EXPERIENCIAS CIUDADANAS | Juana Chávez, el servicio social como herramienta para la sanación

La creadora del Comedor Inmensa Esperanza cuenta como es transitar la vida con solidaridad y trabajo junto a la comunidad

08 de octubre, 2019 - 13:50

Hace un cuarto de siglo que Juana Chávez de Prosetti vio entrar en su casa a unos niños que compartieron un vaso de leche con sus propios hijos, y conoció una realidad que le cambiaría la vida. Fue la piedra basal para lo que hoy es el Comedor Inmensa Esperanza que brindó oportunidades de vida a cientos de pequeños.

Esta es nuestra historia que inspira en el ciclo de Experiencias Ciudadanas de Diario El Ciudadano.

El sitio se ha convertido en un hogar de apoyo y de contención para más de 700 familias de la llamada Triple Frontera (Maipú, Luján y Godoy Cruz). Allí se les da la merienda, talleres de oficios, clases de apoyo escolar, ropa y medicamentos.

Los ojos de Juana se iluminan con el repaso del camino recorrido a través de los años y las cientos de caritas felices que se fueron encendiendo junto a ella.

Todavía recuerda cuando sus propios hijos invitaban a 'niños de la calle' a tomar la merienda en su vivienda y compartiendo los alimentos, "ellos veían que tenían hambre, pero yo veía otras cosas; que estaban sucios y que estaban enfermos. Esas cosas mis hijos no las podían cubrir, así que me decidí a dar ese paso".

Pero esa tarea no hubiera sido posible desde la soledad, Juana tuvo una familia y una comunidad que la acompañó en el sueño de un mundo mejor. "Se involucraron nuestros afectos, amigos de mis hijos, vecinos y mi esposo; se comprometieron en esta tarea que aun hoy sigue". "Es una tarea de vida en la que uno se familiariza con la gente, en la que uno se humaniza y se va reedificando como persona".

La enfermedad y el trabajo social

Una de las experiencias que Juana comparte, es un momento difícil de su vida cuando tuvo que transitar un cáncer en el apogeo de su trabajo social. "Me siento una persona bendecida por Dios, pasé por un cáncer y cuando bajé a esta realidad social, mi servicio fue como una herramienta para sanarme".

"Mi mente estaba metida en este dolor de muchos, en donde sin tener un cáncer, sufrían hambre y enfermedades; falta de calor en sus viviendas y niños con mucho dolor. Entonces mi dolor pasó a ser nada".

Solidaridad social

Juana está convencida que si todos los que integramos la comunidad aportáramos un granito de arena, no existirían los comedores sociales. Y con mucho convencimiento afirma que "si por manzana hubiera uno que recibiera en su casa a un niño, nuestra tarea no existiría. No haría falta que existieran los comedores si en cada barrio se ayudara a una familia".

Para finalizar la charla nos deja una enseñanza que solo una mujer con su recorrido en los barrios junto a los más humildes puede significar: "la solidaridad es un camino en el que todos saldremos dignificados".

 

Para colaborar con Juana Chávez de Prosetti y el comedor Inmensa Esperanza te podés comunicar con el 4361873. O ingresar a su página de Facebook Asociación Inmensa Esperanza - Beth Myriam