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Las causas del gran apagón, ¿defectos del sistema o ciberataque?

Si bien hay que esperar los informes del Ministerio de Energía, es óptimo que los argentinos sepan que la estructura energética de nuestro país, que tiene una larga historia, es muy buena. Al contrario de los sistemas de ciberdefensa y ciberseguridad, que son bastante recientes y carecemos de experiencia

28 de junio, 2019 - 13:22

Ya en su novela París en el siglo XX, escrita en 1863, el genial Julio Verne cuenta la historia de un joven que vive en una ciudad con rascacielos de vidrio, trenes de alta velocidad y coches a gas, en la que todo terminaba en un gran desastre tecnológico.

Pero Hetzel, el editor de Verne, consideró que la novela tenía un tono demasiado pesimista, así que rechazó publicarla. El manuscrito fue encontrado por el bisnieto del autor en 1989 y publicado finalmente en 1994.

Hoy sabemos que el París del siglo XX de Verne va camino de ser realidad global. Al menos en algunos lugares. Pues, vivimos en un mundo electrodependiente. Uno que exige el funcionamiento de muchas variables para poder funcionar, ya que la falta de la concurrencia de una sola de ellas, basta para que todas las demás colapsen.

Sin electricidad, no hay teléfonos, no hay ascensores, no hay agua, no hay ciberdefensa. No necesitamos haber leído la novela de Verne para saberlo, lo vivimos los argentinos y otros vecinos sudamericanos en carne propia el pasado domingo, en el Día del Padre.

Por suerte, el corte no se prolongó para la masa de los usuarios hasta la noche de ese día. Sin embargo, al menos en forma incipiente, pudimos comprobar que la falta de electricidad, de paso, agrava los problemas de inseguridad, como quedó evidenciado en la proliferación de asaltos pirañas en las autopistas de Buenos Aires cuando se fue la luz. 

Dejando atrás la buena ciencia ficción que nos supo anticipar lo que hoy vivimos, ¿qué es lo que hoy sabemos del gran apagón que afectó a la totalidad de nuestro territorio nacional y a parte de nuestros países vecinos? 

Las explicaciones

Podemos empezar diciendo que si bien el secretario de Energía en su conferencia de prensa sostuvo que aún se desconocen las causas del problema, muchos especialistas apuntan a una grave falla de nuestro sistema interconectado nacional.

Al respecto, un informe preliminar de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Argentino (CAMMESA) sostiene que “el sistema interconectado está operando, desde el 18 de abril del corriente, con una línea de 500 kV que se encuentra en reparación programada.

"Esta línea, que une Colonia Elía-Nueva Campana, es una de las que lleva energía desde las centrales de Yacyretá y Salto Grande hacia Buenos Aires. A las 7.06 del domingo 16 de este mes, se produjo un cortocircuito en esa línea.

"Simultáneamente, y por causas que están investigando, desenganchó a una línea de 500 kV paralela. Si bien estando ambas líneas indisponibles, el sistema está preparado para soportar su desenganche simultáneo y para despejar automáticamente una demanda similar a la generación perdida y restablecer casi instantáneamente el equilibrio.

"Aparentemente, en ese proceso transitorio, desengancharon otros generadores adicionales –entre ellos la Central Nuclear de Embalse– y todo el sistema quedó con un déficit de generación tal que lo llevó al colapso”.

Otros informes, aún más específicos, hablan de una torre de alta tensión, la 412, que une Colonia Elía con Nueva Campana, ubicada a la vera del puente Zárate-Brazo Largo, la que estaba siendo puenteada por otras dos torres que la sustituían temporalmente y que pertenecen a la empresa Transener. 

¿Cuál fue la causa?

Llegado a este punto, las explicaciones se agotan pues uno se pregunta cómo un hecho menor, el que estaba siendo solucionado, pudo haber desatado un mega evento de tan vastas proporciones.

Algunos lectores nos recordarán aquello típico de las teorías del caos. Al respecto, como afirma un viejo aforismo chino, “El aleteo de una mariposa en California desata un tsunami en el Mar de China”. 

Puede ser, pero para desentrañar este caso creo que tenemos que apelar a la vieja lógica occidental. Ella distingue entre ‘causa’, ‘condición’ y ‘circunstancia’.

