiento familiar o político que implica la Justicia en algunos sectores de la comunidad mendocina.