La longevidad es un don genético que muy pocos poseen. Y si de longevidad hablamos, los mendocinos tuvimos, hace más de cien años, un caso muy particular que impactó a toda la Argentina. Se trató del hombre más viejo que hasta ahora haya pisado el territorio.
Su nombre era Eufrasio Videla y se cree que vivió unos 130 años. Cabe destacar que su edad haya sido menor, pero el relato tiene varias coincidencias con algunos hechos históricos.
Se sabe que no formó parte de los escuadrones de Granaderos a Caballo como algunos historiadores lo afirman, al no coincidir su nombre y apellido con las listas de revistas de aquella época, pero sí participó con la columna de milicianos que partieron en 1817 desde San Juan al territorio chileno, durante la Campaña Libertadora y que luchó en la batalla de Maipú un año después.
Conozcamos la historia de este peculiar personaje mendocino.
Nacido para la eternidad
Don Eufrasio Videla nació en Mendoza, a fines del siglo XVIII, en el seno de una familia acomodada.
En 1810 fue protagonista de los acontecimiento de la revolución. Tenía por aquel entonces treinta años de edad.
Participó junto al general José de San Martín en la gesta libertadora y combatió con bravura en las batallas de Chacabuco y Maipú, para proseguir con la campaña al Perú.
Regresó a Mendoza con las manos vacías pero luciendo con orgullo dos humildes condecoraciones que portaba en su chaqueta, aunque después las perdió en el terremoto que destruyó la ciudad en 1861.
Fue precisamente en esa catástrofe, que enlutó a toda la provincia, en donde Videla se salvó por milagro, perdiendo sus añoradas medallas de la guerra de la Independencia.
Después de la terrible tragedia, la vida de los mendocinos volvió a la normalidad, y también la del anciano que, a pesar de su prolongada edad, seguía trabajando como cortador de adobes, oficio que desarrolló hasta cumplir su centenario.
Su vida se desarrollaba con cierta tranquilidad, no así su economía, ya que don Eufrasio era un indigente que caminaba por las calles mendigando, en especial por la avenida San Martín.
Por aquellos años se hospedaba en la vivienda del ingeniero Fossatti, que se ubicaba en plena ciudad de Mendoza.
Famoso gracias a la prensa
En 1908, cansado por esa situación de indigencia, acudió a la redacción de un diario local en busca de alguna ayuda. Allí fue entrevistado por un cronista, a quien le comentó que tenía 133 años. A pesar del descreimiento del periodista, su relato coincidía con los hechos que solamente los libros de historia podían contar.
Simplemente, don Videla le pedía una insignificante pensión al gobierno en consideración al aporte que había hecho a la Patria. A los pocos días de publicarse su historia, fue tal la noticia que trascendió en todo el país.
En mayo de 1910 llegó un periodista de Buenos Aires que trabajaba para la recordada revista Caras y Caretas, quien publicó una nota con varias fotografías de este personaje (hoy se encuentra en el Archivo General de la Nación) con el fin de ilustrar al público.
La nota se desarrolló haciendo hincapié en su participación en la campaña de los Andes y en especial en la batalla de Maipú, en donde el ejército patriota venció a los realistas el 5 de abril de 1818.
También manifestó otros relatos históricos, como la guerra entre unitarios y federales y la mención de algunos caudillos, como Facundo Quiroga y el Chacho Peñaloza.
Este personaje se volvió mediático, y tuvo tanta repercusión que su fama se acrecentó hasta el punto de protagonizar uno de los primeros cortometrajes documentales del país. Aparecía él en la plaza San Martín, junto al monumento.
Con toda esta movida, el gobierno de la provincia le otorgó una pensión, haciéndose justicia para este desprotegido anciano.
Este longevo mendocino, vivió varios años más y se cree que murió en 1916.