La primera hace referencia a lo que puede contener y produce un efecto, la segunda a la situación, que tanto puede favorecer como dificultar al desarrollo de esa misma causa y, finalmente la tercera, a las cuestiones concretas que tuvieron lugar cuando la causa funcionó.

En este marco, no nos cabe duda que la explicación de CAMMESA está más cerca de ser una circunstancia o, en el mejor de los casos, una condición. Pero estamos seguros de que no fue la causa del problema. Veamos.

El desperfecto (cortocircuito) de una torre de alta tensión de 500 Kv es el incidente que inicia una cadena de sucesos. Como tal es una circunstancia, ya que como sostiene el mismo informe de CAMMESA, “el sistema está preparado para despejar automáticamente una demanda similar a la generación perdida y restablecer casi instantáneamente el equilibrio”.

Nuestras hipótesis

Pero seguimos con la duda: ¿cuál fue la causa que hiciera que la totalidad del sistema fallara?

Nuevamente, la lógica es la que debe venir en nuestro auxilio. Ella nos enseña que ante la ausencia de una clara explicación de las causas de un problema hay que apelar a una hipótesis. Esto es a una proposición aceptable que aunque no esté confirmada, sirve para responder de forma alternativa a un problema con base científica.

Nuestras hipótesis son dos, a saber: la primera, que sostiene que hubo una falla de los sistemas que controlan la red, específicamente en el software de control que maneja al sistema eléctrico interconectado nacional. 

Técnicamente el software de control es un programa de computación conformado por una secuencia de instrucciones, escritas por un programador para realizar una serie de tareas específicas en un dispositivo computarizado, y como tal, no es algo libre de fallas, ya que exige permanentes ajustes y parches que permiten ir salvando los errores del sistema que van siendo detectados.

La segunda hipótesis se orienta a la ejecución de un ciberataque similar al sufrido por otras redes eléctricas en el mundo, como fue el caso de Venezuela. Algo no muy lejos de la ciencia ficción, ya que ha sido el diario norteamericano The New York Times el que sostuvo en su edición del sábado pasado que los Estados Unidos están intensificando los ciberataques en la red eléctrica de Rusia y que ha colocado malware potencialmente paralizante dentro del sistema ruso. 

Con ello no acusamos a nadie. La correcta atribución de un ciberataque es una de las cosas más difíciles de determinar cuando se sufre uno. 

Para despejar ambas hipótesis debemos esperar que se cumplan los 15 días anunciados por el secretario de Energía. Por ello, antes que especular sobre ellas, es bueno que lo hagamos sobre las ‘condiciones’.

Al respecto, sabemos por experiencia y conocimiento personal que el nivel de mantenimiento de nuestro sistema interconectado nacional es muy bueno, no solo porque es monitoreado por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y también por organismos supranacionales pertenecientes al Mercosur, que saben que la frecuencia y duración de las interrupciones en nuestro sistema es considerablemente inferior a los promedios de la región.

Las buenas condiciones de mantenimiento de nuestro sistema eléctrico nos llevan al análisis de nuestra segunda hipótesis, la del ataque cibernético. 

Al contrario de nuestro sistema eléctrico, que tiene una larga historia, nuestros sistemas de ciberdefensa y ciberseguridad son bastante recientes, es decir, carecemos de la experiencia necesaria.

En función de ellos, en un reciente artículo titulado “Y por el ciberespacio, ¿cómo andamos?” (https://www.ciudadanodiario.com.ar/nota/2017-3-3-12-4-49-y-por-el-ciberespacio-como-andamos) sosteníamos que “dada la complejidad de las tareas y para lograrlo en forma eficiente creemos que es necesario crear una agencia nacional de ciberdefensa/seguridad que coordine todas las acciones.

Las que por sus mismas características deberían estar adscritas al Ministerio de Defensa con el apoyo del Ministerio de Seguridad y de otros ministerios, como los de Comunicaciones, Transporte y Energía”.

Creemos que estas conclusiones están más vigentes que nunca, por lo tanto nuestra mejor recomendación apunta a que una vez que se conozcan las causas del apagón, las distintas agencias del Estado adopten las medidas del caso, de tal forma que el sinnúmero de actividades electrodependientes puedan ser cumplidas con normalidad.

 

Emilio Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.