|28/06/19 03:04 PM

Arabia Saudita – Irán: Una carrera por el dominio de Oriente Medio

La enemistad entre ambos surgió casi desde sus inicios y, por esta razón, Arabia Saudita apeló a la colaboración de sus socios árabes para que hagan frente a Irán

28 de junio, 2019 - 15:08

No es novedad la enemistad entre Arabia Saudita e Irán. Dos países musulmanes, ricos en petróleo pero que tienen una agravada diferencia religiosa dentro del Islam. Irán es en gran medida musulmán chiita, mientras que Arabia Saudita se ve a sí misma como la principal potencia musulmana sunita. Éstos últimos, los sunitas, son mayoría en la región de Oriente Medio. Más allá de las discrepancias en cuanto a su fe, en la actualidad se fue dando un punto de inflexión mayor que marcaría un nuevo gran conflicto: la Primavera Árabe.

Dicha revuelta se dio en 2011 en un contexto de gran malestar social y político por parte de varios países árabes. Significó una alerta roja para Riad y Teherán que comenzaron una carrera por el liderazgo regional a través de su influencia en países devastados por los conflictos civiles, como el caso de Siria y Yemen.

En este contexto, quien (tal parece) está tomando las riendas del dominio regional es Irán. Sin duda, el apoyo iraní hacia el presidente Bashar Al Asad en Siria ha logrado derrotar a muchos de los grupos insurgente que apoya Arabia Saudita.

Además, en Yemen se percibe una gran influencia iraní por parte de los Hutíes, grupo “rebelde” chiita. Arabia Saudita intenta contener a este grupo conduciendo una guerra contra los rebeldes.

Por esta razón Arabia Saudita apeló a la colaboración de sus socios árabes para que hagan frente a Irán. Inclusive Riad acusó a Teherán de ser responsable de los sabotajes contra oleoductos y petroleros saudíes en aguas del Golfo, de patrocinar el terrorismo y de mantener su programa nuclear desafiando a la comunidad internacional.

Ahora no sólo están buscando consenso entre sus pares, sino que tiene el visto bueno del mismísimo Donald Trump, quien anunció la imposición de sanciones financieras a Irán. Receloso del Acuerdo Nuclear firmado por Barack Obama en 2015 con Irán, Trump lo abandonó. El Pacto limitaba el programa de desarrollo nuclear de Irán, a cambio de levantar las sanciones económicas internacionales. Gracias al actual Presidente norteamericano, este compromiso devino en letra muerta. Es por ello que Irán ha solicitado a los demás países firmantes del acuerdo (China, Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania) que lo defiendan, y ante la contundente negativa decidió agitar su violación del pacto, retomando el desarrollo nuclear.

Esta suerte de “Guerra Fría” en Oriente Medio está afectando económicamente tanto a Arabia Saudita e Irán, fomentando guerras costosas para demostrar quién es el gran líder. En la lucha entre ambas naciones se entremezclan cuestiones étnicas y religiosas, pero prevalecen los aspectos políticos y económicos. No existe un enfrentamiento directo entre los países. Ambos toman como escenario de batalla al resto de los países de Medio Oriente (Siria y Yemen, por ejemplo), confrontándose en combates paralelos sin riesgo de generar una escalada de violencia en sus respectivos territorios.

Difícilmente podamos predecir una guerra real entre Arabia Saudita e Irán. Pero sí podemos afirmar que es mucho más ventajoso para ambos mantener los conflictos en otros países (a pesar de los altos costos) para asegurarse sus lugares de “Estado Pivote” en la región.