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EXPERIENCIAS CIUDADANAS | Liliana Sevilla, la creadora de la Fundación Coloba

Más de tres décadas poniéndo en práctica la alteridad y la promoción humana en los barrios del Oeste

08 de octubre, 2019 - 13:52

El concepto de promoción humana se pone en práctica en la Fundación Coloba desde sus inicios. Quizá porque para Liliana Sevilla, su fundadora, la intervención para la mejora moral, social o espiritual de un individuo o grupo, es su principal objetivo.

Fue el Oeste de nuestra urbe la que la hizo conocer una realidad y, desde allí, poder ponerse en los zapatos de quienes nacieron determinados; pero tienen una oportunidad con ayuda, preparación y esfuerzo.

"Soy una jubilada, docente y militante de la vida, de la promoción humana, del compartir, del creer en el otro. Una eterna militante de esa actitud frente a la vida", comienza la charla con Lili, como es conocida por todos en Godoy Cruz. Incansable luchadora por la igualdad y los derechos humanos, quien compartió su historia y sus luchas para forjarla.

El centro educativo Arco Iris.

"Hay realidades que a uno lo interpelan, nos golpean; por donde pasan esas emociones que uno siente; si es la garganta, si es la piel de gallina, si es un nudo en el estómago. Esa fuerza que tiene el cuerpo que a veces la desconocemos hasta por temor a quebrarnos. Yo no sabía que tenía esa fuerza de esa manera, ha crecido en mí como un gran germinador, eso se lo debo a las comunidades", cuenta emocionada.

"Ese modo de ser de la comunidad es lo que me interpeló hasta el día de hoy, es lo que me corre de un área de tranquilidad, de confort. Pero también me lleva como ciudadana a cuestionar cosas que no pueden ni deben volverse a repetir, como raza humana, esta indeferencia y eterna individualidad de que no importa lo que le está pasando al otro".

El proyecto Coloba se basa en que es la educación la herramienta capaz de transformar, pero "no es solamente la escolaridad; el diálogo de saberes también existe". Liliana asegura que el "diálogo para construir algo mejor, también existe; que la escucha asertiva, a veces nuestro silencio es la voz del otro. Y esas cosas, que parecen poéticas, son reales e históricas".

Las huertas de Coloba.

Además contó sus vivencias y, según su experiencia, "la gente todavía no confía en si mismo, no cree en sus herramientas, le cuesta darse cuenta; pero una vez que encuentra a un grupo de personas, un hombro, una mano, amigos; se suelta, es una maravilla. El hecho de que haya personas que vivan en la extrema pobreza y estén en la universidad, es porque ha habido alguien que ayudó a construir ese puente, a transitarlo".

Liliana deja un lindo mensaje para aquellos quienes buscan ayudar o sienten la necesidad de hacer algo por el otro: "hay que interpelarse frente a lo que sucede, conocerlo porque nadie puede amar lo que no conoce. Y después hay algo que es también interno, es la pasión. Es la que no te cansa y te permite creer en el otro y en vos mismo".

Historia de la Fundación Coloba:

Todo comenzó hace más de 30 años cuando, en su casa del Barrio de Comercio, vio a chicos que vivían en el asentamiento Los Barrancos y bajaban a buscar alimentos. Liliana hizo contacto con un grupo de hermanos que comenzaron a ir a su casa a aprender a leer y a escribir, a cambio de merienda.

Allí se generó una relación de respeto y cariño que se concretó con la invitación a ir a la casa de los chicos. "Cuando crucé el cerro y vi como vivían, abrí los ojos", cuenta Liliana en una nota que concedió a El Ciudadano en febrero del 2016. " Lo que venían a buscar no era pan, era un nexo con un espacio de la sociedad que estaba mirando hacia otro lado", recordó.

Coloba nace en el asentamiento Los Barrancos en 1983 como un brazo de la pastoral social del Barrio Judicial. Juntos empezaron a transitar los asentamientos del Oeste de Godoy Cruz para buscar soluciones para 42 familias que se encontraban en situación precaria.

El centro de reciclado.

Recuerda Liliana que Coloba comenzó con 3 personas, ella junto a Viviana Sotelo de Bautista y Liliana Aleman de Piccolo. "Fue un enorme desafío comprender que lo que estábamos haciendo era un trabajo social y hoy llevamos un aprendizaje de 30 años, porque aquí ningún día es igual al otro".

La fundación cuenta con la primer aula satélite para que adultos finalicen la escuela primaria, salón de usos múltiples, el jardín maternal Jarillitas, el centro Arcoíris del barrio Papa y el centro Puentecito de Los Cerrillos.

En ellos se les ofrece desayuno, media mañana, almuerzo, recuperación de aprendizajes y talleres como huerta orgánica, vivero, separación de residuos en origen, ensamble de percusión, danza y comunicación social.

Esto es posible gracias a que el Estado paga los cargos docentes en los jardines maternales y a las raciones alimentarias que se pagan a proveedores. Además de la ayuda de cientos de voluntarios que se acercan.

Una de las perlitas es el proyecto Los Triunfadores, una cooperativa de jóvenes que le enseñan a adolescentes como separar residuos en origen, y eso llevó a que varios chicos fueran premiados por una universidad privada para completar su formación universitaria.

Finalmente en el año 2012 nació Radio Aguaribay, un medio creado con la idea de combatir el flagelo del narcotráfico. "Una radio para ser hablada", se puso en funcionamiento gracias a la ayuda de La Mosquitera que donó capacitación y técnica (hasta una antena de más de 30 metros).